Ha muerto La Chunga

Obituario

La Chunga, durante una actuación en el Colegio Mayor Cardenal Cisneros de Madrid, en 1966.
La Chunga, durante una actuación en el Colegio Mayor Cardenal Cisneros de Madrid, en 1966. / EFE

Representaba una manera catalana de entender el flamenco. Una de las maneras catalanas de entender el flamenco. Bailó con Antonio el Bailarín y fue musa de Dalí. No es que Dalí estuviera muy interesado en el flamenco. El trabajo del pintor con La Argentinita en Café de Chinitas (1943) obedeció a razones puramente crematísticas, a pesar de la amistad que mantuvo con Federico García Lorca, a cuya memoria estaba dedicada la obra. La Chunga fue una de las excentricidades de Dalí. Porque, en efecto, el de La Chunga era un flamenco poco convencional, por decirlo así. De hecho, hizo una especie de firma profesional del bailar descalza, cuando su época se caracteriza por el virtuosismo de pies. Hija de padres andaluces, nació como Micaela Flores Amaya (Marsella, Francia, 1938), y se inició a los seis años bailando descalza por los bares de Barcelona. De la mano del pintor Francisco Rebés se presentó profesionalmente en El Emporium siendo en seguida adoptada como musa por la intelectualidad catalana de la época. En 1956 se presentó en Madrid en El Corral de la Morería. Fue estrella de los tablaos catalanes y madrileños, como El Café de Chinitas. De hecho, inauguró el Tablao El Cordobés de Barcelona en 1971. Fue miembro de importantes elencos flamencos como los de Pastora Imperio o Lola Flores y también estrella de las salas de fiesta y teatros de toda España con su propia compañía. Intervino, al parecer de la mano de Ava Gardner, otra de sus rendidas admiradores, en filmes de Hollywood como Tip on a Dead Jockey (1957) de Richard Thorpe, con Robert Taylor y Dorothy Malone. En España inicia su carrera cinematográfica con su intervención en De espaldas a la puerta (1959) de José María Forqué, participando también en El último verano (1962) y Ley de raza (1969), con Antonio Ruiz Soler, dirigida por su esposo, José Luis Gonzalvo, a cuyas órdenes había rodado también el corto de de 1963 La cogida y la muerte, basado en el lorquiano Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Recorrió el mundo entero con su compañía: Estados Unidos, México, Cuba, Venezuela, Argentina, Líbano, Sudáfrica, Japón, Australia, Bélgica, Francia, etc. Poetas como Caballero Bonald, Rafael Alberti, Blas de Otero y León Felipe glosaron su arte. Hizo también sus pinitos como pintora exponiendo en galerías de Madrid y París.

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