Palos y astillas

Ex maridos | Crítica

James Norton, Griffin Dunne y Miles Heizer en una imagen del filme.
James Norton, Griffin Dunne y Miles Heizer en una imagen del filme.

Ficha

*** 'Ex-maridos'. Comedia dramática, EEUU, 2023, 96 min. Dirección y guion: Noah Pritzker. Fotografía: Alfonso Herrera Salcedo. Música: ROB. Intérpretes: Griffin Dunne, James Norton, Miles Heizer, Rossana Arquette, Eisa Davis, Richard Benjamin.

Ya no se hacen en el cine americano muchas películas como esta Ex-maridos de Noah Pritzker, una película de hombres heridos y melancólicos, de pérdidas y derrotas, de vidas pequeño-burguesas autoconscientes desde las que reflexionar sobre la paternidad, el legado, los miedos o la muerte. Un cine bastante fuera de agenda también en sus formas, que miran, como el propio título, a los años setenta y a aquellos filmes adultos escritos con cierta inteligencia, honestidad y bastante cariño por sus personajes imperfectos y quebradizos.

Ex-maridos tampoco ha inventado nada en tiempos del post-indie, si acaso coquetea con lo que hace hoy, a mayor escala, un Alexander Payne, pero se agradece al menos su tono destensado, sus diálogos precisos dichos a media voz, su fluir pre-escrito que no tiene necesidad de atarlo todo más allá de lo necesario para darle a la trama un nuevo impulso, sus cualidades elípticas en la relación entre un padre y sus dos hijos varones (James Norton y Miles Heizer) en el trance de un divorcio tardío, una mudanza, una despedida de soltero en la Riviera Maya, una boda cancelada y un entierro.

Griffin Dunne es la base sólida, empática y de rostro humano de una dramedia que se mueve siempre en la cuerda floja del cliché familiar pero que consigue sortearlo con cierta astucia y calidez. Padre comprensivo, esposo fracasado e hijo con mala conciencia, es él quien sostiene e hilvana los trazos y tramos de un filme decidido a hacer de su materia melodramática un pequeño canto a la vida y sus rincones luminosos. No es poca cosa.

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