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‘Cantando bajo la lluvia’, o la fórmula para la felicidad

Artes escénicas

La adaptación del clásico que dirigen Àngel Llàcer y Manu Guix llega en las próximas semanas al Cartuja Center de Sevilla, el Cervantes de Málaga y el Gran Teatro de Córdoba

Adrià García y Diana Roig, fotografiados el pasado jueves bajo la lluvia. / Juan Carlos Vázquez

Hay proyectos que desprenden un encanto irresistible y propagan un sentimiento de felicidad. Adrià García, uno de los intérpretes que protagoniza el musical Cantando bajo la lluvia, siente ese entusiasmo cuando afronta la escena más emblemática del clásico. "Hay un número que me encanta, Broadway Melody, que es espectacular por la música y la coreografía y las luces, pero lo que uno vive cuando hace Singin’ in the rain no se puede describir. En las primeras notas adviertes ya cómo el público se emociona, y ya cuando empieza a caer el agua surge algo muy especial”, señala el actor sobre un trabajo que siempre le levanta el ánimo. "He hecho dramas profundos con los que llego a casa tocado, pero de aquí salgo con alegría. Hay noches en que me pregunto incluso cómo voy a dormir con tanta energía como la que tengo”, confiesa García, que comparte con Zuhaitz San Buenaventura el desafío de heredar el personaje al que prestó sus facciones Gene Kelly.

El equipo que ya llevó a escena La tienda de los horrores y La jaula de las locas, el director de escena Àngel Llàcer, el director musical Manu Guix y la coreógrafa Miryam Benedited se atreven ahora con la adaptación de un filme legendario, celebrado como el mejor musical de EE UU por el American Film Institute. Un material que llevan a escena con 25 actores y bailarines, una orquesta en directo de nueve músicos y una ambiciosa escenografía, y el propósito de prolongar la emoción y el asombro que provoca el largometraje de Stanley Donen y Gene Kelly. El montaje visita ahora tres provincias andaluzas: Sevilla (Cartuja Center, del 15 al 18 de este mes); Málaga (Teatro Cervantes, del 22 al 25) y Córdoba (Gran Teatro, del 29 de junio al 2 de julio).

Una escena del musical. / David Ruano

Cantando bajo la lluvia, el musical alterna el respeto a un clásico arraigado en la memoria colectiva con la espectacularidad de la interpretación en vivo. "No queremos copiar ni imitar nada, pero al mismo tiempo tenemos que dedicar guiños al original, mantener algunos momentos célebres de la película: el giro del sofá, el baile bajo la lluvia”, explica Diana Roig, que interpreta a la íntegra y adorable Kathy Selder, el personaje que encarnó en pantalla Debbie Reynolds. Un papel que la actriz de Hollywood preparó hasta la extenuación, para responder a las exigencias de un bailarín curtido como Kelly: Reynolds declaró en alguna ocasión que junto al parto de su hija Carrie Fisher aquel rodaje fue la experiencia más dura de su vida. "Nosotros no tenemos a Gene Kelly presionándonos para que ensayemos, pero tenemos a Miryam Benedited, que también nos da bastante caña”, asegura Roig entre risas. "Y aquí hay una diferencia importante. En la película rodaban una escena, y la repetían, y al día siguiente hacían otras tomas... Pero el musical se hace entero y hay jornadas con dos funciones, y estás toda la obra con la energía a tope. Tienes que estar muy bien físicamente”.

"Es duro porque no se para. Pero, como se dice, sarna con gusto no pica. Es un espectáculo tan bien construido que se disfruta todo el rato”, apunta por su parte Adrià García, cautivado por unas coreografías "que huelen al Hollywood dorado, a esos bailes que iban acompañados de una big band. Aquí tenemos unos músicos de jazz maravillosos que nos hacen vibrar”, detalla el actor, que confirma la "dificultad” que supone bailar bajo la lluvia. "A la hora de los saludos, ha habido más de un resbalón”, cuentan los protagonistas de este espectáculo que dispone de "un sistema que recoge el agua y la reutiliza. La lluvia que se usa en las funciones es siempre la misma”.

Diana Roig y Adrià García. / Juan Carlos Vázquez

La historia de una estrella del cine mudo, Don Lockwood, que tiene que reinventarse tras la irrupción del sonoro tiene, para el elenco de este musical, "mucha más chicha de la que parece. El argumento se ambienta en otra época, en el Hollywood de ese momento, y se describe, por ejemplo, cómo nació el doblaje, pero tú puedes sentirte reconocido en lo que cuenta, porque habla de adaptarse a los cambios, que es algo que todos vivimos”, asegura el reparto de este montaje. "Pero más allá de eso es una oda a la amistad, porque Don no habría podido salir adelante si no es con la ayuda de sus amigos, Cosmo y Kathy... Y es también una historia de amor”, analiza Roig, que considera que Cantando bajo la lluvia trata sobre la gente que ama su vocación y no está cegada por la persecución del éxito. "Habla de las personas que tienen un sueño y trabajan honestamente para conseguirlo frente a quienes buscan más las alfombras rojas y el reconocimiento a su vanidad”. Una reflexión servida en números musicales inolvidables como Make ‘Em Laugh, Moses Supposes o Good Morning que provocan en el espectador un efecto inmediato: la felicidad, nada menos.

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