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La clase de piano | crítica

Jules Benchetrit, protagonista de 'La clase de piano'.

Ficha

* 'La clase de piano'. Drama, Francia, 2018, 106 min. Dirección: Ludovic Bernard. Guion: Johanne y Ludovic Bernard. Fotografía: Thomas Hardmeier. Música: Harry Hallouche. Intérpretes: Jules Benchetrit, Lambert Wilson, Kristin Scott Thomas, Karidja Touré, André Marcon.

Un joven (delincuente) toca el piano maravillosamente en la estación de trenes, con tan buena fortuna de por allí anda a la escucha el mismísimo director del Conservatorio Superior de Música de París (Lambert Wilson). Llega la policía y todo son carreras, pero el vínculo ya está hecho y es cuestión de un segundo encuentro para iniciar el camino de la doma, el éxito y la redención… siempre por amor al Arte.

Poco después veremos a ese mismo joven en una escena de su infancia, en el momento de la revelación en casa del amable vecino: “algún día serás un gran pianista”, le dice después de haber repetido de oídas unos cuantos acordes.

Así se hacen las malas películas de talento, educación y superación, ese modelo caduco que, casualmente, vuelve a tener éxito en la cartelera francesa con títulos como Una razón brillante, en la que Daniel Auteuil rescataba de la banlieu multicutural a un joven de origen magrebí para convertirla en una campeona del Derecho.

Sin pudor alguno, La clase de piano viaja a velocidad de crucero por su trazado de fórmula contra viento, marea y credibilidad, todo sea por subrayar su edificante mensaje de superación y recompensa del talento (innato) entre obstáculos de pésimo guionista a propósito de maestros iluminados y alumnos difíciles, la condición de clase, el tránsito del duelo, la sana competencia y una idea de la educación musical que haría sonrojar a Nadia Boulanger, de quien precisamente hemos leído esta misma semana un magnífico y revelador libro de conversaciones (Mademoiselle, Ed. Acantilado). Decía la gran maestra de músicos y compositores: “Consentir los caprichos de un niño no es amarlo; amarlo es sacar lo mejor de él, enseñarle a amar lo difícil”. Justo lo contrario que propone esta película.

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