Alba Molina | crítica
No lo es ni pretende serlo
Cruce de vías | Crítica
Cruce de vías. José Antonio Garriga Vela. Candaya. 320 páginas. 20,00 euros
Durante casi treinta años, el escritor catalán José Antonio Garriga fue publicando en prensa una serie de textos con el título Cruce de vías. El autor acaba de recopilar estos escritos –relatos, crónicas, artículos- en un libro de título homónimo al de aquella sección semanal. En estos textos descubrimos reflexiones, apuntes, preferencias literarias, vida social, viajes. También ficción. El volumen podría resumirse como una antología de la voz de José Antonio Garriga, como autor y también como lector.
La cronología de estos textos de Cruces de vías no obedece a las fechas en las que fueron publicados. Un acierto editorial. José Antonio Garriga no se ha limitado a recuperar sus escritos en prensa, en una secuencia predecible, del primero al último que fue publicado. El autor ha seleccionado sus publicaciones. El resultado es un libro que contiene textos conocidos por los lectores de Garriga, no obstante, con esta fórmula editorial, parece que acaban de ser publicados. Dentro de lo heterogéneo del volumen, hallamos una coherencia interna.
Es espléndido el artículo que José Antonio Garriga dedica al escritor malagueño Pablo Aranda, fallecido en 2020. Un recuerdo emotivo, bien contado. Con una frase atinada: “Los viajes y la literatura son dos grandes pasiones que permiten detener el tiempo”. Garriga escribe el artículo a la semana de fallecer Aranda. El final equilibra la dosis exacta de emoción, para no incurrir en sentimentalismos. Dice así: “Ahora tú has iniciado el viaje hacia el nivel más alto de la existencia, hacia una armonía con la naturaleza. Un lugar transparente donde se funden amores y paraísos. No estamos solos, tú lo sabes mejor que nadie, siempre hay alguien a nuestro lado, aunque viva lejos. Los amigos nunca mueren”.
En el conjunto destacan los textos que Garriga dedica a ciudades, viajes. La imaginación y el suspense de To take away o las minuciosas descripciones en Estambul. “Imágenes de la memoria: una calle repleta de maniquís pasados de moda; una manada de perros que campa a sus anchas por las calles traseras de la vieja ciudad; una anciana idéntica a Ágatha Christie en la cafetería del Hotel Pera Palas”. José Antonio Garriga nos descubre lugares de Asia, como la isla de Tioman –en la que el autor se detiene en las descripciones de sus paisajes-.
En Cruce de vías leemos también las impresiones de José Antonio Garriga respecto de obras, otros autores, literatura. Así en el texto titulado Collage. “Beckett me enseñó que la novela es un trabajo de mera imaginación. Naturalmente los recuerdos intervienen, pero se trata de imaginación”, escribe el novelista.
Este volumen, como decíamos, tiene algo de antología de José Antonio Garriga, una especie de obra completa en miniatura. Una recopilación de textos en la que conocemos al escritor, pero también su mirada. Es decir: su literatura y, digamos, su taller –en un amplio sentido de la palabra-.
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