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Bienal de Flamenco
Sevilla/Han nacido en Lebrija, Jerez, Córdoba, Utrera, Granada, Chiclana de la Frontera (Cádiz) o Sevilla. En sagas que siguen defendiendo en sus apellidos o en familias de aficionados que, de forma anónima, les transmitieron lo que tienen en común: el profundo y sincero respeto por el flamenco. Por eso, a pesar de situarse en distintas generaciones y responder a diversas inquietudes, José Valencia, María Terremoto, El Pele, Tomás de Perrate, Pedro el Granaíno, Rafael de Utrera, Rancapino Chico, Rosario La Tremendita y Estrella Morente, los artistas que desde el próximo lunes día 7 pasarán por el Teatro Lope de Vega en esta Bienal de Flamenco de Sevilla, subrayan con sus nombres la vigencia y el futuro del cante. Dibujando juntos una línea abierta, que es también flecha, y donde todos confluyen. Entre otras cosas porque, como apuntaba Bacán en rueda de prensa, “el cante es lo primordial y si no te sales de compás puedes cantar con un tambor”.
Es decir, en una época en la que la guitarra apunta el camino de la evolución jonda y el baile ha asumido el protagonismo en su proyección internacional, estos diez cantaores demostrarán cantándole a Bécquer, acordándose de los maestros, con música de cámara o con bajo eléctrico, la riqueza y la variedad del cante en sus distintas estéticas. Ya sea desde una silla de enea o con propuestas innovadoras; desde la templanza y la seguridad de los mayores, desde la solidez de la madurez o desde el ansia de los más jóvenes. Además, aunque a la “ilusión y los nervios” habituales ahora se le suma que llevan meses sin ponerse frente al público, cuentan con el aval de una carrera curtida despacio y cuajada en esta misma cita, donde o bien dieron el salto profesional, o se consagraron artísticamente o han dejado alguno de los momentos más mágicos.
En este sentido, Pedro El Granaíno, destacó que “lo bueno de la Bienal es que consigue que los artistas nos pongamos las pilas y que nos reinventemos para ofrecer cosas nuevas” por lo que, de una forma más o menos ambiciosa, todos estrenarán propuestas en la que investigan o se adentran en otros territorios o músicas o, al menos, renuevan repertorios atreviéndose con palos no habituales en sus conciertos.
En concreto, abrirá el día 7 José Valencia con La alta torre, con el que conmemora las Rimas de Bécquer en el aniversario de su fallecimiento y en el que, como adelantó a este diario, profundizará en los estados del amor que describe el poeta junto a la guitarra de Juan Requena, el músico Diego Villegas y Sandra Carrasco, como artista invitada. También con un homenaje al sevillano, Poesía eres tú, se presentará el 13 de septiembre María Terremoto, una de las jóvenes con más proyección en el escenario jondo, que viajará con su voz temperamental por los temas universales que el poeta romántico inmortalizó.
A ellos les seguirá el día 15 Manuel Moreno ‘El Pele’, que viene con A sangre, un título que hace referencia a la famosa frase de Tía Anica la Piriñaca pero que, como él declaró a los medios, “es una reunión de amigos donde acompañado de las guitarras de Dani de Morón, Niño Seve y Diego del Morao cantaré como sé y me han enseñado”. Así, este referente del cante, telonero un día de David Bowie o Prince, vuelve para hacer gala de esa intuición musical y personalidad arrolladora que lo hizo merecedor en 2019 de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Por su parte Tomás de Perrate, cuyo pregón abrió la pasada Bienal, traerá el 19 de septiembre Tres golpes, los que marcan el compás del tres por cuatro de la soleá de su casa -“una bandera que tengo que defender”, apuntó- y que a él le sirve para crear “a un gitano imaginario que, como todos los de mi tribu, se adaptan a los tiempos y a las circunstancias”. De esta forma, con la guitarra de Alfredo Lagos, Perrate recupera las músicas populares que fueron germen del flamenco para demostrar la confluencia natural entre la tradición y la modernidad.
Maestros, la idea que trae el día 21 Pedro El Granaíno “nace de una visita al Fosforito, Llave de Oro del cante y un maestro para todos los jóvenes”, cuenta. De este encuentro surgió la inquietud de poner a prueba su propio metal, uno de los más bonitos del flamenco, para abordar la obra de tres de sus referentes: el propio Fosforito, Chocolate y Morente, “con el que más me identifico aunque muero por los tres”, reconoció.
Después de inspirar con su cante a las principales figuras del baile y a guitarristas como Vicente Amigo, a quien acompaña siempre en sus giras, y mostrar sus credenciales en solitario en un impecable recital en San Luis de los Franceses en la Bienal de 2016, Rafael de Utrera se estrena en el Lope el 23 de septiembre con Travesías, un proyecto-disco, en el que el cante de su tierra conecta con las composiciones del Trío Arbós, que lo acompañan con piano, violín y chelo y con La Moneta, como invitada.
Como la Memoria de una superviviente se erige el día 25 la gran Inés Bacán, que desplegará toda su estirpe flamenca con un recital basado en sus vivencias y que será una dedicatoria a ese flamenco profundo, atávico, ancestral y clásico. “El flamenco que yo siento, el mío”, dijo la cantaora que, no obstante se declaró una apasionada de “todo tipo de música, siempre que me llegue”.
Con la misma intención de “acordarse de quienes ya no están” viene Alonso Núñez Rancapino Chico, quien el 27 de septiembre presentará Una Mirada al pasado, con la intención de “defender lo que han dejado maestros como Valderrama, Manuel Torre o Caracol”, entre otros.
Sin duda una de las propuestas más arriesgadas será la de Rosario La Tremendita que el 29 vuelve con Tremenda, “mi trabajo más personal hasta el momento”, admite, donde la artista se ha mirado hacia dentro para “soltar toda la dicotomía que hay en mí, como cantaora cuyo lenguaje natural es el tradicional pero que, como me dijo mi abuela, también soy salvaje e inquieta”. En este sentido, y tras una etapa de búsqueda conceptual, la también compositora y música llega dispuesta “a pasármelo bien”, para lo que contará con el apoyo de Andrés Marín y Rancapino padre.
Por último, cerrando las noches de cante estará Estrella Morente que el 4 de octubre pondrá el broche de oro a la Bienal mostrando, con su voz privilegiada, la esencia flamenca que atesora desde su infancia.
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