Un cuento cruel de la vida real

SOLO PARA MÍ | CRÍTICA

Virginie Efira y Melvil Poupaud protagonizan el largometraje.
Virginie Efira y Melvil Poupaud protagonizan el largometraje. / D. S.

La ficha

**** 'Solo para mí'. Drama-Thriller. 2024. Francia. 105 min. Dirección: Valérie Donzelli. Guion: Audrey Diwan, Valérie Donzelli. Fotografía: Laurent Tangy. Música: Gabriel Yared. Intérpretes: Virginie Efira, Melvil Poupaud, Virginie Ledoyen, Dominique Reymond, Romane Bohringer, Nathalie Richard, Laurence Côte.

Éric Reinhardt es un todoterreno literario de gran éxito en Francia que de editor de libros de arte se convirtió en libretista de ballets, autor teatral y novelista, terreno en el que ha alcanzado éxito popular y reconocimiento crítico. Su premiada novela L’ Amour et les forets, publicada en 2014, fue llevada al teatro en 2017 por el director escénico Laurent Bazin con la participación de Isabelle Adjani, y ahora al cine por la actriz, guionista y directora Valerie Donzelli, de discreta carrera en esta última faceta (La reina de corazones, Main dans la main, Marguerite et Julien, Notre Dame) en la que ha logrado su mejor película con el desgarro no privado de una ternura, que a veces lo atenúa y a veces lo hace más hiriente, de Declaración de guerra.

Con la adaptación de la novela de Reinhardt -a la que no sé por qué se le ha cambiado en España su hermoso título, El amor y los bosques, por el más explícito de Solo para mí- ha superado a aquella logrando su mejor película con una historia de amor, dominación y liberación que aborda con hondura dramática, esquivando los clichés, la progresiva toma de conciencia de una mujer progresivamente hundida en el infierno de una relación tóxica dominada por los celos y el afán de posesión masculina que neutraliza la personalidad de su víctima. Al principio las llamas de este infierno se pueden confundir con las del ardor de la pasión, aunque el sujeto apunta maneras desde el inicio de la relación, pero así que se ella se aparta (por amor) o es apartada (por cálculo) de su entorno y de los suyos se muestran en su realidad infernal.

Donzelli, siguiendo el excelente guión que maneja muy hábilmente los tiempos y la información, escrito por ella y por la también guionista y directora Audrey Diwan, renuncia al efectismo para narrar el desvelamiento de la personalidad del marido tal y como la protagonista lo vive y su difícil proceso de liberación, los barrotes tras los que las cenizas de una pasión y un amor que fueron ciertos por su parte, la responsabilidad de madre de familia, el miedo, la vergüenza y la pérdida de seguridad en sí misma la encierran

Equilibra con inteligencia, a través de una puesta en escena sobria y rigurosa, la tensión psicológica, incluso el suspense, y la denuncia del maltrato. No utiliza lo segundo como excusa para hacer una película de suspense; por el contrario, utiliza la tensión y el suspense para implicar emocionalmente al espectador con la víctima. Y se adentra por terrenos de cierto riesgo formal -hay guiños a Demy y la Lelouch hechos con la complicidad de la excelente banda sonora de Gabriel Yared y de la magnífica dirección fotográfica de Laurent Tanguy-que llegan a rozar, solo rozar muy leve y sugestivamente, el universo del Barba Azul o la Caperucita de Perrault. Espléndida interpretación de Virginie Efira en dos papeles, la protagonista y su hermana gemela. Muy bien Melvil Poupaud como su posesivo marido. Donzelli ha logrado su mejor película

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