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Flamenco
Cancanilla de Marbella. Con Juan Habichuela. El Flamenco Vive.
En varias ocasiones les he dicho que El Flamenco Vive, más que una discográfica al uso, es una auténtica ONG flamenca. No sólo ha rescatado grabaciones impresdindibles de la historia de este arte (Fernanda, Bernarda, El Chaqueta...) sino que es sensible a las inquietudes artísticas de clásicos vivos como Canela, hace unos años, o, ahora, Cancanilla de Marbella. Los mejores discos de ambos artistas imprescindibles han salido de las prensas de esta discográfica. Y siempre, en delicadas ediciones críticas. Ramón Soler Díaz es el encargado aquí de hacer la más completa biografía del cantaor hasta la fecha, así como de presentarnos los cantes respectivos.
Cancanilla demuestra lo enorme cantaor que es, lo bien que está de voz, con tres deliciosas entregas por bulerías. Una voz caliente, íntima, esencial, entregada, dionisiaca. Enorme dominio rítmico, que demuestra en los trabalenguas, en un disco grabado en directo, es decir, sin edición posterior que no sea el puro cante, de principio a fin.
Pero no sólo de fiesta se alimenta el cante de Cancanilla. En la bulería por soleá, nos informa Soler, hace los estilos característicos de este cante: Frijones, La Moreno y El Gloria. Un palo airoso que se ajusta a la perfección al estilo emotivo de Cancanilla. Por soleá, de nuevo según Soler, las querencias de Cancanilla recorren el arco melódico de Cádiz a Alcalá de Guadaíra, es decir, de El Mellizo a Joaquín el de la Paula, pasando por Frijones, Joaniquín, La Serneta e Yllanda. Algunas letras nos retrotraen a los romances fronterizos de la Edad Media y el Renacimiento. Espléndida la serie que interpreta junto a Antonio Moya, variada de melodía y entregada y lírico el toque: un gran contrapunto a la afilada visceralidad de la voz. La variedad y amplitud de repertorio la demuestra Cancanilla con cantes de Chacón y El Rojo el Alpargatero por malagueñas y cartageneras, igual de entregado que en los cantes más rítmicos.
He dejado para el final el comentario de los tres maravillosos cantes en los que Cancanilla se hace acompañar de la guitarra solemne del gran Juan Habichuela, mito vivo del mejor toque de todos los tiempos. Un estilo demorado que va a lo básico para un monumento a la melancolía llamado soleá de Cádiz y Alcalá. No es sólo que el patriarca de la saga Habichuela esté en plena forma. Es que no se puede acompañar mejor al cante: delicadeza, empatía y unas falsetas trenzadas como finas cuentas de una joya. En los fandangos se acuerdan de Antonio el de la Calzá. Hirientes y esenciales se muestran ambos en la seguiriya.
Antonio Moya, que acompaña al cantaor en la mayoría de los cortes, aporta su estilo sencillo, naïf, entregado al cante, mientras que Chaparro resulta más austero. El cuarto guitarrista del disco es Juan Carmona, hijo de Habichuela, que acompaña al cantaor con solvencia en la segunda de las entregas por bulerías. Además de la documentación señalada, el disco incluye una exacta trascripción de las letras, así como abundante material gráfico de primera.
Cancanilla de Marbella es el nombre artístico del cantaor Sebastián Heredia Santiago (Marbella, 1951). Nacido en el seno de una familia con tradición cantaora (este disco incluye varios cantes trasmitidos por su madre, María Santiago) se inició profesionalmente en los establecimientos turísticos de su entorno natal: El Platero, Venta Ana María y Pagoda Gitana. Pasa luego por la compañía de José Greco, con la que viaja a Nueva York, y a los tablaos mexicanos y madrileños: Los Canasteros, Café de Chinitas, Villa Rosa, Caripén, El Corral de la Morería, Torres Bermejas y alguno más. Su fluctuación entre los dos polos del periodo, del tablao a los festivales, es decir, de lo turístico y festero al canon mairenista, se refleja en su obtención de un premio en el Festival de Córdoba.
Cancanilla, que se inició como bailaor y que tiene una hermana, la Chichi, profesional del baile, se ha dedicado la mayor parte de su vida al cante atrás, esto es, a cantar para el baile, sobre todo en el ámbito íntimo del tablao. Hace sólo cinco años que decidió dedicarse en exclusiva al cante en solitario. Ha publicado dos discos colectivos y cuatro en solitario: ésta es su quinta entrega. De los discos anteriores, publicados entre los años 70 a 90, tan sólo puede encontrarse hoy el que hizo en 1972 para Fontana, reeditado en CD por Universal en 2007. Pese a esta precariedad discográfica, hay que señalar que nos encontramos ante uno de los grandes cantaores de nuestra época, como atestigua esta grabación.
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