OCIO
Cinco planes que no te puedes perder este fin de semana en Sevilla

Los olvidados de la Bienal

Bienal de Flamenco 2020

La cita ha perdido una estupenda oportunidad de reconocer la labor de divulgación, dignificación y universalización del flamenco a la que han contribuido los críticos en sus cuarenta años de historia

El aniversario de la Bienal debería haber servido para hacer memoria y justicia con sus críticos. / Claudia Ruiz Caro

Sevilla/Podríamos hablar de los nombres que se han quedado fuera del programa, los aficionados de otros lugares del país o del mundo que no han podido venir, los niños y jóvenes que no encuentran espectáculos o actividades dirigidas a ellos, los programadores que se van a perder los estrenos... Pero, esta vez, queremos rescatar del olvido a todos esos críticos gracias a los que la Bienal ha llegado a ser lo que es, aunque ahora sólo se les señale para referirse a los artistas que temen acudir a la cita por no someterse a su juicio.

Ciertamente se echa de menos que una efeméride como la que se celebra este año -su 40 aniversario- no haya servido para reconocer a quienes durante estas veinte bienales han ido narrando y sometiendo a mirada y criterio cuantos espectáculos han pasado por los teatros de la ciudad. Sobre todo, cuando miramos alrededor y vemos que cada vez son menos los que pueden resistir a esta profesión tantas veces ingrata y siempre mal pagada.

Desde sus columnas diarias los críticos han ejercido de orientadores, instructores, gurús o intérpretes de lo jondo, resistiendo a una profesión tantas veces ingrata y siempre mal pagada

Por supuesto, estas líneas no pretenden hacer un llamamiento a la compasión, sino a la generosidad y a la justicia. Porque es incuestionable que ellos, desde sus columnas diarias, han ejercido de orientadores, instructores, gurús o intérpretes de lo jondo, antes de que existieran los influencer, escribiendo la historia de la Bienal, aun a riesgo de enfrentarse a dilemas éticos y contradicciones varias.

Por eso, más allá de las filias y fobias personales, a veces muy difíciles de gestionar en una ciudad tan pequeña, el flamenco le debe su agradecimiento a quienes han contribuido a divulgar, medir, dignificar y expandir este arte al mundo desde sus plumas. Tampoco hubiera estado mal, además, insuflar un poco de ánimo a los pocos históricos que quedan y que siguen ejerciendo la labor en un momento en el que se convive con apasionados que escriben gratis por una entrada, el posicionamiento SEO se impone a la sensatez, el taxi de vuelta cuesta más que lo que firman y opina en las redes hasta el community de la Bienal. Lo dicho, los aniversarios deberían servir para hacer memoria y Sevilla ha perdido una preciosa oportunidad de devolver a sus críticos algo de lo mucho que éstos han dejado a los que les hemos leído cuando aún no teníamos ni para pagar las entradas. Tengan claro que para que la cultura siga rodando somos necesarios todos y que cuando un crítico se rinde pierde el flamenco.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último