En busca de Serenput II
INVESTIGAR EN JAÉN
Séptima campaña de excavaciones en la necrópolis de Qubbet el Hawa, en Asuán (Egipto), arranca con el objetivo de penetrar por primera vez en la cámara funeraria del gobernador de Elefantina · El equipo que dirige Alejandro Jiménez confía en hallar las momias del alto funcionario de la XII dinastía y el ajuar funerario.
Miembros del equipo preparando la tumba de Serenput II, el pasado 5 de febrero, antes de comenzar la excavación del pozo funerario./ UNIVERSIDAD DE JAÉN
Al frente de un equipo compuesto por 24 personas el egiptólogo de la Universidad de Jaén 7 Alejandro Jiménez ha iniciado la séptima campaña de excavaciones en la necrópolis Qubbet el Hawa, en Asuán, con las expectativas puestas en la excavación de los pozos funerarios de Serenput II, el poderoso gobernador de Elefantina durante la era dorada de la décimo segunda dinastía.
La tumba lleva abierta al público un siglo, sin embargo, nunca han sido excavados los pozos funerarios. Uno de los aspectos que más cautiva al equipo de Alejandro Jiménez es que el material de relleno no guarda ningún signo de saqueo lo que permite especular con la posibilidad de que sigan allí las momias de Serenput y parte de su familia, así como el ajuar funerario. “Es rarísimo hallar intacto un enterramiento máxime de un personaje tan importante” , subraya Alejandro Jiménez quien recuerda que en la actualidad ya están descubiertas todas las tumbas de faraones, de modo que a los egiptólogos los personajes de mayor interés que les quedan por descubrir son los del siguiente nivel en la escala del poder: altos funcionarios de provincias y, entre ellos, Serenput II era uno de los más significativos. “¿Por qué? Porque controló muchos recursos. Aquel fue un tiempo de gran actividad militar en Nubia y él se ocupaba del avituallamiento al faraón y controló la extracción de piedras para la construcción de templos. Además, la suya es una de las tumbas privadas más bellas que hay”, resume.
El equipo jienense entró por primera vez en la tumba de Serenput hace dos años con la intención de completar la planimetría. La gran sorpresa fue descubrir, precisamente, que nunca se habían excavado las cámaras funerarias. Esta actividad comenzó el 5 de febrero, previa autorización de las autoridades egipcias.
La campaña también comprende la excavación de dos tumbas localizadas el año pasado y que se conservan parcialmente a consecuencia de un derrumbe e iniciar nuevas excavaciones en la zona de la necrópolis reservada a los gobernadores. Es la primera vez que los arqueólogos abren la tierra en este punto y lo harán en el nivel en el que fueron enterrados casi todos los gobernadores de Elefantina durante la VI y XII dinastías, de ahí que aunque aún no se halla producido ningún hallazgo las expectativas son grandes.
El cuarto frente que se abordará durante la campaña arqueológica gira en torno al pozo de la tumba 33 donde el equipo encontró el año pasado un enterramiento del año 600 antes de Cristo con ocho momias humanas y una momia de un cocodrilo, todas intactas. El mal estado de los restos apunta que el trabajo será muy lento. El director de la excavación calcula que consumirá entre tres y cuatro años.
El equipo mantiene un diario de campaña de las excavaciones que tiene el atractivo no solo su actualización diaria, sino también una ingente cantidad de fotografías de gran calidad y planos que permiten conocer el proyecto y su avance.
La séptima campaña en Qubbet el Hawa se financia gracia con cargo al plan nacional de I+D del Ministerio de Economía y Competitividad que ha aprobado una partida de 250.000 euros para respaldar el mayor proyecto de la egiptología española. Este proyecto, que se desarrolla ininterrumpidamente desde 2008, ha sufrido serios peligros en los últimos años por falta de financiación, hasta el punto de que el año pasado tuvo que ser la Universidad de Jaén con recursos propios la que asumiera su coste.
En la actualidad hay ocho equipos españoles trabajando en Egipto, siete de ellos en el Valle de los Faraones (Luxor). La particularidad del que se desarrolla en Asuán reside en que es el único que no estudia una única tumba, sino toda una necrópolis. El equipo de Alejandro Jiménez trabaja en un área de 2,5 kilómetros que supone aproximadamente el 10% de una zona arqueológica exclusiva de la Universidad de Jaén y el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto.
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