Blanca Cabañas: "Un buen thriller debe tener un buen inicio"
Libros
La autora publica su segunda novela, El hambre del pelícano (Suma de letras), un thriller en el que confluyen la historia de un matrimonio en declive, la aparición de un cadáver en los acantilados de Sancti Petri y el hallazgo de una estatuilla del dios fenicio Melkart
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Entre las páginas de El hambre del pelícano predominan las sombras, aunque Luz sea el nombre de la protagonista. La escritora Blanca Cabañas (Chiclana de la Frontera, 1991) publica su segunda novela, una historia en la que converge un matrimonio en crisis, la aparición de un cadáver y “episodios desconocidos de la historia fenicia de Cádiz”. Esta aparente miscelánea se articula en torno a una estatuilla de Melkart –dios fenicio-, la cual es descubierta en el entorno del islote de Sancti Petri. El relevante hallazgo determina el curso de este thriller en el que surcamos el rico paisaje –en su historia y en su belleza- de la costa de Cádiz. Y deambulamos por una trama que se construye sobre la naturaleza de la condición humana –la codicia, la ambición, el deseo-.
-Una novela sobre la codicia. ¿Por qué?
-Porque creo que es una de las emociones que sacan la peor parte del ser humano. La parte más miserable. También porque es una emoción universal, corrosiva y que me permitía mostrar una cara B de Chiclana. Para ello me he valido de las leyendas que circulan alrededor del santuario de Melkart. Un santuario que levantaron los fenicios hace tres mil años y cuya ubicación exacta, a día de hoy, sigue siendo un misterio. Cada poco sale una noticia con una nueva tecnología que apunta en una dirección, pero nunca se llega esta a comprobar. Es imposible. Aunque todas las pesquisas siguen apuntando al Caño de Sancti Petri. Esto se debe, en parte, a las estatuillas de Melkart que aparecieron en esta zona, en 1984. En mi novela pongo en juego una de estas estatuillas, de gran valor histórico y económico. Los personajes de la novela tienen ese dilema –que también lo puede tener lector-: ¿qué haría si me encontrara con una reliquia de este valor? ¿Se lo entregaría su legítimo dueño, que es el Estado, o se lo quedaría para sí y sacar provecho?
-¿Cuál es el rol de la estatuilla de Melkart?
-Es una estatuilla que hace referencia al origen de Cádiz. Como te decía, hace tres mil años los fenicios, a partir del oráculo, se vinieron a Cádiz, se asentaron y levantaron tres templos. Dos de ellos están en Cádiz capital; el tercero, cuya ubicación se desconoce, estaría entre Chiclana y San Fernando.
En Cádiz, y en toda la costa andaluza, hay muchas historias de expolios. Esta estatuilla es reflejo de ello. Casi todos conocemos un caso. Yo tengo conocidos que tienen ánforas romanas decorando sus casas. Es un tema común que nos afecta.
-Un lugar destacado de El hambre del pelícano es el castillo de Sancti Petri. Una construcción con muchísima historia.
-Pero su construcción es reciente, no es tan antigua. Sin embargo, por todas las leyendas que circulan en torno al santuario de Melkart se piensa que este estuvo en el actual castillo de Sancti Petri. Esta zona recibió la visita de Julio César, del general cartaginés Aníbal. Bajo los cimientos del castillo se dice que se encuentran los restos del semidios Hércules.
-Y el castillo tuvo también su función en la Guerra de la Independencia.
-Claro. Formaba parte de una línea defensiva contra los franceses, contra los ingleses. De hecho fue bombardeado, saqueado por piratas… Actualmente el castillo de Sancti Petri está reformado. Incluso a nivel turístico se puede visitar. Se puede llegar hasta él con kayak, embarcaciones. También tiene un restaurante dentro.
-Sí. Los tiempos llegan a todos los sitios…
-(Risas). Desde luego.
-Volviendo a la trama de la novela: todos los personajes actúan desde el egoísmo. Quizá se podría decir que es otro tema clave de esta propuesta.
-A mí no me gusta señalar a los personajes como buenos o malos. Me gusta que sea el lector el que lo vaya descubriendo. No obstante, en El hambre del pelícano todos los personajes tienen muchos claroscuros. Casi nadie tiene una intención pura o positiva. Todos tienen más intereses. En cualquier caso, el lector es siempre el que decide cómo actúan mis personajes. Si empatiza más con uno que con otros; o si se cree más a uno que a otro. Hay lectores que me han comentado que han congeniado con personajes que no han tomado las mejores decisiones. Han llegado a entender por qué se actúa de esta o aquella forma.
-Otro tema vinculado con nuestras actitudes: la desconfianza.
-La historia cuenta con un matrimonio en crisis, herido por la desconfianza, a causa de distintos acontecimientos e infidelidades. El matrimonio decide huir de Cádiz, empezar de cero y mudarse a Chiclana. A la zona de Sancti Petri, donde sucede la historia. A pesar de este cambio, la mujer, Luz, no termina de fiarse de su marido. Por lo que contrata a una detective privada. En toda la novela prevalece la mentira, los secretos. El camino corto de esta historia hubiese sido una buena comunicación y decir la verdad, pero aquí todo acaba enrevesado.
-Una frase que subrayo: “Es la conciencia la que hace saber a todo ser humano que está vivo”.
-En mi caso soy una escritora a la que le gusta leer lo que opinan los lectores de su novela. En Perro que no ladra, mi anterior novela, recibí algunas opiniones que decían que el inicio tenía un ritmo muy pausado. Con El hambre del pelícano he querido cambiar eso. Si los lectores quieren caña, van a tener caña, pensé. Por tanto, desde el inicio, desde el prólogo –donde se incluye esa frase que dices-, empiezo con un pulso con el lector. Intento que este no deje de leer el libro. La dificultad de esta novela ha sido mantener ese misterio del thriller durante toda la historia. Por ello he cuidado muchísimo los inicios y los finales de cada capítulo. Esa frase que has leído es el final del prólogo. Donde la persona describe cómo está cayendo desde el acantilado. Al final, cuando llega a la roca, pongo esas palabras en boca del personaje.
-Según usted, las claves del género –más allá de las consabidas-.
-Un buen thriller –más allá de los giros, el ritmo trepidante- debe tener un buen inicio. También es fundamental la construcción de los personajes. Me gusta igualmente jugar con la ambientación, que esta forme parte de la trama. No como un decorado de fondo, sino como un ingrediente más de la historia.
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