El cuerpo como territorio

Oro negro | Crítica de danza

'Oro negro', el solo acompañado de Poliana Lima. / Álvaro Gómez Pidal

La ficha

*** ‘Oro negro’. Dirección, concepción y coreografía: Poliana Lima. Intérpretes: Poliana Lima y Miguel Ángel Chumo Mata. Dramaturgia: Javier Cuevas. Diseño de iluminación: Carlos Marqueríe. Diseño de sonido: Óscar Villegas. Música original: Pablo Sánchez. Vestuario: Carmen 17. Maquillaje: Sara Abigail Álvarez. Fotos y audiovisuales: Álvaro Gómez Pidal. Lugar: Teatro Central, Sala B. Fecha: Viernes 13 de diciembre. Aforo: Tres cuartos. 

El oro negro, el petróleo, vive escondido en las entrañas de la tierra y, si se escarba en el lugar adecuado, brota irrefrenable, con toda su riqueza y, a la vez, con violencia, con suciedad.  

Del mismo modo, Poliana Lima, bailarina brasileña afincada en España desde 2010, no deja de escarbar y de perforar en su territorio, que es su cuerpo, para ver qué es lo que guarda, para averiguar lo que surge de debajo de una capa, y de otra, y de otra. Porque la bailarina dice que su cuerpo es como un archivo donde se condensan todas las emociones y todas las culturas que lo atraviesan

De él, de su cuerpo, mientras un bailarín negro vestido de oro -Miguel Ángel Chumo- gira lentamente ajeno por el escenario, observándonos, van a ir brotando también sus tesoros y su oscuridad. Con una gran concentración y una energía física fuera de lo común, la bailarina irá liberando, como en un viaje onírico, los diferentes estratos que componen su identidad actual. 

Bien iluminada y acompañada por la estupenda música de Pablo Sánchez, el cuerpo de Lima se declina en numerosas corporalidades en las que, la danza contemporánea y racional de la migrante europea se mezcla con la violencia -el machismo, el racismo…- que se esconde en las calles del Sao Paolo de su infancia, con el arquetipo de un país carnavalero donde la mujer es símbolo de libertad sexual. Un arquetipo que ella rompe, mostrándonos las muecas que se esconden tras las sonrisas, las partes -el pecho, el vientre…- que la convierten en creadora de vida y toda la lascivia que pueden expresar unas nalgas desnudas.

Hay oscuridad, violencia, y un poco de tristeza en la danza precisa y densa de Poliana Lima, en su manera de dirigirse al público, de incomodarlo en algún momento. Es su manera de escarbar en su identidad. Lo ha hecho siempre, pero en Oro negro alcanza cotas realmente significativas. 

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