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"En la compasión, la piedad y el amor está la salvación"

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La escritora argentina Agustina Bazterrica publica la novela 'Las indignas' (editorial Alfaguara), en cuyas páginas se aborda la vida de una espeluznante secta en un mundo postapocalíptico

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La escritora Agustina Bazterrica / Denise Giovaneli
Gonzalo Gragera

05 de enero 2024 - 06:29

Aquí nos encontramos ante un mundo postapocalíptico que ha vivido una catástrofe que, imaginamos, ha sido propiciada por el cambio climático. Hambruna, drásticos cambios de temperatura, guerras. En este contexto, una comunidad –es decir, una secta- procura captar a mujeres desamparadas. Pero en la Casa de la Hermandad Sagrada –así se llama este lugar- no hay salvación alguna. Tan sólo opresión, humillaciones, torturas e incluso las ejecuciones. En este convento –infernal-, regido por la Hermana Superior y por un enigmático «Él», habitan «Las indignas». La historia de estas mujeres, esclavizadas y sometidas, la relata la escritora argentina Agustina Bazterrica en una novela en la que converge la fábula distópica, el fanatismo religioso y el valor de las libertades.

-Una secta acoge a mujeres que no tienen adonde ir tras un mundo devastado por el hambre y por la guerra. Pero en esta secta el horror es aún mayor.

Sí, es muchísimo peor. Una de las cosas que investigué para esta novela fue el funcionamiento de las sectas, cómo funcionan los grupos coercitivos. Es decir, cómo es posible que alguien culto o alguien preparado caiga en estas redes. Llegué a conocer un montón de mecanismos de manipulación. Uno de ellos, sin duda, es generar miedos. Otro es minar la identidad –por eso en la novela todas las mujeres visten iguales y se les cambia el nombre-. También está poner en categorías a quienes pertenezcan a la secta. Para así generar una ilusión de privilegios. Por último, los mantras. El uso de los mantras. En el caso de la novela es la frase “sin fe, no hay amparo”.

-En la novela se entiende que la fe es un instrumento de dominación social.

Claramente. No quiero herir susceptibilidades, y yo respeto la creencia de cada persona. Pero mi experiencia personal con las religiones es esa. Yo en la escuela me preguntaba por qué si Jesús en la Biblia habla del amor nos enseñaban a un Dios vengativo, que discrimina, represor. ¿Qué tiene que ver el amor con la Inquisición? Muchas de las torturas que describo de la novela vienen de la Inquisición. Aunque a muchas personas las haya salvado, yo veo las religiones como instituciones de poder. La Iglesia católica es la inmobiliaria más grande del mundo. Además de ser patriarcal.

-En «Las indignas» hay una promesa de salvación, es decir, de en este convento tendrás un lugar que te proporciona seguridad contra una situación atroz. Pero esa es una estrategia que tan sólo conduce a una sumisión absoluta. A una condena.

Bueno, sí, como también le pasó a un montón de mujeres que las quemaron porque, no sé, en teoría eran herejes, desobedientes, insumisas.

"Aunque a muchas personas las haya salvado, yo veo las religiones como instituciones de poder".

-Usted trata la trama desde el punto de vista religioso. Pero me pregunto si aquí hay también una lectura de actualidad política. Se lo pregunto por el ascenso de Milei al poder y las maneras del populismo argentino.

Sí que la hay. Porque la política atraviesa toda nuestra vida. En Argentina las feministas, después de mucho luchar, conseguimos derechos como el aborto. Un derecho que probablemente esté amenazado, pues tanto Milei como la vicepresidenta y su gente dijeron que estaban en contra. También quieren sacar la educación pública y niegan a los treinta mil desaparecidos en la dictadura militar argentina. La vicepresidenta de hecho es simpatizante de genocidas. Yo creo que todas estas decisiones van a afectar al pueblo argentino. Independientemente de lo económico, que por supuesto venimos de una situación muy difícil. Por algo Milei fue candidato sin experiencia política, sin haber ocupado ningún cargo. La gente, claro, quiso apostar por algo diferente.

-En el convento de su novela se construye un discurso que es mentira, que no existe y que es una ficción, para así ejercer el poder. El populismo también construye discursos gaseosos para llegar al poder.

¿Qué político no construye esos discursos para llegar al poder? No sé… En un podcast que escuché hace poco analizaban el motivo por el que las derechas extremas han llegado al poder en distintos lugares. Uno tiene que ver con las redes, con TikTok por ejemplo. Las generaciones más jóvenes consumen en esos canales fake news, estadísticas simples o directamente falsas. Con esta manipulación son captados más fácilmente. Nosotros lo vivimos también con el peronismo. Con lo positivo que tuvo, pero también con lo negativo.

-La historia que nos relata es calificada con el género de terror: ¿cuál es su mayor miedo?

¿En general, en la vida?

-Sí.

El fanatismo. Cómo existen personas con las que no puedes hablar o razonar. Gente que es capaz de matarte.

"Muchas de las torturas que describo de la novela vienen de la Inquisición".

-¿Por qué cree usted que una persona llega a matar por una idea?

Puede ser el adoctrinamiento, o personas con un gran vacío existencial… o con problemas graves de inseguridad que encuentran en el fanatismo una razón para vivir. Otro tema que he trabajado en «Las indignas» es la presión de los pares –de los similares-. Hay un experimento en el que se meten a diez personas en una habitación. A nueve de estas le decís que dos más dos son cinco. La décima persona, muy probablemente, te dirá que dos más dos son cinco. ¿Por qué? Porque nueve personas no se pueden equivocar. Todo al final depende de con quién te juntes o con quién crezcas.

-¿Qué secta, de las que ha investigado, le ha llamado especialmente la atención?

La de los mormones, que viven prácticamente en el medievo. Y otra que decía que los iban a buscar los aliens y que estos extraterrestres se los iban a llevar. Pero los aliens nunca vinieron. Entonces, el guía de la secta convenció a la comunidad para que se suicidaran. Y todos se suicidaron.

-¿Dónde está la salvación?

Como dije, yo no comulgo en las religiones. Pero sí creo que hay una energía creadora. Es el amor. Creo que somos todos desprendimiento de esa energía. Yo creo que en la compasión, la piedad y el amor está la salvación.

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