Siempre Así, ese compás de Sevilla
El grupo hispalense se da un baño de masas en el Icónica Santalucía Sevilla Fest
Ofrecen un concierto con el que renuevan su idilio con la ciudad
Ricky Martin disloca más de 9.000 caderas en la Plaza de España
Hay una parte de nosotros, toda una sensibilidad, que se condensa en Siempre Así y que, si bien puede confundirse con el pijerío, riega no obstante todo el bagaje musical de nuestra ciudad: las sevillanas, el Rocío, los coros religiosos, los popurrís de rumbitas… Ya saben ustedes, ese compás de Sevilla -melódico, reconocible, fácil- que se combina en las canciones de los protagonistas de la noche del jueves en el Icónica Santalucía Sevilla Fest. Sobre el escenario de la Plaza de España los de Rafa Almarcha impusieron una realidad palmaria: son una máquina de éxitos que ha colocado sus canciones en la esfera de lo popular, donde juegan un papel omnipresente en las celebraciones más ligadas a nuestra idiosincrasia. Quién diga que no ha coreado sus canciones en una caseta, miente.
El jueves agotaron las 4.000 entradas de su Siempre Mahareta, el concierto con el que celebran los treinta años de aquel segundo disco que los encumbró. A recordar los temas de ese álbum dedicaron la primera parte de su actuación, que incluyó los sones de Dónde están, Igual que la Primavera o Mis versos. Pero fue con las sevillanas cuando la Plaza de España se despendoló. La "Andalucía rubia", como la acertó a definir Rafael Alberti, también baila, sobre todo por sevillanas, así que el respetable se levantó de su asiento y se marcó las cuatro coplas de rigor, en una imagen que contrasta con la explosión de ritmos caribeños protagonizada por Ricky Martín la noche anterior en el mismo escenario. Cosas del Icónica.
A partir de entonces, todo el concierto tendría el cariz de un acto de auto reconocimiento, la expresión vívida del narcisismo del que pecamos -y gozamos- a menudo los sevillanos, y en el que Siempre Así ejerce como deidad musical. El corazón del concierto se compuso de sus temas más conocidos. Se me va, Un Rincón del Alma, A mi manera y Para volver a volver -quizás su composición más lograda, una canción que luciría mejor con más voltaje emocional-; en las que se evidenció el naufragio vocal al que se exponen sus integrantes a nada que se apartan de la interpretación coral.
El público acunó los temas con esas “palmas de Sevilla, que se note dónde estamos” que le pedía Almarcha; porque la de Siempre Así es una música asequible, amable, que requiere y ofrece la posibilidad de acompañarlos por el módico precio de un compás de rumba, un suave contoneo de cadera y el arabesco de unas muñecas. Destacaron en esa línea las versiones de Se acabó y Se te nota en la mirada, que interpretaron en recuerdo de dos “sevillanos eternos”: María Jiménez y Rafa Serna.
Como colofón -antes de los bises- Si los hombres han llegado hasta la luna, otro himno salpimentado con una coreografía que, eso sí, no corre el riesgo de convertirse en un trend de Tik Tok. En la generosa propina incluyeron Cuando vuelva a Sevilla en primavera, cuya letra ilustra esa sensación de ensimismamiento de la Sevilla castiza: "Y volveré al olor de los naranjos / a vivir un Jueves Santo / y una mañana de feria / Me embriagaré / de jazmines y azahares / Y del tinto de Morales /manzanilla sanluqueña".
Para el cierre se reservaron una salve a la Virgen del Rocío, a la que Almarcha añadió -por si alguien estaba desubicado emocionalmente- el broche de estos vítores: "Viva la Virgen de los Reyes, Viva la Virgen del Rocío, Viva Andalucía, Viva España".
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