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Planes culturales para el fin de semana en Sevilla capital

Carmen Souza: “Se nota que vivimos en un tiempo de muchas contradicciones y conflictos”

Carmen Souza | cantante

La intérprete de jazz ofrecerá esta noche un concierto en Marchena para presentar su álbum, ‘Port’Inglés’

Forma parte de la programación del Festival de Jazz de la Provincia de Sevilla

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La artista Carmen Souza, esta semana en Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

Desde el pasado día 7 se viene desarrollando la trigésimo primera edición del Festival de Jazz en la Provincia de Sevilla que organiza la Diputación en los teatros y centros culturales de doce localidades de nuestro entorno. Hasta su finalización, el día 30, todavía quedan catorce magníficos conciertos a los que poder asistir, cuyas fechas y lugares de celebración pueden consultarse en la página web de este organismo público. En el festival participan ocho grupos de reconocido prestigio en el mundo del jazz, tanto local -O Sister!-, nacional -Antonio Lizana Trío, Andalucía Big Band, Javi Ruibal 5tet, Marta Sánchez Trío y Nacho Botonero 5tet- como internacional, con la presencia de Bill Carrothers Trío, en las últimas fechas, y Carmen Souza, que se encuentra estos días entre nosotros, ofreciendo tres conciertos, de los que el último tendrá lugar esta misma noche en la Sala Carrera de Marchena, situación que hemos aprovechado para tener esta entrevista con ella.

El portugués es un idioma de mucha sonoridad que se adapta especialmente bien a la música, ya sea expresada en la lengua materna, influida por la multicultura de Brasil o fusionada con los africanismos de las antiguas colonias portuguesas. Carmen Souza encarna esa afinidad; su música, voz y letras son un festín de sensualidad, inteligencia, ritmo y espontaneidad, en unas interpretaciones tan íntimas que sus canciones parecen una extensión de ella misma. Es una de las cantantes de jazz más solicitadas de Europa, con diecinueve años de carrera, de la que ha dejado constancia en once discos, el último de ellos, Port’Inglés, lanzado hace apenas un mes.

-¿Se ha acostumbrado usted ya a la denominación de sucesora de Cesária Évora y todo lo que ello implica?

-Es una gran responsabilidad, pero también un honor, porque Cesária abrió todos los senderos que seguimos ahora los jóvenes de la diáspora. Ella ha tenido que enfrentarse a todos los desafíos y nosotros ahora tenemos el camino hecho. Fue también quien puso a Cabo Verde en el mapa de la música y la elevó. Ella es muy importante.

-Usted es una cantante de ascendencia de Cabo Verde, nacida en Portugal, residente en Inglaterra, que lanza su música a través de un sello de Alemania. La etiqueta de World Music parece hecha a su medida.

-Sin duda. También estoy trabajando constantemente por todo el mundo: Alemania, Italia, España, todos los países; algo que me influye no solo como músico sino también personalmente.

-Investiga en todas las músicas étnicas de los países que visita. ¿Qué ha sacado de España en sus investigaciones y cómo lo ha reflejado en su música?

-Me gustan mucho las lenguas; hablo un poquito de portuñol, no puedo decir que español, un poquito de italiano y alemán, inglés y francés y me gusta mucho la musicalidad de cada una de estas lenguas. En mi anterior álbum hay un tema, Interconnectedness, que canto en todas esas lenguas, también en español, porque siento que ahora todas son parte de mí. Viajo tanto y paso tanto tiempo en estos lugares que, con todo el respeto, han pasado a ser parte de mí.

Estas verdades instintivas que aprendimos en la escuela no existen en una sola perspectiva”

-¿Este disco le ha servido para diluir, suavizar, las problemáticas relaciones sociales y culturales entre Cabo Verde e Inglaterra o para acentuar las contradicciones que usted misma pudiese tener por sentirse conectada a las dos culturas?

-Se nota que vivimos en un tiempo de muchas contradicciones y muchos conflictos; y de mucho aprovechamiento humano y exploración humana. Y me pregunto que si el imperialismo, el colonialismo, era algo tan bueno, ¿para qué necesitaban las cadenas? Y sobre eso canto en él. Pero el disco quiere servir también para descolonizar las mentes, porque muestra a los oyentes que existen varias perspectivas de una historia. Por ejemplo, Francis Drake es un héroe en Inglaterra y aquí y en Cabo Verde es un pirata conocido por las peores cosas. Quiero mostrar que estas verdades instintivas que aprendimos en la escuela y los libros de historia no existen en una sola perspectiva, ni todas las cosas eran buenas, ni todas eran malas; por eso también el disco quiere construir puentes de dialogo donde podamos discutir estos temas, aprender de los errores y construir algo mejor para el futuro.

-Habla usted de exploración humana. ¿Es el disco una exploración de su propia identidad?

-Sí; siempre es una exploración, un camino de autoconocimiento, porque cuando estaba haciéndolo me encontré con un término, auto etnografía, que es hoy en día una forma de investigación. Es también una terapia de psicología que describe cuando un artista, en mi caso, se busca a sí mismo y descubre cosas personales, a través de las cuales crea su música. Ese concepto me ha llevado a pensar sobre la música que hago, porque todas estas influencias y esta multiplicidad de identidades están dentro de mí. El caboverdiano es multicultural, porque el país fue colonizado por muchas culturas que estuvieron allí y todos tenemos retazos de ellas. Es una creolización de todo ello.

-En este acercamiento entre las dos culturas, fusionando ritmos de Cabo Verde: morna, funaná, batuku, con jazz clásico y folk inglés, ¿quiénes cree usted que están más interesados en esa fusión, los africanos o los occidentales?

-Habría que preguntar a ellos, pero sí puedo decirle que las personas que escuchan mi disco se sienten muy interesados porque es una historia de la que no se habla mucho. Siempre que se habla de Cabo Verde se piensa en Portugal, que fue el colonizador oficial, pero pasaron 120 años de una colonización virtual de los ingleses y estos no conocían esta historia, que también le interesa mucho a los caboverdianos.

Carmen Souza / Juan Carlos Muñoz

-Sus conciertos en España van a estar basados en este disco, aunque seguro que interpretarán muchas otras canciones anteriores más enérgicas, alegres, bailables…

-Sí, porque tras veinte años de carrera Theo Pascal y yo tenemos mucha música y nuestros conciertos son una mezcla de todos esos años, por lo que existe mucha música para divertir, cantar, bailar; es un concierto muy diverso.

-¿Hay mucha improvisación típicamente jazzística en sus conciertos? ¿Le gusta más el equilibrio o el atrevimiento?

-El atrevimiento, porque descubres cosas nuevas. Cuando haces un álbum piensas que la música que hay en él está hecha y terminó, pero con el jazz y con los conciertos tenemos la imposición de llevar siempre la música a otros lugares que no conocíamos, lo que nos hace descubrir algo más dentro de ella, otras formas de expresión. El atrevimiento es mucho mejor.

-¿La banda de sus conciertos actuales es la misma con la que grabó el disco?

-Venimos como cuarteto, igual que en el disco, pero el pianista no es el mismo, sino Jonathan Idiagbonya, que es de Londres, aunque sus raíces son de Nigeria; ya tocamos con él hace muchos años y ahora lo hacemos de nuevo. La sección rítmica es la habitual con Theo al bajo y Elias Kacomanolis a la batería, y yo canto acompañándome a la guitarra y algunas partes al piano.

No estudié música, todo lo que aprendí fue de forma autodidacta y con Theo Pascal, que es mi mentor”

-Tiene usted una forma de cantar muy distintiva. Usa vocalizaciones agudas muy singulares, combinadas con un registro grave muy cálido. ¿Esta manera de cantar tan versátil es natural o aprendida y perfeccionada académicamente?

-No estudié música, todo lo que aprendí fue de forma autodidacta y también fundamentalmente con Theo, que es mi mentor. Él me enseñó muchas cosas y me dice ahora que descubra mi propia esencia. Fue también él quien me descubrió el jazz, porque no conocí este género hasta los 19 años, que empecé a oír músicos y cantantes como Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Charles Mingus, Keith Jarret; en todos noté una voz única, una identidad, porque si oías un disco de Thelonius Monk sabías que era él; con Billie Holiday ocurría igual, era incomparable. Esto fue lo que más me interesó en el jazz, que puedes explorar mucho y puedes desarrollar una identidad. Eso es lo que más importa y las escuelas y las universidades de jazz, tantas como existen, deberían incidir en ello.

-¿Cómo empezó a cantar?

-Empecé a cantar desde muy pequeña, porque mis padres todos los domingos me llevaban a la iglesia y cantaba allí. También me gustaba tocar un piano que había en ella. Empecé sin ninguna perfección y a los 18 años hice una audición para un grupo de gospel en Lisboa. Me presentó Theo, que era ya un músico muy establecido, con mucha experiencia internacional, y ahí empecé a trabajar profesionalmente.

-A mí me parece la suya una buena combinación de las voces de Billie Holiday y Elis Regina. ¿Cuáles son sus referentes?

-Ellas dos son grandísimas influencias; también Ella Fitzgerald. Es interesante, porque lo que yo escuchaba en casa era sobre todo música instrumental tradicional de Cabo verde, casi no había música cantada. Eso creó un imaginario en mi pensamiento y la forma en que utilizo mi voz es siempre pensando en esos instrumentales. Pero después, cuando conocí la música de jazz empecé a escuchar a muchos cantantes. Kurt Elling creo que hoy en día es de los mejores que hay. También escucho mucha música instrumental de Charles Mingus, de la que me gusta la composición.

Carmen Souza / Juan Carlos Muñoz

-Con Theo lleva toda su carrera y con Elías más de una década. ¿La profundidad de su música, su textura, sería diferente sin ellos?

-Claro que sí; sin ellos no sé si existiría siquiera mi música. Principalmente con Theo, porque yo estaba estudiando traducción de inglés a alemán cuando lo conocí. Yo no tenía un gran amor por la música y no sabía que esa iba a ser mi carrera; fue al conocerlo a él cuando la emprendí. Claro que sería muy diferente mi música; y este núcleo, este trío, estamos siempre dispuestos a entrar en el laboratorio, en el estudio, y experimentar cosas, porque nos lleva a un crecimiento conjunto.

-Lleva ya 11 discos. ¿Han seguido un camino recto en su carrera o ha sido sinuoso?

-No lo sé en realidad, porque cuando pienso en los discos de atrás los veo casi como álbumes fotográficos de todas las fases de mi vida y la vida también es sinuosa. Por eso para mí es fácil detectar las diferencias y los altos y bajos de la vida.

-Hace unos días entrevisté a Teresinha Landeiro, una cantante de fados, con la que hablé de cómo este género no se ha fusionado mucho con otros, más allá de lo que han hecho algunos pianistas de jazz. Siendo el jazz el género que usted practica y habiendo nacido en Lisboa, ¿nunca se ha interesado por el fado?

-Hace mucho tiempo Amália Rodrigues estaba tocando internacionalmente fados con músicos de jazz, fue una gran innovación en ese momento; pero en Portugal también se junta mucho el fado con la morna de Cabo Verde, porque están muy cerca una de la otra. Yo creo que existen muchas cantantes que ahora están fusionando el fado con música más contemporánea, electrónica también; es bueno explorar y experimentar cosas nuevas, aunque yo nunca pensé en ello. Pero bueno, nunca se sabe.

-Nunca diga nunca, que quizás el futuro la desmienta. ¿Qué hay en su futuro próximo?

-Ahora mismo estoy disfrutando de este álbum, que es diferente a los demás porque estaba haciendo un master en psicología en Londres y esto fue el trabajo final, la tesis. Fue prácticamente el término de muchas cosas y ahora estoy disfrutando del momento en que dejé de pasar tantas horas escribiendo, escribiendo, escribiendo, investigando…

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