De la cárcel como microcosmos
Estrenos de cine
La adaptación cinematográfica de 'Celda 211', novela del escritor sevillano Francisco Pérez Gandul, llega a la pantalla con dirección de Daniel Monzón y con Luis Tosar y Carlos Bardem en el reparto
Luis Tosar lidera un gran motín en la cárcel que pone "patas arriba" el sistema carcelario en Celda 211, la última película de Daniel Monzón, que llega mañana a los cines. Alberto Amman, Antonio Resines, Carlos Bardem y Marta Etura completan el reparto de este thriller carcelario, que tiene como telón de fondo la crítica al abuso del poder.
Celda 211 cuenta la historia de Juan (Alberto Amman), un funcionario de prisiones que se presenta un día antes de su incorporación oficial y se ve atrapado en un motín del sector de los FIES, los presos más temidos y peligrosos liderados por Malamadre (Luis Tosar). Juan se hará pasar por un preso más y tendrá que jugársela a base de mentiras y astucia, sin saber todavía que paradójica encerrona le ha deparado el destino.
Monzón resalta que, después de leerse la novela del escritor sevillano Francisco Pérez Gandul en la que se basa la película, supo que quería adaptarla. "Desde la primera página me enganchó por todo lo que tiene de tragedia clásica, de cómo la rueda del destino de una persona normal puede girar y llegar a aplastarle", destaca el director mallorquín, quien se encargó también de realizar el guión del filme junto a Jorge Guerricaecheverrría. Además, otra de las cosas que le atrajeron fue que, en esta ocasión, sólo contaba "con cuatro paredes, un grupo de actores y una trama potente; pocos elementos pero en estado puro", puntualiza.
Por su parte, Tosar señala que preparó su personaje, un impresionante Malamadre, realizando varias incursiones a centros penitenciarios de Galicia y hablando con presos que le contaban sus historias. El actor explica que la voz ronca que imposta en la película fue "una apuesta radical" que añadieron "muy al final de los ensayos", y que puede que al principio sorprenda a los espectadores que conocen su verdadera voz. Para Tosar, uno de los grandes aciertos del film es la recreación del mundo carcelario, "muy colorido pese a lo que se pueda imaginar".
"La cárcel es un reflejo de la sociedad pero en MP3, condensado y sintético", comenta el actor recordando la frase que le había dicho un preso y que ha hecho propia. "España es un país esponja que ha acogido mucha inmigración y eso también se ve en la cárcel", asegura. Monzón subraya la química que surgió desde el principio entre Tosar y un debutante Alberto Amman, "sobre todo en el control de las miradas".
La crítica a problemas reales del sistema penitenciario, entre los que se encuentra el mal estado de la sanidad y ciertos tratos de favor en las cárceles también están presentes en la película, pero, según Monzón, "como telón de fondo del retrato de los presos y de la historia de amistad tan especial y de acción protagonistas". "La película pone cierto acento negro en los abusos de poder, sin distinción de izquierdas o derechas y de por qué muchas veces unas vidas son más importantes que otras según el beneficio político que se pueda sacar de ellos", puntualiza.
Sin embargo, el también director de El corazón del guerrero, El robo más grande jamás contado y La caja Kovak insiste en que la película muestra a los personajes "como seres vivos, cada uno con sus razones para hacer lo que hacen pero deja el juicio moral en manos del espectador".
Por su parte, Carlos Bardem alaba que esta sea "la primera película en la que se trata el tema de ETA sin que sea protagonista". "Ya era hora de que dejase de hacerse y ETA pasase a ser un tema marginal", sentencia el actor. Bardem, que interpreta a Apache, el líder de los presos colombianos, también destaca que se alimentó mucho del ambiente de rodaje, donde muchos de los figurinistas eran antiguos presos. "Incluso alguno vino a buscarle la Guardia Civil porque se había saltado la condicional con el rodaje", comenta.
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