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Marcel Proust: la vida sucede en el interior

Feria del Libro de Sevilla

La editorial El Paseo presenta en la Feria del Libro de Sevilla los dos primeros tomos de 'A la busca del tiempo perdido' y espera publicar la serie al completo en dos años

El traductor Mauro Armiño, la directora del Instituto Francés de Sevilla Marie Grangeon-Mazat y el editor David González Romero. / Juan Carlos Muñoz

En El Paseo aseguran estar "nerviosos, expectantes y también orgullosos". No es para menos: tras haber ido conformando uno de los catálogos más estimulantes de la actualidad, el sello sevillano da un paso más en su trayectoria y se enfrenta a "uno de los retos editoriales más complejos" que puedan imaginarse, el de publicar A la busca del tiempo perdido. La indagación en los laberintos de la memoria y la vida que llevó a cabo Marcel Proust con esmero de orfebre aparecerá en su totalidad "en un plazo de dos años si todo sale bien", anticipa el editor David González Romero sobre un proyecto del que se presentaron este sábado en la Feria del Libro de Sevilla sus dos volúmenes iniciales: Por la parte de Swann y A la sombra de las muchachas en flor. El primer avance de una edición "anotada y puesta al día" que contará en sus siete tomos con el aval de Mauro Armiño en la traducción y que regresa a las librerías en un formato "cómodo y asequible". Los promotores de esta revisión del clásico esperan haber lanzado al mercado las siete entregas para finales de 2024 "e incluso reunir entonces todos los títulos en un cofre que ya hemos diseñado".

"A la busca del tiempo perdido ha estado lastrada en su publicación en España por dos problemas, una traducción a menudo desfasada o pobre y unos formatos poco apropiados, o con cada entrega apretada en ediciones de bolsillo o en incómodos tomos de tapa dura que agrupaban varias novelas", analiza González Romero, que atribuye a la "temeridad y la poca vergüenza" el desafío de abordar uno de los textos sagrados de las letras universales, "uno de esos proyectos que justifican la vida de un editor. Creo que con el formato cómodo y asequible por el que optamos estamos invitando al lector a adentrarse en sus páginas. Nadie va a tener ya excusa para no acercarse a Proust".

El traductor Mauro Armiño. / Juan Carlos Muñoz

En El Paseo, asegura González Romero, "no somos amigos de las efemérides" que limitan la grandeza de un autor a una fecha concreta, pero "esta vez la efeméride nos ha motivado", dice el editor sobre el 18 de noviembre, cuando se cumplirá el centenario de la muerte de Proust. El editor confiesa que "de joven" se le resistió la prosa torrencial del autor y que ese festín para los sentidos que proponía lo dejaba aturdido. Volvió a su universo "ya como un lector más maduro, en una época en la que estaba interesado en la I Guerra Mundial y empecé por el final del proyecto, El tiempo recobrado, porque transcurre en un París asediado por los alemanes. Me enganchó, los pasajes sobre la vocación literaria me entusiasmaron, y leí la saga desde el principio. Ahí todo cambió para mí", rememora.

La directora del Instituto Francés de Sevilla Marie Grangeon-Mazat se mostró "impactada" por la "contemporaneidad" que sigue teniendo el autor, apuntó que el comienzo de A la busca del tiempo perdido, "durante mucho tiempo me acosté temprano", es "el más famoso de las letras francesas", y explicó que el estilo envolvente y pausado de Proust se debía "a que buscaba la palabra exacta y traducía emociones y sentimientos". La especialista enumeró los tributos con que su país está celebrando al escritor, iniciativas como el documental del canal ARTE Le monde du Marcel Proust o el podcast de Radio France Proust, en el que Charles Dantzig "ofrece cada semana una crónica sobre el escritor", y reivindicó que la "relación íntima que Proust tiene con la memoria, el amor, los celos, las sensaciones" nos interpela a todos, "habla de lo que tenemos a nuestro alrededor".

El traductor Mauro Armiño se encarga de la edición anotada y puesta al día del clásico

Mauro Armiño, por su parte, indicó que esta edición "es la segunda que hago tras la que sacamos en Valdemar entre 2001 y 2005. Entonces nadie quería a Proust, o al menos no las principales editoriales a las que presenté la propuesta. Se atrevió con ello Valdemar, una editorial más especializada en terror y en novela negra", detalla el traductor, feliz de haber encontrado "otro editor valiente que asume un riesgo". Para las notas de este nuevo trabajo, Armiño se apoya en fuentes como la Correspondencia editada por Philip Kolb o la publicación de los Ensayos dirigidos por Antoine Compagnon. "Yo soy partidario de las notas cuando se trata de un clásico. Porque estamos ante otra época y puede que el lector no conozca la situación histórica que trata el autor", justifica Armiño, que en el volumen de Por la parte de Swann ha incluido un valioso diccionario de los personajes que aparecen y otro de los lugares donde se ambienta la obra.

En su paso por la Feria del Libro de Sevilla, el traductor expuso cómo Proust emuló la ambición de Balzac, que con el proyecto narrativo de La comedia humana quiso erigir "una catedral", y cómo rechazó las tesis de Sainte-Beuve, el crítico con más peso en la Francia del momento aunque subestimara a grandes como Baudelaire, Stendhal o Flaubert, un erudito que en sus teorías no desligaba la biografía de la obra de un autor. "Proust admite que detrás de cada escritor hay una biografía, pero", sostiene Armiño, "no es la biografía exterior lo que importa, sino la interior, lo que está ocurriendo dentro de él". Fue con su sensibilidad prodigiosa, su emotividad desbordada, como Proust construyó un templo al que todavía hoy se rinde culto.

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