Imágenes entre la luz y la sombra

Salir al cine

Hasta el 14 de abril, catorce títulos conforman el selecto ciclo que Filmoteca de Andalucía dedica en el Cervantes a la gran fotografía cinematográfica

Una imagen de 'Barry Lyndon' (1975, Kubrick), con fotografía de John Alcott.
Una imagen de 'Barry Lyndon' (1975, Kubrick), con fotografía de John Alcott.

El pasado martes arrancaba en el Cine Cervantes el ciclo de Filmoteca de Andalucía que, hasta el próximo 14 de abril, estará dedicado a catorce conocidos filmes de la historia del cine especialmente memorables por su fotografía. 'Un arte de la luz', que así se titula, pretende aunar las dos facetas bajo responsabilidad de Juan María Rodríguez, programador del ciclo y autor de los textos de su generoso folleto, al frente del Instituto Andaluz del Cine y la Fotografía, intrínsecamente unidas a la práctica cinematográfica desde sus orígenes y que han tenido en la labor de algunos destacados profesionales y en la evolución de las tecnologías asociadas, el impulso necesario para explorar nuevas posibilidades plásticas, estéticas y dramáticas del uso de la luz natural o artificial en el arte cinematográfico.

Apuestas seguras, escaso riesgo, algún filme que se antoja intruso y esperemos que en copias restauradas, en la selección de títulos y en la nómina de directores de fotografía del ciclo: del periodo de transición del mudo al sonoro, o lo que es lo mismo, cuando el lenguaje visual aún era el elemento primordial del cine, ya se ha visto Amanecer(1927) de F. W. Murnau. Del clásico, aunque con un evidente trazo manierista que desafiaba desde la fotografía los propios cánones de la transparencia o la invisibilidad del estilo, podrá verse en enero (día 20) Las uvas de la ira (1940), adaptación de la novela de Steinbeck a cargo de John Ford, y una de las colaboraciones esenciales con Gregg Toland, aquí deudor del estilo documental de la Farm Security, destinado a cambiar las reglas de juego sobre la expresividad de la iluminación o su incidencia en la puesta en escena en Ciudadano Kane. También es memorable el trabajo expresionista con el blanco y negro de Stanley Cortez para La noche del cazador (1955), único filme dirigido por Charles Laughton y verdadero portento visual de composición, luces y sombras especialmente recordado por las cualidades oníricas de algunas imágenes subacuáticas. Se proyectará el martes 27, siempre a las 20 h. 

Fotograma de 'La noche del cazador' (1955, Laughton), con fotografía de Stanley Cortez.
Fotograma de 'La noche del cazador' (1955, Laughton), con fotografía de Stanley Cortez.

Ya en febrero (días 3 y 10), la modernidad se abre paso con Persona (1966), con fotografía del sueco Sven Nykvist, y Banda aparte (1964), con fotografía de Raoul Coutard. Si en esta última la ligereza y la audacia de los equipos y cámaras materializaban una nueva imagen (dura) que se parecía mucho a la realidad (según Godard), en el radical filme de Bergman los experimentos vanguardistas con la materia fotosensible del prólogo daban paso a la potencia expresiva de los encuadres y primeros planos de los rostros de sus actrices (Ullmann y Andersson) que han quedado como referencia.

El cine español, o mejor dicho, los directores de fotografía españoles, están representados por tres títulos para los días 17 de febrero, 3 y 10 de marzo respectivamente: El espíritu de la colmena (1973, Erice), con fotografía de Luis Cuadrado, Días de cielo (1978, Malick), con fotografía de Néstor Almendros, y La isla mínima (2014, Rodríguez), con imágenes de Álex Catalán. En el primer caso, estamos ante un depurado trabajo de raíz pictórica (Vermeer, Rembrandt, Zurbarán) y tonos ambarinos que hacía de la luz y sus contrastes entre el interior y el exterior, de su entrada en la casa familiar a través de las ventanas, un elemento estético central de esta obra maestra. En el segundo, Almendros persiguió denodadamente la hora mágica o la pintura de Hopper o Wyeth como marcas de estilo y temperatura tonal de un filme con el que ganó el Oscar en 1979. En el caso de La isla mínima, el paisaje y la luz de la marisma sevillana se abre paso desde las alturas para encontrar luego en las fotografías, encuadres y tipos del trabajo de Atín Aya un referente ineludible para enmarcar su trama y sus hechuras de thriller en plena Transición.

Una imagen de 'El espíritu de la colmena' (1973, Erice), con fotografía de Luis Cuadrado.
Una imagen de 'El espíritu de la colmena' (1973, Erice), con fotografía de Luis Cuadrado.

Aunque no están todos los que son (Willis, Hall, Muller…), sí son todos los que están en aquel cine de los setenta que recuperó el valor de lo visual como escritura para la nostalgia y el género. El de John Alcott para Barry Lyndon (1975) es uno de esos trabajos fotográficos que marcaron un hito en su persecución, también de raíz pictórica (Gainsborough, Reynolds, La Tour), de la luz natural sin interferencias artificiales y sometida a unos objetivos y lentes ultrasensibles que, según la leyenda, pagaban una deuda adquirida con Kubrick por los servicios prestados a la NASA. Podrán verla el 24 de febrero. Ya en marzo (17 y 24), el contrastado blanco y negro y la cámara flotante de Michael Chapman para Toro salvaje (1980, Scorsese) y los intensos colores electrónicos manipulados en directo en el rodaje por Vittorio Storaro para Corazonada (1982, Coppola), marcan dos de las cumbres neobarrocas del Nuevo Cine Norteamericano de aquella década prodigiosa.

La posmodernidad polivalente y meta-referencial pone cierre al ciclo con tres cintas que representan las nuevas escrituras de la luz (y la cámara) en el cine contemporáneo. En Fargo (1996, Coen), para el 31 de marzo, Roger Deakins hizo de las tonalidades del blanco de la nieve, también de los contrastes entre exterior e interior, la inolvidable y austera marca visual de uno de los grandes anti-policiacos del cine reciente. En la oscarizada Birdman (2014, González Iñárritu), prevista para el 7 de abril, Emmanuel Lubezki suturó virtuosamente un plano-secuencia imposible que atravesaba el filme a lomos de la steady-cam y el gran angular en su fábula sobre los peajes del mundo del espectáculo. Para concluir, la reciente cinta islandesa Godland (2022, Hlynur Palmasson), con fotografía de Maria Von Hauswolff, devolvía la expresividad al remoto paisaje natural encapsulado en un preciso, cuadrado, simétrico y elocuente 1:33.1 de reminiscencias fotográficas que ha vuelto a ponerse de moda como marca de autoría y control visual.  

Una imagen de 'Godland' (2022), del islandés Hlynur Palmasson.
Una imagen de 'Godland' (2022), del islandés Hlynur Palmasson.

El estreno de la semana: 'La semilla de la higuera sagrada'

Al cineasta iraní Mohammad Rasoulof ya lo venían persiguiendo la censura y la justicia de su país desde hace tiempo. Finalmente, hace unos meses se consumaba su exilio forzoso para evitar la prisión, hecho que ha coincidido con el éxito internacional de esta Semilla de la higuera sagrada que, bajo bandera alemana, y tras despegar en Cannes, va camino del quinteto final de los Oscar con su drama-parábola sobre la radicalización y la pervivencia del viejo patriarcado y la islamización de la vida cotidiana en su país.  

Una imagen del filme del iraní Rasoulof.
Una imagen del filme del iraní Rasoulof.
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