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Una mujer italiana (Cabrini) | Crítica

Cristiana Dell'Anna es la madre Cabrini en este biopic.

Ficha

** 'Una mujer italiana (Cabrini)'. Biopic, Italia-EEUU, 2024, 134 min. Dirección: Alejandro Monteverde. Guion: Rod Barr. Fotografía: Gorka Gómez Andreu. Música: Gene Back. Intérpretes: Cristiana Dell’Anna, John Lithgow, Giancarlo Giannini, David Morse, Jeremy Bobb, Patch Darragh.

Poco sabíamos de Francesca Javiera Cabrini (1850-1917), la Madre Cabrini, patrona de los inmigrantes, monja italiana cuya labor social con los necesitados en Estados Unidos y el resto del mundo la convertiría en la primera norteamericana beatificada y canonizada por el papa Pio XI en 1938 y 1946 respectivamente.

Este caro yambicioso biopic viene a suplir nuestras carencias con escala épica y unos valores de producción que por momentos quisieran emular el aliento de títulos como Érase una vez en América o Gangs of New York. Así que olvídense de Rossellini y sus santos (Francesco, juglar de dios) y pónganse en formato clásico, melodramático y academicista para conocer mejor a esta mujer a caballo entre los siglos XIX y XX que, como no puede ser de otra manera en cualquier película contemporánea que se precie, se impregna de ese discurso de empoderamiento que la convierte en un prototipo de resistencia, orgullo y tesón feminista en una época marcada por las penurias, el desprecio y el racismo sufrido por los italianos que fueron a buscar fortuna al nuevo continente.

Alejandro Monteverde, director de reciente éxito cristiano Sound of freedom, asume el tono sin demasiados matices realistas y no escatima en recrear la miseria del barrio de Five Points y una Nueva York en plena transformación urbanística, tampoco en estilizar y embellecer cada plano por el que transita nuestra santa en vida, siempre impertinente con el poder (masculino) y siempre dispuesta a levantarse tras cada caída. La enjuta Cristiana Dell’Anna le pone músculo y coraje a su personaje y le hace frente al mismísimo papa (Giannini), al arzobispo (Morse) o a ese alcalde (Lithgow) con el que, a la postre, terminará entendiéndose en esa necesaria alianza política en la que se intercambian votos por mejoras.

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