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La Dezima Musa | Crítica
*** 'Cante, toque y verso. Tertulias y música en la generación del 27'. 25 Noches en los Jardines del Real Alcázar. La Dezima Musa. Guitarra barroca, laúd, zanfoña, rabel, dirección musical: Emilio Villalba. Cante: Graci Rodríguez. Guitarra: Lola Yang. Adufe, bendir, narraciones: Sara Marina. Lugar: Jardines del Alcázar. Fecha: Jueves, 8 de agosto. Aforo: Lleno.
El concierto fue muy entretenido. Por la calidad de sus intérpretes, por la variedad instrumental. Por lo variado del repertorio que incluía, además de temas cantados e instrumentales, recitados. Otra cosa es el fundamento teórico. Este no era necesario ya que al tratarse de una “fantasía”, como aseguró Villalba, de una propuesta puramente artística, no necesita pretexto alguno. Si quiero cantar un romance acompañado de un laúd árabe, pues lo hago y punto. Pero una vez que te justificas, una explicación que nadie ha pedido, tienes que ser riguroso. Hoy tenemos claros los orígenes de casi todos los estilos del flamenco, así que hablar de supuestos antecedentes árabes, turcos o asturianos, está de más. Ya no estamos en la época de Estébanez Calderón. O Blas Infante. Los investigadores nos hemos pasado horas en las bibliotecas y hemerotecas como para caer en el mismo discurso romántico. Y tampoco, ya puestos, era necesario apelar a la Generación del 27. Es más fácil decir “yo canto y toco lo que me apetece, porque me apetece” y todos contentos. Sonaron peteneras, romances sefardíes, seguiriyas, soleares, farruca, granaínas, garrotín, tangos ... aderezados con nanas, el Zorongo gitano, Achégate Maruxa, Los olivaritos, Las tres hojillas y otras canciones tradicionales. Tanto estas como el repertorio flamenco se configuran a finales del siglo XIX con una estética muy distinta de la de la música andalusí. Si quieren hacer una mezcla entre lo jondo y la música renacentista y barroca, les indico con gusto un repertorio de canarios, seguidillas, jácaras, zarabandas, chaconas y fandangos en el que sí podemos encontrar los fundamentos, no solo organológicos, sino también técnicos, rítmicos, armónicos, melódicos, anímicos y hasta coreográficos del flamenco. En las danzas renacentistas y barrocas sí encontramos antecedentes del flamenco. Esa es una vía interesante de investigación y mezcla.
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