“Cuando una mujer decide ser loca se abren las puertas del cielo”
Concha Buika | Cantante
La artista, una de las voces más personales y conmovedoras de la música latina, inicia hoy en Sevilla su nueva gira de conciertos en España donde presentará nuevos temas y repasará grandes éxitos como La niña Lola, Un mundo raro o Jodida pero contenta
Sevilla/Con la disciplina de un soldado, Concha Buika asume su papel de artista con “preparación, responsabilidad y consciencia”, bajo un convencimiento férreo de que el arte es algo sublime capaz de unirnos y salvarnos. Por eso, siente que el suyo pertenece “a todos y a todo” y confiesa, con guasa, estar dispuesta a dejarse “chupar tó” por aquellos que la siguen y a quienes siente como “mis verdaderos jefes”.
Natural, segura y salvaje, la cantante, compositora y poeta, bautizada como la voz de la libertad y reconocida como una de las voces más personales y conmovedoras de la música latina internacional, asegura que para sentir una canción, propia o ajena, necesita encontrar “su verdad” y, desde luego, sostiene, “no le cantaría nunca al hambre infinita de quienes ni sacian ni revientan”. Así, como una chamana, durante la entrevista en este diario mira con los ojos “de tigre”, vivos y en alerta, para insistir en la necesidad de dejarnos de moñadas y abrazarnos. Justo lo que promete hacer con su música en el concierto que dará esta noche en la Plaza de España (22 horas) dentro del Singular Fest y con el que inicia la nueva gira española.
-Dicen que el vuestro es un mundo ingrato que olvida enseguida al artista que desaparece. Sin embargo, usted vuelve y el público la espera con los brazos abiertos...
-Ingrato, ¿por qué? Para nada... El artista no se tiene que rendir nunca porque si te rindes hay mucha gente que se queda sin tu voz, sin tu manera de expresarte y sin los mensajes que vienen a través de ti. Tenemos que seguir siempre.
-En esta gira reaparece con los temas de siempre y algunos nuevos, como Yo me lo merezco, por la que está nominada al Grammy Latino con Carlos Santana. ¿Hay también una nueva Buika?
-Hay un pre y hay un post (Risas). Creo que en estos momentos estamos todos resurgiendo como el águila imperial. Lo que voy a hacer no lo sé, mima. Primero porque soy mucho de improvisar. Me gusta salir a cantar como el toro a la plaza. Esto de estar aferrada al recuerdo por si se te olvida una letra, no, que se olvide lo que sea. Yo me subo al escenario a vivir la verdad y si se olvida algo lo digo y no pasa nada.
-Es difícil encontrar artistas que puedan presumir de compartir escenario con figuras tan grandes y diversas como Manzanero, Chavela Vargas, Perales, Bebo Valdés, Nelly Furtado, Chick Corea, Pat Metheny... ¿diría que ése su parte de su legado?
-No sé, mamita mía. Estoy aquí para pasarla bien y quien me llame siempre me tendrá porque cuando te llaman para que unas tu voz a un proyecto, a un sueño, te están regalando algo muy bonito. Créeme si te digo que me da igual si es Santana o Pepe el de la esquina. Realmente ahí la musa es el tema.
-En este sentido, ¿de quién se ha llevado la mejor lección?
-Me han dado muchas pero una de las que tengo más presentes me la dio mi hijo en la pandemia. Yo me asusté, me agobié y me cabreé mucho. Salió mi mente calenturienta erótico-festiva y despotricaba por todo. Me miraba al espejo y me veía gorda, fea, sentía que no podía aportar nada más a la música y, entonces mi hijo, con 19 años, me dijo un día: mamá mi único objetivo en la vida es estar tranquilo. Fue una gran lección.
-Chucho Valdés, que le ha precedido en este Singular Fest, es de los que confiesan que quieren acabar en un escenario, ¿tanto enganchan las tablas?
-Uf, es una comunión milagrosa porque nadie está obligado a estar ahí. Nos juntamos por voluntad propia para celebrar la música, que es mágica. Entre el artista y el público hay una complicidad brutal porque sabemos que vamos a compartir un secreto... Además, ocurre algo muy bonito y es que un grupo de personas enorme, del Barça, del Madrid, del Sevilla, del PSOE, del PP... confluyen en una cosa, en disfrutar de eso. Al final estamos más unidos por las emociones que separados por ideas.
-Da la sensación de que todos los géneros (flamenco, copla, jazz, soul...) y colectivos (negros, mujeres, homosexuales...) se han querido apropiar de usted, en el buen sentido. ¿Esto le enorgullece o le asusta?
-¡Que se aproveche todo el mundo, que me chupen tó y no quede nada de mí! Nosotros estamos aquí para entregarnos a la humanidad, claro que sí tía... Esta locura nuestra es escogida, no es enfermedad, y cuando una mujer decide ser loca, buah, se abren las puertas del cielo. Yo pertenezco a todo y a todos. Somos todo, ese niño gordo que se toca la nariz, ese perro que ni ladra ni ná, esa mujer que ni siente ni padece... somos todo, todo el rato.
-Y en ese caminar libre, ¿le ha costado defender su libertad creativa?
-No, mientras tú te apruebes, no hay quien te pare. Tus sueños son tuyos, no hay que seguir las voces de alrededor ni cometer el error de contárselos a todo el mundo.
-De usted destacan esa capacidad de exponerse y vaciarse cantando, ¿no tiene miedo?
-Los miedos no hay que esconderlos porque crecen y se vuelven un monstruo. Si los expones, otro te dirá, no te preocupes, eso lo he pasado yo. Si todos mostráramos nuestros miedos evitaríamos mucho dolor.
-En ese compromiso suyo, ¿le pide algo a cambio al público?
-La tribu es la directora de orquesta verdadera. Quienes nos dirigen son ellos, no las discográficas ni el manager, todo eso es mentira. Los espectadores son nuestros jefes y tenemos los más guapos del mundo, los más enrollados, los más consentidores y los que más nos miman. Estoy enamorada de mis jefes.
-Habla de que el artista se debe a la humanidad, ¿qué se le debe exigir entonces?
-No creo que exigir sea la palabra adecuada porque justamente los artistas tienen un nivel de autoexigencia que a veces roza la locura. Creo que la palabra es preparación, consciencia y responsabilidad. Saber de qué te están hablando antes de firmar nada. La mayoría de las decisiones que tienen que ver con tu vida ni siquiera estás cuando se toman. Por eso lo único que le pido a los artistas jóvenes de esta gran tierra, que son personas que van a darle mucho al mundo, es que aprendan a escuchar, a leer, que se informen. Que conozcan el valor que tienen ahí fuera.
-El valor que no es precio...
-Exacto, que nunca se te olvide el hambre, mama. Que no se te vaya la mirada de tigre. A nosotras nos alimenta más el hambre que la comida, hermana. Que no te enreden con regalitos, con cosas caras, con likes. Olvídate de eso, tus jefes están ahí fuera y cuando te escuchan puede que se les olvide el día de mierda que llevan o la pena de corazón; eso está más allá del egoísmo de los que te rodean. Que no te coman la cabeza, tú eres soldado. Tú no sabes a cuántas personas estás ayudando y eso no se puede dejar en manos de nadie. Que no se nos metan esas tonterías en la cabeza de ay no hablo de dinero porque soy muy romántica... Vamos a ver una cosa, cuando no puedes darle de comer a tus niños, dónde te duele, te duele en el corazón.
-Chavela, quien le bautizó como su hija negra, decía que el amor no existe, que es un invento en una noche de borrachera... ¿qué es para usted?
-Para mí es la única evidencia. Somos seres infinitos gracias al amor. Eso sí, hay que tener cuidado porque mal interpretado puede ser mortal, arruinarte la cabeza y la vida. Por eso tiene que estar antes vertido sobre ti y luego sobre lo demás. La capacidad de entrega que tenemos nosotras las mujeres es suicida. La mente de una mujer es una máquina de lo más poderosa pero también puede ser autodestructiva y cuando una mujer se destruye, se caen muchas cosas de alrededor, porque somos sostenedoras.
-Pero qué difícil, ¿no?
-Entre otras cosas por la falta de educación emocional que tenemos. Hemos crecido admirando a nuestras madres por su capacidad de entrega en vez de decir mamá fuiste tonta. Añoramos a esa gran madre que era capaz de sacrificarse y joderse la vida... Mal, chicas, olvídense de eso. Lo que han hecho con nosotras es inaudito, también con los hombres, claro, a quienes se les han mutilado sentimentalmente. Mira, han pasado muchas cosas, se nos ha ido mucha gente. Dejémonos de moñadas y empecemos a abrazarnos, por favor. La mitad de mis comadres están con unos traumas y unos complejos... cuando no hay cosa más sensual, erótica, elegante, inteligente, precisa, calculadora, sexy y viva que una mujer con 50 años. Es cuando empieza el rock and roll, hasta ahora hemos estado ensayando. Y no son los nuevos 30, estos 50 no se han vivido nunca en la historia. Somos pioneras y encima no estamos solas porque a partir de cierta edad no somos rivales, estamos hermanadas.
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