OBITUARIO
Muere Teresa Barrio, madre de Alberto Jiménez Becerril

La cordobesa Ángeles Mora logra el Nacional de la Crítica en poesía

El jurado del galardón distingue en la modalidad de narrativa a Cristina Fernández Cubas

Ángeles Mora.
Efe Madrid

24 de abril 2016 - 05:00

El libro de cuentos de Cristina Fernández Cubas (Barcelona, 1945) La habitación de Nona y el poemario Ficciones para una autobiografía de Ángeles Mora (Córdoba, 1952) han sido las obras ganadoras de la LXI edición del Premio de la Crítica en castellano. El jurado del premio, fallado ayer por la Asociación Española de Críticos Literarios en Santa Cruz de la Palma, considera a Fernández Cubas "una escritora fundamental de la historia de la narrativa española", y reconoce también un género, el cuento, que "desde hace muchos años está a la altura de la novela" en calidad.

Publicada por Tusquets, La habitación de Nona supone el regreso al género de una autora muy admirada en el mundillo literario después de nueve años de silencio, y del mazazo que supuso el fallecimiento de su marido, el también escritor Carlos Trías, una tragedia que aborda en uno de los relatos, La nueva vida.

De Ángeles Mora y su poemario Ficciones para una autobiografía (Bartleby Editores), el jurado destacó su "compromiso ante una realidad que nos aturde" y que trata de "compendiar la memoria personal con la historia colectiva". "Es una autobiografía fingida, cada poema parte de una imagen y se desarrolla en busca de una verdad", explicó a Efe la poeta cordobesa. "Es un libro que me ha iluminado mucho sobre los sentidos de la vida. Tengo la sensación de que los otros libros que he escrito me han servido de camino para llegar a este". Mora, descrita como "una autora discreta que no participa en los circuitos comerciales", lleva publicados siete poemarios desde 1982 y entre otros galardones ha obtenido el Premio Rafael Alberti y el Premio Ciudad de Melilla.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Alhambra Monkey Week

La cultura silenciada

Las chicas de la estación | Crítica

Los escollos del cine de denuncia

Lo último