Alhambra Monkey Week
La cultura silenciada
Periodista, gestora cultural, ex directora de una emisora pública, actual edil socialista en el Ayuntamiento y abanderada de causas progresistas, Mercedes de Pablos confiesa que su mayor vocación es la de lectora y es justamente ese ejercicio, desarrollado a lo largo de los años, el que inspira las trece historias que componen Ajuste de cuentos (Ediciones Espuela de Plata). El libro, que se presenta hoy a las 20:00 en la Biblioteca Infanta Elena, está atravesado por el amor a la literatura tanto como por el humor, dos notas que destacan igualmente en el corrosivo y deslumbrante prólogo que firma el periodista y escritor Alfredo Valenzuela. A la sazón, otro letraherido como De Pablos y Fernando Iwasaki, presentador de este acto organizado por el Centro Andaluz de las Letras.
Madrileña afincada en Sevilla desde 1978, la autora fabula aquí una serie de encuentros con algunos de sus músicos, escritores, pensadores y actores preferidos movida por "la necesidad pura de narrar, de saber que la vida es lo que pasa y alguien ve y también lo que nos pasa y solamente ves tú". "Seguramente no podríamos resumir nuestra vida en una moleskine de fechas, reuniones, efemérides y números rojos en la cuenta. Tendríamos que contar con los sueños, las novelas y las historias que hemos vivido en el laberinto vertiginoso de nuestra cabeza", reflexiona sobre la génesis de sus cuentos.
En la historia que abre el libro, Bolaño de noche, no son los sueños, sino su reverso, el insomnio y la vigilia, los que confunden a la narradora, que se ve obligada a convivir con el fantasma del autor de Los detectives salvajes, mudado a un barrio sevillano tras su prematura muerte y obsesionado con las estructuras policiacas de Andrea Camilleri. Licencias como ésta se suceden en una obra que nació cuando un día renunció a que le presentaran a uno de sus actores favoritos desde sus días de redactora de cultura, Juan Echanove, y para que éste, acostumbrado a los halagos, no la olvidara, urdió el relato ¿Sabrá Echanove que existo?, donde juega con su persona e imagen pública.
Años después de escribirlo, De Pablos pensó en volver a travesear "con esos personajes que llegas a amar y conocer como lectora, como amante de la música o como periodista y que siendo tan importantes para ti, no son tus amigos". Una fórmula que aplica a otros creadores que le sirven de referente o estímulo, como Juan Diego, Van Morrison, el ex ministro José Antonio Alonso o José Luis Sampedro.
Sólo hay dos excepciones entre tamaña ficción: una gran parte de lo que se narra en Las gallinas de Palacio y el último cuento, dedicado a Roger Casament, el poeta y cónsul británico pionero en la denuncia de los abusos coloniales en el Congo cuya vida ella llevaba rebuscando más de un año cuando descubrió, por un dominical, que Vargas Llosa había llegado antes. "En Él escribió mi libro narro la historia real de Casament y la verdad de una novela frustrada, la mía, para bien de la literatura", sonríe.
En puridad, estas trece historias son, más que divertimentos de una mente inteligente, la defensa de una tradición que para ella simbolizan Cortázar, Borges o Ana María Matute -los autores que la empujan a vivir "a la vuelta de la realidad"- y cuya vitalidad se festeja en la antología recopilada por Andrés Neuman Pequeñas resistencias. "Es espléndida y hay escritores como Óscar Esquivias o Sara Mesa que no han hecho más que empezar a darnos grandes alegrías. Y no olviden, para llorar de miedo o reírse hasta morir, a Fernando Iwasaki. Pero hay muchos: sin ir más lejos, hace poco se presentó Criaturas abisales de Marina Perezagua. Un libro tremendo, buenísimo y terrible".
También te puede interesar
Alhambra Monkey Week
La cultura silenciada
Las chicas de la estación | Crítica
Los escollos del cine de denuncia
Solas | Crítica de danza
Carne fresca para la red
Lo último