Comedia de aceptación

Tan bienintencionada en su voluntad pedagógica para públicos amplios como imprecisa en su tono entre la comedia y el drama, Norberta viene a sumarse a ese cine con cierta agenda de actualidad social que busca desde la ficción convencional la normalización de la diversidad y dar visibilidad a los nuevos roles y modelos de convivencia en lo que respecta a la identidad de género.

La cinta de Sonia Escolano y Belén López arranca como comedia costumbrista (de robos) para asentarse luego en el retrato amable de una simpática comunidad de clase trabajadora y barrio popular donde el matrimonio maduro que forman Luis Bermejo y Adriana Ozores encarna unos entrañables valores solidarios mientras lidian con una hija incordio y una nieta adolescente de sexualidad fluida que les dan lecciones de contemporaneidad a golpe de hechos consumados y desparpajo verbal.

Con todo, Norberta es, o quiere ser, la historia íntima y empoderada de ese marido, padre de familia, amigo y vecino ejemplar encerrado en un cuerpo de hombre cuando en realidad siempre se ha sentido mujer. La película aborda así su proceso de transición con respeto y entre formas amables y positivas, en parte gracias a la labor y el empeño que le pone Bermejo, aunque por el camino resulten algo postizos los insistentes apuntes de comedia (con nuevo robo en el horizonte) con los que se quiere restar hierro dramático y otorgarle ligereza al asunto.