ROSS. Gran Sinfónico 4 | Crítica
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En apenas unos meses han llegado a la cartelera La estrella azul, de Javier Macipe, y este Manolo Kabezabolo (Si todavía te kedan dientes es ke no estuviste ahí), de J. Alberto Andrés Lacasta, dos filmes que se adentran en la escena musical zaragozana de los años ochenta y noventa, donde había mucha más vida al margen de los Héroes del Silencio. El primero, ya glosado en estas páginas, lo hace desde la meta-ficción a partir de la figura de Mauricio Aznar, líder de la banda Más Birras y buscador de los sonidos y ritmos de la chacarera argentina en un viaje de ida y vuelta (trágica) que lo fue también de autodescubrimiento; este segundo, ya en clave documental, lo hace con el retrato de Manuel Méndez Lozano (Carenas, Zaragoza, 1966), Manolo Kabezabolo, singularísimo ‘cantautor punk’ que aún resiste en los escenarios con su particular e insobornable actitud antisistema desde aquellos años ochenta del underground contracultural, las revueltas callejeras y los excesos.
Dentro de la ortodoxia del formato, salpicada de ocasionales animaciones de voluntad e iconografía surrealistas, este retrato se hace fuerte y sólido en el montaje de su abundante material de archivo, que recupera no sólo entrevistas previas, actuaciones o vídeos de la intimidad destroyer del rockero, sino que incluye también otras filmaciones prestadas que sirven para contra-puntuar el contexto sociopolítico de aquellos años o ilustrar con ironía todos esos accidentes y pasos por los centros psiquiátricos que han marcado su vida.
Una infancia y una adolescencia en el seno de una familia franquista con un padre militar, las primeras canciones de combate escritas con h y con k en el instituto, un servicio militar traumático donde irrumpieron las drogas duras y los primeros brotes psicóticos, los sucesivos internamientos y la depresión marcan la personalidad y la trayectoria zigzagueante de un Kabezabolo que encontró en el movimiento y la estética punk, en las canciones y el espíritu de los Clash o los Sex Pistols y en la vida en los márgenes el hábitat natural desde el que escapar de la verdadera locura irreversible, escribiendo y tocando a bocajarro un puñado de canciones ácratas y demoledoras (Spiz amarillo, Tuna punk, Visita a un bar nazi, El aborto de la gallina, Vaka-lao, Vota idiota, Militares subnormales, Grito de rabia, Reptil gusano...) que contaban lo que nadie contaba y que aún hoy resisten la prueba del tiempo.
El documental de J. Alberto Andrés Lacasta (Tras Nazarín, Buñuel, un cineasta surrealista) camina junto a Kabezabolo por su propia historia narrada con sinceridad y sin tapujos en primera persona, deja escuchar a quienes le acompañaron y estimularon en sus vidas, fugas y reapariciones artísticas, ya fuera en solitario o en banda, de los garitos más infames de Zaragoza a los sótanos de Nueva York o Santo Domingo o los grandes festivales rock, de las primeras y rudimentarias maquetas grabadas con un radio-cassette de doble pletina a los discos recopilatorios, no pone ningún paño caliente a sus afirmaciones, decisiones y equivocaciones y celebra con un cierto espíritu colectivo y generacional la resistencia contra todo pronóstico de un modo de vida y un personaje coherente hasta la contradicción que se dejó los dientes en el empeño y ahora luce una flamante prótesis mientras recoge entre sonrisas el reconocimiento de los suyos (de Evaristo Páramos de La Polla Records a Albert Pla pasando por Fernando Madina de Reincidentes o Kutxi Romero de Marea), se deja filmar sin pudor como una auténtica estrella del rock o acude a los platós de televisión aun a riesgo de que lo conviertan en una caricatura de sí mismo.
> Manolo Kabezabolo (si todavía te kedan dientes es ke no estuviste ahí) se proyecta hoy jueves 23 de mayo a las 21:30h. en un pase único en Cines Avenidahoy jueves 2321:30h.Cines Avenida.
Cuatro propuestas cinematográficas al margen de la cartelera comercial para esta próxima semana: hoy mismo, en el ciclo ‘MK2 Cult’ en Cinesur Nervión, pueden revisar en versión original la cinta que consagró al inglés Guy Ritchie como nuevo valor comercial del cine británico, Snatch: cerdos y diamantes (2000), un retrato iconoclasta y satírico de los bajos fondos londinenses con un Brad Pitt revelando su vis cómica a golpe de acento indescifrable.
En los mismos cines, dentro del ciclo ‘MK2 Classic’, el martes 28 pueden recuperar en todo su esplendor panorámico, a ritmo de Gerswhin y en el impresionante blanco y negro de Gordon Willis la obra maestra de Woody Allen Manhattan (1979), canto romántico a Nueva York que los canceladores de turno querrán ver hoy como película premonitoria.
Un día antes, el lunes 27, el remozado cine Cervantes acogerá una nueva entrega del ciclo que, en colaboración con Filmoteca Andaluza, se dedica a algunas joyas del cine negro, en esta ocasión a la cinta francesa Las diabólicas (1955), de H. G. Clouzot, que presenta un triángulo fatal protagonizado por Simone Signoret, Véra Clouzot y Paul Meurisse.
Los interesados en el último cine africano tienen tres sesiones de mañana los días 27, 28 y 29 en Cicus27, 28 y 29Cicus dentro de las actividades escolares de la 21ª edición del FCAT.
Biopic heterodoxo de la mejor y más influyente banda del indie español de las últimas décadas (hablamos de Los Planetas) centrado en la gestación de su disco Una semana en el motor de un autobús (1998), Segundo Premio, de Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez, es también una historia de amistad triangular, una película de vampiros y un retrato psicodélico de la Granada de los años noventa sobre el que planean el influjo de Lorca y Enrique Morente, del Sacromonte a Nueva York.
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