Alba Molina | crítica
No lo es ni pretende serlo
Le pupille | Estreno en Disney+
**** 'Le pupille'. Comedia, Italia-EEUU, 2022, 37 min. Dirección y guion: Alice Rohrwacher. Fotografía: Hélène Louvart. Música: Cleaning Women. Intérpretes: Alba Rohrwacher, Valeria Bruni Tedeschi, Melissa Falasconi, Greta Zuccheri Montanari, Carmen Pommella, Lady Maru.
Los caminos del cine también son insondables y así desembarca de improviso en Disney+ este delicioso mediometraje de nuestra querida Alice Rohrwacher (Corpo celeste, le maraviglie) producido por Alfonso Cuarón.
Del imprevisible cruce de marcas y personalidades sale empero un hermoso cuento de Navidad que en cierta forma prolonga el tono y las ideas que ya estaban en esa obra maestra del cine contemporáneo que es Lázaro feliz, a saber, una visión profundamente humanista (y laica) de lo religioso que ironiza a su manera, con una luminosidad y un grácil sentido del humor deudores de la mejor tradición italiana, sobre la caridad y el sacrificio que acompaña la vida diaria de las niñas de un internado católico boloñés en tiempos de guerra y carestía.
Libremente inspirada en una carta de Elsa Morante a su amigo Goffredo Fofi, Le pupille reconstruye entre escenas de reminiscencia pasoliniana, simpáticos tableaux vivants y juegos reflexivos el episodio de una Nochebuena y un día de Navidad marcados por la llegada al comedor de una zuppa inglese traída por una aristócrata (Valeria Bruni Tedeschi) que quiere así recompensar las plegarias infantiles por su amor truncado.
Entre los pliegues de la anécdota argumental, a Rohrwacher le interesa sobre todo filmar a esas niñas inocentes, ponerlas a cantar, contar, jugar y hacer travesuras, convertirlas en las protagonistas de una pequeña función de temporada que las aparte momentáneamente de la realidad y la disciplina de la institución llevada con mano de hierro y entrañable hipocresía por la madre superiora Alba Rohrwacher.
Que finalmente sean los deshollinadores que trabajan en el edificio los que den cuenta de la tarta no deja de ser la más irónica moraleja de un cuento navideño de inopinado trasfondo político para tiempos de consumo digital, plataformas y algoritmos.
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