Raqa | Crítica
Herrero contra el ISIS (y contra el cine)
Salir al cine
Como cada año por estas fechas, nos llegan los ecos, las imágenes y las noticias del que sin duda es el mejor festival de cine del mundo y al que prometemos ir más tarde o más temprano, el ya veterano Cinema Ritrovato de Bologna que acaba de cerrar su 37ª edición con las plazas de ciudad abarrotadas cada noche para ver el mejor cine mudo, clásico y moderno en nuevas versiones restauradas.
Uno de los acontecimientos más esperados de cada edición es el anuncio de los premios premiosque se otorgan a los mejores trabajos de restauración y edición en DVD y Blu-ray, sí, todavía, con sus correspondientes ediciones críticas para el mercado internacional.
Y el ganador de este año en la categoría de ‘mejor caja’ no podía gustarnos más: el precioso box-set Jonas Mekas: Diaries, Notes & Sketches Vol.1-8 (1949-2000) (Re-Voir) nos trae el cine diarístico del gran cineasta de origen lituano en nuevas copias que revelan todo el esplendor vital y la vibración fílmica de títulos esenciales como Walden, Reminiscences of a Journey to Lithuania y As I Was Moving Ahead Occasionally I Saw Brief Glimpses of Beauty junto a los que también se incluyen tomas descartadas, fragmentos y textos que acompañan y complementan a estas memorables piezas de auténtico cine poético arrancado de la vida cotidiana.
El jurado internacional que conforman Lorenzo Codelli, Shivendra Singh Dungarpur, Philippe Garnier, Pamela Hutchinson, Paolo Mereghetti y el español Miguel Marías ha incluido también en el palmarés la edición de Get Carter (1971, Mike Hodges) a cargo del BFI por sus contenidos especiales, “una verdadera mina de oro” que incluye ensayos críticos, dos audio-comentarios, documentos, entrevistas, recuerdos o reportajes televisivos de la época sobre un filme emblemático de aquella resaca del Swinging London protagonizado por un extraordinario Michael Caine.
En la categoría de ‘mejor redescubrimiento de una película olvidada’, el premio ha ido a parar a la edición en Blu-ray (Ignite Films) del clásico de la ciencia-ficción de serie B Invaders from Mars (1956) de William Cameron Menzies, demostración de que en el espíritu que mueve el Ritrovato siempre hay sitio para el cine más popular. La edición incluye numerosos extras, entre ellos el final alternativo que ha circulado en Europa durante décadas y que permite ahora la comparación con el original norteamericano.
Palabras mayores para el otro cofre premiado en esta categoría, nada menos que la integral de Kinuyo Tanaka que Carlotta puso en circulación el año pasado en nuevas copias restauradas en 4K y que se ha podido ver en salas españolas e incluso en Filmin. Todo un acontecimiento del que ya nos ocupamos aquí y que revela a una cineasta mayor a la altura de otros maestros japoneses de los años 50 y 60 en los que, después de una larga trayectoria como actriz, dirigió sus seis únicas y maravillosas películas, entre ellas la emocionante Pechos eternos (1955).
No se queda atrás el cofre que Criterion ha dedicado en 2022 a algunos de los filmes recientemente restaurados por la Film Foundation que preside Scorsese. El volumen 4 del ‘World Cinema Project’ se hace con el prestigioso premio al que da nombre el historiador finés Peter Von Bagh incluyendo la angoleña Sambizanga (1972, Sarah Maldoror), la argentina Prisioneros de la tierra (1939, Mario Soffici), la iraní Chess of the wind (1979, Mohammad Reza Aslani), la camerunesa Muna moto (1975, J.P. Dikongue-Pipa), la húngara Two girls on the street (1939, André de Toth) y la india Kalpana (1948, Uday Shankar).
Un último reconocimiento a la ‘mejor edición individual’ ha ido a parar al desconocido clásico de la nova vlnà checoslovaca The Sun In a Net (1963, Stefan Uher), la historia de dos jóvenes, él de ciudad, ella de campo, y su relación de amistad en la convulsa Bratislava de aquellos días.
Muy estimulante la programación del Patio de la Diputación para este fin de semana. Hoy jueves 13, en estreno sevillano, puede verse El caftán azul, de Maryam Touzani, cinta más taquillera del año en Marruecos y seleccionada para los Oscar, una historia sobre la homosexualidad y sus trabas de la que la crítica ha alabado su sensibilidad en el tratamiento del tema. También sensible y delicada es la irlandesa The quiet girl, de Colm Bairéad, para mañana viernes 14, una historia de iniciación juvenil marcada por el revelador silencio y la mirada de una niña que pasa unos días de verano con unos parientes lejos de la violencia del hogar familiar. El sábado 15 es el turno del maestro Spielberg y su última obra maestra, la autobiográfica The Fabelmans, y el domingo 16 hay aún más motivos de celebración con la proyección de la hilarante y clásica Luna nueva (1940), de Howard Hawks, ambientada en el mundo del periodismo y protagonizada por Cary Grant y Katherine Hepburn.
En Cicus, hoy mismo pueden recuperar el primer largo de Rodrigo Sorogoyen, Stockholm. El lunes 17 toca cine negro de serie B con Atrapado (1949), de Richard Fleischer, y el miércoles 19 Aguas tranquilas de la japonesa Naomi Kawase. Y en el CAAC, ese mismo miércoles 19 pueden optar por la cinta noruega Sick of myself, Kristoffer Borgli.
Bernard Herrmann, el mejor compositor cinematográfico de todos los tiempos, sólo compuso una ópera, esta Cumbres borrascosas (1943-1951) con libreto de su esposa Lucille Fletcher a partir de la famosa novela de Emily Bronte y su acostumbrado y reconocible sello romántico. Nunca la vio representada en vida (de hecho sólo se ha representado una vez, en 2011, con motivo del centenario del nacimiento del compositor), aunque la grabó en una suite de concierto en 1966 pagada de su propio bolsillo.
Esa misma suite para soprano, barítono y orquesta, en la que pueden oírse pasajes de la banda sonora de El fantasma y la señora Muir, renace ahora de la mano de la Singapore Symphony Orchestra y Mario Venzago en una flamante nueva grabación para el sello Chandos que incluye también un arreglo para orquesta de cuerdas de su cuarteto Echoes.
También te puede interesar
Raqa | Crítica
Herrero contra el ISIS (y contra el cine)
ROSS. Gran Sinfónico 4 | Crítica
La ROSS arde y vibra con Prokófiev
Lo último