Derecho a tener futuro
14.4 | Crítica de teatro
La ficha
**** ’14.4’ Barco Pirata y Teatro Español. Dramaturgia: Juan Diego Botto, Sergio Peris-Mencheta, Ahmed Younoussi. Dirección: Sergio Peris-Mencheta. Intérprete: Ahmed Younoussi. Escenografía: Alessi Meloni (Aapee). Iluminación: Javier Ruiz De Alegría. Vestuario: Elda Noriega (Aapee). Videoescena: Ezequiel Romero. Música: Joan Miquel Pérez. Diseño Artístico: Eva Ramón. Producción: Nuria-Cruz Moreno. Ayudante de dirección: Óscar Martínez-Gil. Lugar: Teatro Central. Fecha: Viernes, 6 de diciembre de 2024. Aforo: Completo
El actor Ahmed Younoussi, de la mano de Sergio Peris-Mencheta y Juan Diego Botto, se convierte en un bululú contemporáneo contándonos su propia vida tirando del humor que siempre tuvo la picaresca española y que sirve como bálsamo para poder tragar esta píldora de realidad que se atraganta a medida que vamos conociendo la infancia del pequeño Ahmed. Niño maltratado, como nuestro ‘lazarillo’, por su padre y su madrastra y que con seis años se escapa de casa para vivir en las calles de Tánger.
Ahmed, el actor, es una paradoja en sí mismo, poseedor de una belleza arrolladora, es el ángel-niño de esta historia que se desgrana desde un realismo que en ningún momento recurre a la pena fácil. Al contrario, la denuncia política de 14.4 (los kilómetros que separan Europa de África en el estrecho de Gibraltar) está basada en hechos históricos y documentos que se hacen palpables en el comienzo del espectáculo a través de una mini conferencia que el intérprete desarrolla ayudado de unas imágenes que se proyectan en una pantalla que sube y baja y que están a cargo de Ezequiel Romero. El abuso de la Europa colonial que se sigue desarrollando, ahora bajo otros parámetros, y en los que los países desarrollados esquilman los recursos naturales de un continente como África bajo acuerdos económicos y contratos mercantiles con las élites que gobiernan esos países.
Política y denuncia se unen en esta autoficción que cuenta con Sergio Peris-Mencheta (que dirigió la obra desde Los Ángeles a través del ordenador mientras se recuperaba de una operación y al que le deseamos una total recuperación) y la dramaturgia, compartida con Sergio y Ahmed, de Juan Diego Botto.
La naturalidad rezuma las casi dos horas de función. Un lenguaje accesible, llano, contundente, nos acerca a la historia del pequeño Ahmed que se aprovechaba de sus ojos azules para sobrevivir. Esta obra hay que verla, sentirla, recorrer las calles de Tánger con los ojos de un niño, conocer a los amigos de Ahmed, esnifar disolvente, soñar con Europa, jugar con un balón de fútbol, ponerse una zapas guapas y, también, intentar siete veces cruzar el estrecho, viajar a un Ítaca soñado, un Camelot inalcanzable.
El trabajo de Younoussi es envolvente, lleno de capas, desde la naturalidad del narrador oral a los cambios de rol cuando da vida a las personas que han pasado por su lado, sobre todo, su amigo Achraf. Cuando se expresa en su lengua materna, el árabe, su interpretación adquiere una inusitada fortaleza. Se guarda un as para el final que hace que esta medio charla, medio conferencia, medio narración oral adquiera la redondez del espectáculo teatral y que consigue meterse al público en un puño. La escenografía de Alessi Meloni ayuda, desde su aspecto primario, que recuerda a la fealdad de un muelle a esas funciones multiusos en las que se va transformando.
La obra aparece en un momento en el que la emigración se ha convertido en materia electoral que genera votos y que que unos sectores políticos se empeñan en exagerar para que la sociedad genere miedo al extranjero. Fue una de las claves para el Brexit y lo ha sido para la victoria de Trump. Por esta razón, esta historia contada desde la mirada de un niño/adulto que no siente rencor se hace aún más necesaria. No hay pena, sí drama, no hay épica, pero sí acción constante y, sobre todo, hay una defensa de la solidaridad personificada en la figura de Borja, el tutor de Ahmed (entró en España con sólo 9 años), que reivindica a todos los trabajadores sociales que trabajan en los Centros de acogida de menores.
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