César Pérez Gellida: “Hemos dejado de hablar del género negro como literatura con minúsculas”
Libros
El ganador del Premio Nadal sigue el rastro de una enigmática y oscura mujer en la Extremadura de 1917.
El vallisoletano inaugura este jueves la nueva edición de Mairena Black
Vuelve Mairena Black
El Nadal apuesta por la novela negra
–Presente a los lectores Bajo tierra seca, flamante Premio Nadal. ¿Qué se van a encontrar?
–Un thriller con tintes muy negros ambientado en la Extremadura de 1917, cuando España navega a la deriva, tras la pérdida de las colonias de Ultramar, y que afecta tanto en lo político, como en lo social y lo económico. En esta atmósfera, en la comarca de Barros, Extremadura, la tierra está en manos de unos pocos y muchas familias tratan de sobrevivir trabajando de sol a sol por jornales que apenas alcanzan para llenar los estómagos. Todo ello conforma un entorno que explica la hostilidad con la que se comportan los personajes de Bajo tierra seca.
–Califican con frecuencia su obra como thriller rural, pero también tiene, en determinadas escenas, un toque de western...
–Puede que tenga esos tintes en determinados pasajes en los que se da rienda suelta a la violencia y las balas vuelan buscando encontrar alojamiento humano, pero la temática de la novela gira en torno a la ambición de una enigmática mujer que se niega a aceptar la condición social que ocupa.
–Hasta ahora se ha mostrado como un autor muy “de este tiempo”, pegado a la actualidad, pero en Bajo tierra seca ha retrocedido a principios del siglo XX, en Extremadura. ¿Por qué este tiempo y esta localización?
–Porque necesitaba incluir determinados ingredientes que estaban muy presentes en esa zona desde hacía décadas, como son las explotaciones agropecuarias latifundistas y el caciquismo, eje vertebrador de lo político y social. Al margen, en lo personal, es una región que me despierta mucho interés por las dificultades que han superado y que han ido forjando a través de los años el carácter único de los extremeños.
–Hablemos de La Viuda, esa mujer de tan oscuro pasado y que ocupa un lugar central en Bajo tierra seca. ¿Se ha inspirado en alguien?
–Está basada en Belle Gunness, una inmigrante noruega que llegó a la zona agrícola de Oregón en busca de un futuro mejor y que enseguida llegó a la conclusión de que podía sacar partido a su físico excepcional y a sus habilidades para manipular a los hombres para conseguir sus objetivos. Hablamos de una de las mujeres que encabezan el ranking de asesinas en serie. Su histórico vital me ha servido para crear el personaje de Antonia Monterroso, cuya ambición le llevará a tomar un camino que se irá tiñendo de sangre.
–Un camino, el de Antonia Monterroso, marcado por el fuego, la sangre y el barro... Tres elementos fundamentales en su novela.
–Lo son. El fuego es el punto de ignición de la novela. Un incendio en la hacienda Monterroso en el que su propietaria ha desaparecido precipita los acontecimientos. La sangre, cómo no, está muy presente en muchos capítulos como novela negra que es. Y el barro simboliza la miseria que lastra la existencia de quienes no poseían la tierra, es decir, de la mayoría.
–Ha ganado un premio tan prestigioso como el Nadal con una novela negra. En los últimos años, ha pasado de ser una excepción a casi una normalidad, ¿a qué cree que se debe esto?
–Porque es lo que demandan los lectores. En los últimos años han surgido excelentes escritores y escritoras que escriben novela negra y thrillers de muchos quilates, encabezan las listas de ventas nacionales y ocupan mucho espacio en las librerías. Ya hemos dejado atrás eso de hablar del género como literatura con minúsculas y el hecho de que se haya reconocido una novela negra con el Premio Nadal no es sino un reconocimiento más a la tendencia actual en el mundo de la literatura.
–Por cierto, es el tercer vallisoletano en ganar el Premio Nadal, tras Miguel Delibes y Gustavo Martín Garzo, ¿cómo lo lleva?
–Con mucho orgullo, por supuesto. Compartir listado, no solo con los paisanos que cita, sino con otros grandes de nuestras letras es algo que no podría llegar a imaginar cuando empecé a escribir en el año 2012. No obstante, yo sigo a rajatabla el significado de la cita de Rudyard Kipling: “Al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos siempre con la misma indiferencia”.
–Todo comenzó con Memento Mori (2013, Suma)… ¿Qué permanece de ese Gellida? ¿Qué le ha parecido la adaptación audiovisual?
–De ese Gellida permanece el mismo método de trabajo, la ilusión y las ganas de seguir aporreando el teclado. Con respecto a la serie, me siento más que satisfecho porque, además, he sido muy partícipe de todo el proceso de escritura. El resultado final es excelente, la dirección, la fotografía y la interpretación de todo el elenco ha sido muy meritoria. Y los resultados por encima de las mejores expectativas, dado que estuvo liderando el top de Prime durante diez semanas.
–Es el encargado de inaugurar, este jueves, la segunda edición de Mairena Black, que es el primer festival de género negro en Sevilla. ¿Qué le supone? ¿La profusión de festivales está en consonancia con el auge de la novela negra?
–Lo afronto con muchas ganas, la verdad. Es mi primera vez y me siento muy orgulloso de abrir el festival. Que existan tanto festivales de novela negra no hace sino refrendar el interés del público por el género y es una gran noticia para todos los que nos dedicamos a ello.
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