Infiltrado en la mezquita
Conspiración en El Cairo | Crítica
Ficha
** 'Conspiración en El Cairo'. Thriller, Sue-Fra-Din, 2022, 120 min. Dirección y guion: Tarik Saleh. Fotografía: Pierre Aïm. Música: Krister Linder. Intérpretes: Tawfeek Barhom, Fares Fares, Mehdi Dehbi, Mohammed Bakri, Makram Khoury, Sherwan Haji, Yunus Albayrak.
El sueco de origen egipcio Tarik Saleh (El Cairo confidencial) empieza a hacerse un nombre en el orbe festivalero y los circuitos del world cinema más exportable con su mirada poco complaciente y crítica al país de sus raíces pasada por las claves narrativas y la estética del cine de género, más concretamente el policiaco o, como en esta Conspiración en El Cairo, el thriller de infiltración y espionaje dentro del mundo de las universidades islámicas donde se debate el rumbo y el futuro político-religioso del país.
El cineasta ensancha la pantalla, toma cierto pulso realista a las calles, se sube a los minaretes y cocina a fuego lento la relación entre un joven estudiante de origen humilde y su paulatina labor como informante (con ideas propias) a instancias de un coronel la Seguridad del Estado (Fares Fares, su actor fetiche, aquí muy caracterizado) en una operación que, sobre la base de encuentros recurrentes, intercambio de información y accidentes varios, va revelando el alto grado de corrupción que rige los designios y las cloacas del país norteafricano.
Demasiado pegado a las demandas y giros de su guion, Saleh no consigue trascender con la puesta en escena o el ritmo adecuado el trazado pre-programado de su historia, dejándose por el camino algunas cuestiones de verosimilitud, detalles o matices sobre los personajes y sus motivaciones y dilemas o cierto sentido del suspense, para entregarse con evidencia al mensaje de denuncia sobre la corrupción del sistema, la islamización de lo civil y la utilización de peones desechables en el juego de las estrategias de poder.
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