“Hemos crecido, pero con el freno de mano puesto”

Poco más de un año después de su implantación, Spotify, el servicio de escucha musical vía streaming, cuenta ya en nuestro país con un millón y medio de usuarios. De este rápido crecimiento, y del modelo de negocio que la plataforma de origen sueco representa, habló ayer en Sevilla Lutz Emmerich, su director en España, uno de los ponentes invitados en el Encuentro Directivo 2010 organizado por el Instituto de Estudios Cajasol.

–¿Y cuál es su modelo de negocio?

–Somos una clara alternativa a la piratería discográfica.

–Pero, ¿a qué se refiere exactamente con un término tan ambiguo?

–Para nosotros piratería es la descarga de música a través de programas como e-mule y similares sin pagar nada al artista. Lo que queremos es devolver el valor a la música y conseguir que éste sea remunerado.

–¿Insinúa que la música ha perdido valor con las descargas?

–No, no he dicho exactamente eso, sino que queremos devolver el dinero a los artistas. Es decir, encontrar una manera de crear ingresos a través de la escucha de música, ofrecer una clara alternativa a los peer to peer, donde el artista no es remunerado. Esa alternativa es Spotify, que en realidad es mucho mejor que cualquier sistema p2p, más rápido y más fácil de usar.

–Le hago este inciso porque, en España, al menos hasta la fecha, no parece ajustado hablar de ilegalidad en referencia a las descargas. Al mismo tiempo, resulta llamativo señalar una pérdida de valor cuando parece obvio que se hace y se escucha mucha más música que años atrás.

–Sí, pero lo que queremos es recuperar esa remuneración que se ha perdido por el camino. Creo que la clave está en ofrecer algo mejor que el p2p, una alternativa en la que nosotros nos encargamos de la monetarización. Nos hemos dado cuenta de que, en efecto, se está escuchando mucha más música que antes y más variada, pero no necesariamente pagando por ella. Ofrecemos un producto que funciona para todos: para los artistas, por la monetarización del uso de su música, y para los usuarios, que pueden acceder a ésta sin pagar con dinero, pero haciéndolo con su atención a la publicidad.

–El crecimiento de Spotify en España es llamativo. ¿Cómo lo explica?

–Spotify es una empresa sueca fundada en 2006 por Daniel Ek y Martin Lorentzon. Hoy estamos presentes en seis países europeos (Suecia, Islandia, Noruega, Reino Unido, Francia y España) y contamos con casi ocho millones de usuarios. Aquí comenzamos hace 14 meses. Hemos crecido, pero con el freno de mano puesto, porque existen limitaciones y si no tienes una invitación tienes que apuntarte en una lista de espera. Hemos crecido justo en la medida en que queríamos hacerlo y que nos podemos permitir en términos tecnológicos: nuestros sevidores tienen un límite. ¿Por qué le gusta tanto a los españoles? Creo que la respuesta es sencilla: ofrecemos toda la música del mundo de una manera sencilla.

–Bueno, casi toda la música...

–Nuestro sueño, por supuesto, es tenerla toda. Nuestros acuerdos con las cuatro grandes discográficas, que cuentan con el 80% del mercado, son mundiales y a largo plazo. Hemos firmado también con nueve agregadoras, empresas que agregan por debajo de su paraguas a miles de artistas y discográficas independientes, que proporcionan incluso contenidos muy locales. Hoy disponemos de más de siete millones de canciones on-line.

–¿Cómo reaccionaron inicialmente las discográficas? ¿Entendieron su propuesta?

–Ek y Lorentzon negociaron durante dos años con ellas, al mismo tiempo que programaban la plataforma. Con la firma del cuarto acuerdo se lanzó el producto. Fueron negociaciones largas, pero se llegó a un acuerdo.

–¿Han ocupado Spotify y programas similares, los sistemas p2p y los blogs el espectro de difusión que antaño ocupó la radio musical?

–Bueno, lo entendemos como la manera de escuchar música hoy en día. Es la evolución: vinilo, cassette, CD, MP3 y, ahora, música desde la nube.