Alba Molina | crítica
No lo es ni pretende serlo
CULTURA
En las paredes de la sala MDD del Cicus (calle Madre de Dios, 1) apenas queda un hueco libre. El ilustrador y humorista malagueño Omar Janaan ha sido el encargado de colmarlas de ingenio, sarcasmo y cotidianidad en forma de viñetas, aunque su autor prefiere llamarlas viñetuelas. La exposición Amor, humor y desamor –que toma su nombre de uno de los libros de la cuentista Gloria Fuertes– es una suerte de terapia que se sirve del humor como arma –y sutil crítica– contra todo. A pesar de su título, hay sitio para la sorna sobre prácticamente cualquier temática: el rol del trabajo en nuestras vidas, las redes sociales como vía principal para mostrarte al mundo e incluso los nuevos estilos musicales.
Y es que 97 ilustraciones, bajo la técnica de pintura acrílica en intervención mural directa, ofrecen, según su autor, un recorrido "por todas las cosas importantes de la vida". Sin perder la sonrisa, Janaan explica que se ha llevado más de diez años con la idea de hacer una exhibición de estas características. De hecho, su obra –en la que utiliza los muros de las paredes como lienzo en blanco– evoca a sus grandes referentes, el rumano Dan Perjovschi o el británico David Shrigley. El resultado es sencillo pero efectista.
"Para hacer humor te tienes que poner encima para visualizar y luego bajar para crearlo", señala el artista y hace especial hincapié en que interpreta un rol importante "el estado emocional" que esté atravesando en el momento en el que pisa la sala por primera vez, cuando todavía tiene sus paredes en blanco. Para llevar a cabo la exhibición, Janaan empleó cuatro días y más de 32 horas. "Al llegar a un espacio intento visualizar las viñetas de mayor tamaño, algunas miden hasta tres metros, y luego voy rellenando los huecos", manifiesta señalando una de las obras más grandes, justo al principio, en la que se puede leer la frase Ojalá un botón de posponer la alarma del móvil en siglos. Un deseo que, como el anhelo de muchos, va desde el techo hasta el suelo.
También utiliza la mordacidad para reivindicar determinadas cuestiones sociales. "Tengo una ideología política muy definida, pero no me gusta abordar cuestiones de esta índole porque pierden vigencia muy rápido", recalca y añade además que no sólo mencionando el nombre de los dirigentes se puede hacer una denuncia, también poniendo sobre la mesa determinadas polémicas. Es el caso de la jornada laboral, que Janaan ilustra con una mujer al borde de un ataque de nervios –llamémoslo estrés– acompañada de una oración que reza Ojalá jornadas de trabajo de cuatro minutos. "En el humor que hago no me río de los demás, lo utilizo para generar una reflexión", puntualiza.
Y, por supuesto, hay espacio para el enamoramiento, para las relaciones de pareja, para el sexo y para el desamor. De este último tema, el ilustrador señala una de sus creaciones favoritas. En ella se a un monigote totalmente afligido con una frase que dice Ahoga tus penas en Cola-Cao. "Todo el mundo elige el alcohol y un Cola-Cao es mucho mejor", comenta entre risas.
El artista mira hacia el futuro con optimismo. Su exhibición –que acaba el próximo miércoles 17 de enero– se mostrará en Benalmádena en las próximas semanas. Y mira aún más allá. Entre sus proyectos teatrales y la organización de diferentes talleres pedagógicos queda mucho hueco para la ambición: "Me encantaría ser comisario de una exposición en la que reunir a los grandes referentes del dibujo mural".
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