ROSS. Gran Sinfónico 4 | Crítica
La ROSS arde y vibra con Prokófiev
Patricia del Pozo | Consejera de Cultura y Patrimonio Histórico
Sevilla/Patricia del Pozo, sevillana de 49 años, casada y con dos hijos, es la primera consejera andaluza de Cultura por el Partido Popular. Experta en Derecho Comunitario, amplió estudios en Escocia y Bélgica y, a su regreso a España en 1996, se incorporó como asesora jurídica del Grupo Popular en el Parlamento de Andalucía. "Me he pasado muchos años entre bambalinas, ocupando puestos de carácter técnico", dice en su despacho del Palacio de Altamira quien en 2005 estuvo en las listas al Congreso de los Diputados y desde 2008 en la Mesa del Parlamento andaluz. "Me puede mi vocación de servicio público, mi compromiso con Andalucía y las ganas de cambio. Nunca he entendido que no ocupemos los primeros puestos con toda la riqueza artística que tenemos. En los últimos años al Gobierno andaluz se le agotaron las ideas y no supo darle a esta tierra el impulso que se merece".
-¿Cuáles son sus primeras impresiones del sector cultural?
-Me he encontrado magníficos profesionales en todas las áreas, muchos de los cuales me han transmitido que tenían ganas de darle un nuevo rumbo a la política cultural y de patrimonio. He encontrado grandes déficits de conservación en joyas patrimoniales y muchos colectivos -ilustración, cómic, diseño de moda, galerías, artes visuales...- que no fueron atendidos como se merecían y piden que se colabore con ellos.
-Su voluntad de cambiar el organigrama de la Agencia de Instituciones Culturales ha desatado el temor a un ERE. ¿Lo descarta?
-Por supuesto. Hacienda ha puesto en marcha una auditoría de evaluación y la Agencia es uno de los 13 o 14 entes elegidos. Se va a ver cómo funciona, si existen duplicidades, qué se puede mejorar, qué servicios están sobredimensionados... Tenemos en la Agencia muy buenos profesionales cuyo talento hay que aprovechar, y si reestructuramos el organigrama es para que haya especialidades que funcionen mejor. Yo misma he llevado a cabo una reestructuración integral en la Consejería de Cultura para tener perfectamente atendidos el patrimonio, las actividades culturales y la memoria histórica y democrática. También es lógico que al llegar un nuevo equipo de gobierno se hagan cambios, se incentiven nuevas actividades y se dé a la consejería otra dimensión. Cambiaremos a las personas que tengamos que cambiar si queremos perfiles que desarrollen mejor las políticas que vamos a implementar en esta etapa.
-¿No ha sido un error comenzar prescindiendo de un profesional tan reconocido como Juan José Téllez, ex director del Centro Andaluz de las Letras (CAL)?
-Téllez une a su enorme calidad humana y profesional una profunda valía para la cultura andaluza, tiene mucho que aportar y lo seguirá haciendo. Pero su cambio, como el de la dirección del Instituto Andaluz del Flamenco y otros que vendrán, es lógico dentro de esta nueva etapa. El CAL saldrá en convocatoria pública. Tiene que haber una concurrencia para que se quede el mejor y abriremos ese proceso. No pretendo cesar por cesar. Pero ha llegado un equipo con ganas de hacer cosas nuevas y de que la cultura alcance todos los rincones y dé participación a todo el mundo. Hay que abrir. Los cambios son buenos, esto no es ninguna caza de brujas. Y déjeme subrayar que lo importante no son las personas sino los proyectos. Los programas que estén funcionando muy bien seguirán y los que no tienen público o no llegan a la gente, se sustituirán. Hace 10 años que esta consejería no tiene partidas para la adquisición de obras de arte y eso no puede ser, no hay mejor manera de incentivar a los jóvenes artistas que comprarles obra. El plan de lectura debe llegar a todos los centros y no sólo al 20%. Y hay que oír a todo el que tenga una idea.
-Se espera mucho de usted en la defensa del patrimonio pero el presupuesto es limitado y además está prorrogado.
-Antes de plantear proyectos de tipo faraónico voy a centrarme en la conservación de las joyas patrimoniales que tenemos en cada provincia. ¿De qué me sirve plantear un proyecto maravilloso en Almería si la Alcazaba se me cae, o abrir un nuevo auditorio en Sevilla si el Arqueológico se hunde? Tendré que marcarme prioridades porque el presupuesto es limitado aunque lo pelearé con uñas y dientes. En Huelva la máxima intensidad será para el Arqueológico en el Banco de España. También el Museo de Málaga en la Aduana podría funcionar mejor si tuviera los recursos que necesita. En Sevilla hay varias prioridades y la mayor es el Museo Arqueológico, aunque estaremos también con todas las consecuencias en San Isidoro del Campo, la ampliación del Bellas Artes y la candidatura de Itálica como Patrimonio Mundial. Tenemos que acabar la reforma del Teatro Romano en Cádiz, donde está funcionando muy bien el Instrumento de Inversión Integrada (ITI) de la UE. Apoyaremos el Museo de Camarón en San Fernando y el Museo del Flamenco en Jerez. Todo lo que sea bueno para la comunidad irá adelante pero con compromiso, seriedad e intentando que se cumplan los plazos. En Córdoba la prioridad será el Salón Rico de Medina Azahara y en Granada el Centro Lorca. Habrá como mínimo un proyecto emblemático en cada provincia.
-¿Qué hará para implicar más al Ministerio de Cultura?
-Necesito obviamente la colaboración del Gobierno de España porque, salvo el Íbero de Jaén, todos los grandes museos, archivos y bibliotecas son de titularidad estatal y gestión autonómica. Por ejemplo, reformar el Arqueológico de Sevilla valdría 20 o 21 millones. No tenemos esa capacidad y además no es nuestra competencia por su titularidad estatal, pero espero llegar a un acuerdo con el Gobierno de la nación para establecer un plan plurianual real y poder, poquito a poco, poner en valor en cada provincia esos museos y archivos más necesitados. Marcaremos unas prioridades porque todo no se puede acometer a la vez, hay que ser realistas. Yo me comprometo a tener su gestión de dulce. Haremos un plan para que las RPT (relación de puestos de trabajo) estén cubiertas y para que se puedan abrir por las tardes y en verano los museos y conjuntos arqueológicos. Me pelearé para que se cubran las tasas de reposición, para dar el mejor servicio, para que los museos estén vigilados y tengan el personal que precisan.
-Hoy se clausura la gran exposición del Año Murillo en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. ¿Qué lecciones saca de la efeméride?
-Me gustaría reconocer al equipo del Museo de Bellas Artes de Sevilla, con su directora Valme Muñoz a la cabeza, porque están haciendo trabajos excepcionales con pocos recursos económicos y humanos. La exposición Murillo. IV Centenario es un logro tan inmenso que parece mentira que lo haya hecho un equipo tan pequeño. La efeméride ha contado con apoyos privados y ése es el futuro, dar cabida a la iniciativa privada. Nuestros equipos jurídicos trabajan ya en la nueva Ley de Mecenazgo para Andalucía, que es uno de los proyectos, junto con la Ley del Flamenco, que potenciaré. Intentaremos aprobar esas leyes en esta legislatura, el futuro pasa por que la sociedad participe en el mantenimiento de la cultura.
-¿Cómo abordará la financiación de las orquestas andaluzas?
-Las cuatro orquestas, y especialmente las de Sevilla y Granada, que son las más grandes, siempre tienen problemas de financiación. El secretario general Fernando Francés se va a reunir con ellas para localizar los fallos en la gestión y ver cómo podemos ayudarlas. Es muy difícil que lleguen a autofinanciarse y obtener beneficios, y la Administración estará detrás para apoyarlas en los momentos de mayor necesidad, pero lo ideal es que su autonomía sea cada vez mayor. Si tienen que salir fuera de España para realizar giras que tengan un retorno económico, las ayudaremos con un plan de acción exterior. Y si deben rotar por otras ciudades para obtener ingresos, diseñaremos un circuito de conciertos y un calendario. Me interesa conocer sus finanzas pero sobre todo saber por qué nunca salen del hoyo y tienen tales problemas de déficit y de deuda contando con tan buenos músicos. Y en cuanto a los festivales de Música de Granada y Cádiz, me pelearé con Hacienda para que tengan más dinero. Todo lo que funcione seguirá adelante y lo mismo vale para los de cine, me gustaría que cada provincia tuviera un festival de cine importante.
-¿Cómo convencerá al consejero de Hacienda para atraer más presupuesto para la cultura?
-Nuestro patrimonio está a la altura de nuestro sol y de nuestras costas, hay que potenciar esa riqueza para que se convierta en un motor de economía, desarrollo y empleo. Si yo le meto dinero a, por ejemplo, la Bienal de Flamenco, tendrá más posibilidades para captar más espectadores que dejarán un beneficio en la ciudad. 207 millones de presupuesto para Cultura es nada frente a 11.000 millones que tiene Sanidad, pero el presidente andaluz, Juanma Moreno, me ha transmitido desde el primer momento su compromiso con la cultura como fuente de riqueza. Además, subiremos el presupuesto mejorando la gestión, ampliando el círculo del mecenazgo privado, estableciendo alianzas con otras administraciones y buscando dinero del Estado a través de programas que en ocasiones no se llegaron a ejecutar. Desde hace cinco años la Consejería de Cultura no ha presentado proyectos a las convocatorias del 1,5% cultural del Estado, por eso la Secretaría de Patrimonio Histórico trabaja ya para ver lo que está en la UCI, lo más deteriorado en cada provincia para poder presentarlo, como podría ocurrir con la Alcazaba de Almería y San Isidoro del Campo. Además la Junta, por la Ley de Patrimonio Histórico, tiene la posibilidad de aprovechar el 1% cultural para proyectos de conservación y restauración del patrimonio. Desde 2006 a 2016, el periodo que llevamos analizado, ha habido una consignación de 79 millones de euros de las distintas consejerías al 1% cultural del cual se ha dejado de ejecutar el 60%. Es decir, no se reclamó el dinero, no se presentaron los proyectos, no se firmaron los convenios... Y el dinero se quedó parado y se perdió. A mí no se me puede escapar un euro, tengo que aprovechar todos los resortes.
-Sectores como las artes escénicas, la danza y la música se han visto muy afectados por la crisis y las ayudas escasean.
-Quiero ordenar las subvenciones, pues detecto varios fallos. Hay pocas convocatorias y no de todos los sectores, los plazos son muy cortos, hay pocos beneficiarios y se tarda tanto en resolver las ayudas que las empresas, que han tenido que adelantar el dinero, se desesperan. Quiero poner orden para que todo el mundo sepa cuándo sale su línea de subvenciones, qué requisitos debe cumplir y cuándo estarán resueltas. Estoy estudiando además una línea nueva de ayudas para que las corporaciones locales puedan presentar proyectos para, por ejemplo, restaurar sus iglesias. Y quiero volcarme en esta nueva etapa con las hermandades y con el patrimonio religioso que tenemos, crear ayudas para el arte sacro, que carece ahora del apoyo de la consejería. Me volcaré para que en el Instituto Andaluz del Patrimonio (IAPH) puedan restaurarse todas las imágenes que lo precisen. Una hermandad no puede estar dos años haciendo una colecta para restaurar su Virgen del siglo XV, que es una joya patrimonial de todos los andaluces. Quiero convertir el patrimonio de esta tierra, incluido su arte sacro, en su gran activo.
-Tiene a su cargo las competencias de memoria histórica. ¿Derogará la ley en vigor, tal y como ha reclamado Vox?
-La ley actualmente en vigor del año 2017 no es una ley de consenso porque no fue aprobada por la unanimidad de la Cámara sino por una mayoría, la de aquel momento, con la abstención de dos grupos parlamentarios (PP y Ciudadanos) que decidieron no oponerse para no causar más dolor. Este tema sólo se puede abordar desde la concordia, no se puede hacer política con él para enfrentar y generar división. La ley en vigor está para cumplirla y yo la voy a cumplir y a desarrollar, me guste más o menos. No voy a traer a la Cámara un proyecto de ley de la nueva mayoría para quitar la de la anterior mayoría porque entonces no hablaríamos de una ley de concordia como lo fue la Constitución española. Yo no voy a generar dolor con este tema, no voy a parar ninguna exhumación, no voy a impedir que cualquier andaluz encuentre dónde están enterrados sus seres queridos. Es una cuestión de humanidad, no de partidos. Este mes convocaré el Consejo andaluz de memoria democrática, donde están presentes las familias y entidades, y que por ley hay que convocar cada cuatro meses. Si en esta legislatura se consigue una ley con la que todos, por unanimidad, estemos a gusto, me encantaría. Porque eso implicaría cesiones de todo el mundo como en la Transición, que por eso fue exitosa. En cambio las leyes que implican imposiciones traen frustraciones.
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