El español, una lengua viva para la que Internet es una oportunidad

Congreso de las Academias de la Lengua Española

Una mesa redonda analiza los modos en que el español incorpora extranjerismos y cómo resiste a los retos que plantea la Red.

Salvador Gutiérrez Ordóñez, Mario Tascón, Juan Luis Cebrián, Adriana Valdés y Robert Verdonk.
Salvador Gutiérrez Ordóñez, Mario Tascón, Juan Luis Cebrián, Adriana Valdés y Robert Verdonk. / Juan Carlos Vázquez

La tecnología como moduladora de la sociedad, la política, la educación, las relaciones interpersonales. La tecnología, sobre todo Internet, como origen de eso que llamamos sociedad digital, que ha puesto patas arriba casi todos los aspectos del mundo en que vivimos (unas veces para bien, otras veces no tanto). Y también, claro, el idioma. Nuestro idioma. El español, una de las lenguas más habladas del mundo que, inmersa en la globalización que a todos nos engulle, está cada vez más impregnada de expresiones, giros y costumbres que vienen en su mayor parte del mismo sitio: el inglés.

No es el único peligro, si es que puede hablarse de peligro, al que se enfrenta el español, cuyos estudiosos tienen que lidiar con los atropellos léxicos, gramaticales y sobre todo ortográficos que pueblan la Red. Un fenómeno que no es nuevo pero que ahora es más público: antes quedaba circunscrito a los SMS y ahora viajan por todo el mundo gracias a las redes sociales.

¿Una amenaza o una oportunidad?

De todo esto se ha hablado en una de las mesas redondas del Congreso de Academias de la Lengua Española, una charla titulada Internet, ¿una amenaza para la unidad del idioma? y moderada por Juan Luis Cebrián, periodista y miembro de la RAE.

Junto a él, para tratar de discernir si la Red es una amenaza o una oportunidad para el español, se sentaron Salvador Gutiérrez Ordóñez (también miembro de la RAE y responsable del departamento de Español al día de la Academia, donde se atienden las consultas ortográficas y gramaticales de los hispanohablantes, casi 700 al día), Mario Tascón (presidente de la Fundación de Español Urgente, la Fundéu), Adriana Valdés (Academia Chilena de la Lengua e Instituto de Chile, autora de ensayos sobre la influencia de la tecnología en el lenguaje y la sociedad) y Robert Verdonk (RAE, correspondiente en Bélgica, catedrático y experto en educación y lengua y en la enseñanza del español).

"Problemas no solo léxicos u ortográficos, sino hasta morfológicos"

"La comunicación digital plantea problemas no solo léxicos u ortográficos, sino hasta morfológicos", defendió Gutiérrez Ordóñez, que apuntó como rasgos definitorios de este nuevo lenguaje que se aleja del estilo tradicional, es informal, "tiende a la simplicidad, al léxico limitado", tiene un registro coloquial y remite a la "oralidad".

El mayor reto suelen plantearlo "formaciones de plurales y compuestos sobre raíces extranjeras incompatibles que hay que arreglar y adaptar".

El académico repasó algunos de los retos que plantean los extranjerismos, términos con frecuencia relacionados con la informática y presentes en la comunicación en español. ¿Cómo incorporarlos al español? Gutiérrez Ordóñez repasó los distintos tipos de extranjerismos y los diversos mecanismos para añadirlos a la lengua, desde los "crudos" (que no se adaptan sino que se incluyen directamente, en cursiva; siempre es mejor usar el equivalente español, en caso de que exista), los "integrados" (que se han traducido), los de "adopción directa" (porque tienen fácil traslación) y esa otra serie de términos que ya se han convertido en cotidianos, por mucho que vengan del inglés. Con todo, el mayor reto suelen plantearlo "formaciones de plurales y compuestos sobre raíces extranjeras incompatibles que hay que arreglar y adaptar".

La cuestión es, concluyó, saber "incorporar y adaptar todo aquello que pueda enriquecer la lengua, que está en constante evolución".

Emoticonos, 'emojis', 'gifs'

A Tascón le correspondió abordar los nuevos códigos que han nacido con internet y las redes sociales y que son fórmulas comunicativas tan válidas como cualquier idioma y, según los casos, mucho más universales. Emoticonos, emojis (y memojis, con nuestra propia cara), pegatinas (stickers) o gifs son formas de "escritura digital que reflejan la oralidad", explicó el presidente de la Fundéu, que incidió en otras señas de identidad de estos nuevos modos de relacionarse, como las comunicaciones por capas (en WhatsApp, por ejemplo), las conversaciones asíncronas o la combinación de lectura secuencial y lectura no secuencial. Tascón repasó la historia de los emoticonos (desde los primeros creados por Scott Fahlman en 1982 hasta los actuales emojis).

'Memes'

De esta versión tecnológica y contemporánea de los jeroglíficos y pictogramas la charla pasó a otro fenómeno específico de las redes sociales: los memes. Adriana Valdés partió de estos elementos de comunicación, satíricos e ingeniosos, y los relacionó con las protestas de su Chile natal, donde "no hay banderas de partidos políticos; cada persona construye su propia pancarta, y la mayoría reproducen memes de internet". El influjo de la Red, reflexionó Valdés, afecta incluso "a la forma de pensamiento".

"En Internet, un mundo global, somos todos extranjeros; la lectura lineal ya no es la única posible"

"En Internet, un mundo global, somos todos extranjeros; la lectura lineal ya no es la única posible", agregó, porque en la Red, y en servicios como Twitter, "hay un caos, un tiempo y un espacio diferentes que se van llenando poco a poco, con el tiempo. Nos ha sacado de la cultura de Gutenberg y ahora escribimos hacia un vacío casi cósmico en el que ya no hay un solar firme". Esa naturaleza fluida de la comunicación se traslada al mismo diccionario, "que ya no es un libro impreso, sino una red en la que todos los usuarios colaboran. Todos hacemos posible este nuevo lenguaje".

Verdonk, por su parte, quiso matizar las cifras de habla del español en el mundo. O, más bien, distinguir entre quienes la tienen por lengua materna y quienes la tienen como segunda o tercera lengua, los que la estudian porque "ven las ventajas de saber español". Porque es este segundo grupo el de mayor proyección de crecimiento y a esos estudiantes interesados "hay que proporcionarles los medios para aprenderlo".

En el turno de debate, Gutiérrez Ordóñez interpeló a Verdonk sobre las bondades del aprendizaje autónomo y automatizado. Sin desdeñar las ventajas de una enseñanza robótica en según qué circunstancias, Verdonk aclaró que él aprendió español hablando con gente diferente, con distintos acentos y formas de hablar. "El robot", apostilló, "solo sabe hablar de una manera".

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