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Rafael Cansinos Assens, considerado padre de las vanguardias literarias españolas aunque él no fuera vanguardista, retrató los ambientes literarios del primer tercio de siglo en La novela de un literato y reservó su perfil más íntimo para sus diarios de posguerra que, inéditos hasta ahora, llegarán a las librerías en unos días.
Diario de posguerra en Madrid. 1943, publicado por la Fundación Rafael Cansinos Assens (Arca), reúne en cuatrocientas páginas, que incluyen índice onomástico y álbum fotográfico, las impresiones personales de Rafael Cansinos Assens (Sevilla, 1882-Madrid, 1964) sobre uno de los periodos más oscuros de la reciente historia de España.
El hijo del escritor y director de Arca, Rafael Cansinos, ha dicho a EFE que se trata de "un diario íntimo" y ha advertido a los lectores de Cansinos Assens que "no es La novela de un literato" por más que esa obra también esté integrada por unos diarios que "fueron reescritos para convertirlos en una obra literaria", mientras que en este diario de posguerra "no hay reescritura".
"Es su día a día, y además hablando de él mismo, cosa que rara vez sucede en La novela de un literato, donde el protagonista es la vida literaria", señala el hijo del escritor, quien está reeditando buena parte de la obra de su padre; Arca supera ya la veintena de títulos entre obras originales de Cansinos y sus traducciones de clásicos y de textos clásicos hebreos.
En 1943 Cansinos se encontraba escribiendo su biografía de Goethe, cuya obra completa tradujo, y se prestaba a acometer la traducción y el estudio introductorio de Las mil y una noches, ambos trabajos, en tres tomos cada uno, para la legendaria colección de Obras Eternas de la editorial Aguilar, para la que también tradujo la obra completa de Dostoyevski, entre otros clásicos.
Soltero, Cansinos vivía en 1943 en un piso junto al Retiro madrileño, junto a sus dos hermanas, solteras también, y aún sufriendo la penuria moral de la época -si durante la guerra se vio amenazado como sospechoso de falangista, en la posguerra estuvo perseguido como sospechoso de republicano-, vivieron desahogadamente no tanto por los rendimientos de sus trabajos literarios como por disfrutar de la herencia de un familiar.
En ese periodo Cansinos ya no publicaba en prensa ni tampoco obras originales, por lo que su hijo ha señalado que "este Diario de posguerra en Madrid. 1943, por su carácter de diario narrado desde el exilio interior, es una narración fiel de la situación sociocultural de esos primeros años del franquismo, que fueron los más duros y difíciles para los que se quedaron aquí".
El editor ha asegurado que "es evidente que la prosa de Cansinos está de plena actualidad" y que "los escritores actuales tienen que acostumbrarse a compartir la mesa de novedades de las librerías con Cansinos Assens; es una cosa extraña porque es un escritor del siglo pasado, pero es que muchas de sus obras no pudo publicarlas en su tiempo y van a salir en los próximo años".
El hijo del escritor alude con estas palabras no sólo a los diarios de posguerra que, todos ellos inéditos, suman varios miles de páginas y se extienden desde 1939 hasta 1946, incluido, con una extensión desigual, ya que si el correspondiente a 1944 podrá ocupar dos volúmenes, el correspondiente a los años 1945 y 1946 puede que se publique en un solo tomo.
También se refiere a los igualmente inéditos diarios de guerra que Cansinos llevó en Madrid durante toda la contienda, entre 1936 y 1939, pero cuyo trabajo de edición se complica porque requieren de traducción, ya que los escribió en varios idiomas, no tanto por ocultar lo que consignaba como por practicar con estos idiomas que conocía por su labor de traductor literario -en cierta ocasión animó una tertulia escribiendo una felicitación navideña en once idiomas-.
En una sola frase de este diario de posguerra se autodefine Cansinos cuando al referirse a los autores de su generación dice: "Yo realmente nunca tuve nada en común con ellos, sino el ser su contemporáneo", y en otra página deja muestra de que seguía la actualidad literaria al referirse a La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela, como "el máximo éxito literario de toda esta posguerra" y añadir: "Hay quien compara a Cela con Dostoyevski en sus Karamazov. Todo esto demuestra lo faltos que andamos de un gran novelista".
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