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Utilizado o explotado por el cine reciente como marco para el género, el río, el paisaje y la marisma del Guadalquivir a su paso por Coria del Río aparecen en este nuevo y hermoso corto del sevillano Manuel Muñoz Rivas en una insólita dimensión fantasmal que remite a la mitología griega, más concreta y explícitamente al barquero de Hades encargado de guiar a los muertos de un lado al otro del río Aqueronte.
Dentro o junto a sus coches en una vieja barcaza, estas almas vivas cruzan conversaciones y pensamientos, temores, proyectos y deseos, banalidades o referencias a la propia mitología que se está poniendo en escena. Las texturas neblinosas del río y su entorno se proyectan y disuelven también en las texturas analógicas y veladas de la imagen (fotografiada en 16mm por Mauro Herce y el propio Muñoz), y los sonidos del agua, el motor, el hierro y su fricción se convierten en la banda sonora que acompasa, envuelve y mece el viaje hacia una esfera suspendida y espectral.
La cámara busca rostros, gestos y pequeños relatos: una conversación cogida al vuelo, una llamada telefónica, un susurro indescifrable que se solapa con otro... Con ellos trenza Muñoz Rivas (El mar nos mira de lejos) ese otro gran relato, el del tránsito de la vida a la muerte, que los engloba y condensa en los apenas 25 minutos de un trayecto cuyas etapas y ritmos mutan al compás de la luz del día, de la espesa bruma del amanecer, los reflejos del sol de mediodía o en esa noche cerrada donde ya sólo se distinguen las siluetas y las sombras entre los destellos de los faros o los focos de los coches como guías para moverse en la oscuridad.
Aqueronte materializa en su viaje todo el ciclo de la vida y las más hondas preocupaciones del hombre, capaz de sostener en su flujo continuo y circular toda una experiencia metafísica que une a ancianos enfermos y recién nacidos, a parejas en crisis y jóvenes enamorados, a padres, hijos y difuntos que esperan en la otra orilla. La película se desplaza también de la conciencia al duermevela o al sueño más profundo del que tan sólo nos despierta el sonido de una sirena o la llamada de un padre.
Muñoz Rivas ha reunido aquí además a su propia familia y amigos, sus rostros, su habla y sus manos, para evocar esta historia universal anclada al paisaje y los ritos de su infancia. El mito, la autobiografía y el cine trabajando juntos en una de las películas españolas más hipnóticas y sugerentes de este año que, después de un largo periplo por festivales que arrancó en Rotterdam y ha terminado el pasado fin de semana en los Premios EFA, puede verse ahora en abierto en Canal Arte en Español hasta el próximo 23 de diciembre.
Se acercan las Navidades y se paraliza cualquier actividad cinéfila en la ciudad al margen de los estrenos comerciales de temporada. Sí quedan al menos algunos huecos de programación alternativa para esta última semana, el primero hoy mismo, en el cine Avenida, donde a las 20:30h. podrá verse en una sesión de pre-estreno (la película se estrenará comercialmente el día 20) Samsara, del gallego Lois Patiño, que estará en la sala presentando la película y debatiendo con el público, un nuevo viaje sensorial, contemplativo y espiritual que nos lleva hasta los templos budistas de Luang Prabang (Laos) para abordar un relato sobre la reencarnación y el tránsito de las almas.
Mucho más cercano y mucho más prosaico, reconocible y divertido es lo que propone Plácido Plácido(1961), de Luis Gª Berlanga y Azcona, si acaso uno de los mejores filmes de nuestro cine y una desopilante sátira de la caridad cristiana y el espíritu navideño en la España de los sesenta que nunca pasa de moda. La podrán ver en MK2 Cinesur Nervión el próximo martes 19 a las 20h.
Cicus también despide su programación de 2023 con un nuevo título de su ciclo dedicado al último cine rumano: Balaur Balaur(2021), de Octav Chelaru, pone a prueba a una profesora de religión casada con el párroco local tras conocer a un joven y problemático estudiante. Lunes 18 a las 19h.
Aunque hubiéramos preferido escucharlas en su propia voz y no en las de Chalamet y Grant, las canciones de Neil Hannon (The Divine Comedy) para Wonka, la película de estas Navidades, son sin duda uno de los atractivos de esta nueva adaptación del cuento infantil de Roald Dahl. El irlandés capta y traduce el espíritu optimista y luminoso del relato y nos deja un nuevo puñado de temas y melodías tarareables en arreglos clásicos a cargo de Joby Talbot, que se encarga también del score original.
Muy estimulante resulta también la recuperación que ha hecho Todd Haynes de la música de Michel Legrand para El mensajero (1971) en su apasionante y estratificado drama May December, de próximo estreno en Netflix. Una música de raíz barroca y modos bachianos arreglada para la ocasión por Marcelo Zarvos y que incide como un elemento extraño y perturbador en esta historia de mujeres en el espejo, manipulación y tabúes.
Afincado en Estados Unidos, el cordobés F. Javier Gutiérrez se ha tomado su tiempo (o se lo han tomado) para regresar al largo tras aquella 3 Días (2008) que cosechó buenas críticas en su acercamiento al género desde ciertas claves locales. El tremendismo rural vuelve a ser el referente de La espera, un filme que busca en los elementos de la tradición las raíces sobre las que asentar su escalada de tensión y violencia. Víctor Clavijo nos encañona con su escopeta.
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