Conversaciones (amorosas) con un burro

Vacaciones contigo... y tu mujer | Crítica

Laura Calamy y el burro 'Patrick' en una imagen de 'Vacaciones contigo... y tu mujer'.

Ficha

*** 'Vacaciones contigo... y tu mujer'. Comedia romántica, Francia, 2020, 96 min. Dirección y guion: Caroline Vignal. Fotografia: Simon Beaufils. Música: Mateï Bratescot. Intérpretes: Laure Calamy, Benjamin Lavernhe, Olivia Côte, Denis M'Punga, Marie Rivère.

No se dejen engañar por su título en castellano, que obviamente apunta a lo peor. Antoinette en Las Cevenas, que es como debiera haberse traducido el original, despeja mucho más el camino de esta mujer singular, entrañable y única, una profesora empeñada en colarse en las vacaciones campestres de su amante, a la sazón el padre de su alumna, de la mano de un burro y la ruta que en su día siguiera el mismísimo Robert Louis Stevenson con otro asno por los parajes de aquella región francesa.

La película de Caroline Vignal, que viene con sello Cannes 2020, sortea pronto cualquier expectativa de mera frivolidad o estereotipos para andar a paso ligero por un peregrinaje en tonos veraniegos y rohmerianos (ahí está tal vez Marie Rivière para recordárnoslo) en el que Laure Calamy, actriz inmensa aquí por fin recompensada con un papel protagonista, expía sus propias (des)ilusiones y anhelos de amor romántico en la compañía de un nuevo Balthasar que le devuelve las verdades de la vida y el espejismo de sus propios engaños entre rebuznos y al paso de las reuniones de grupo y las noches al raso.

Vacaciones contigo… se mueve así por senderos inesperados, grácil en sus encuentros y confidencias compartidas, amable y comprensiva siempre con sus personajes de ida y vuelta, atenta al paisaje como elemento que oxigena y da respuestas a esa ansiedad urbana de los corazones solitarios y maduros que aún esperan un amor verdadero. A la postre, la película acaba convirtiéndose también en un western emancipador, en un insólito e imperfecto relato de autodescubrimiento femenino entre paisajes montañosos, baladas country y la mirada de un burro que sólo camina si se le trata con cariño. No es poca cosa.

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