La escuela no se cierra

Bienvenido a la montaña | Crítica

Una imagen de la comedia italiana protagonizada por Antonio Albanese y Virginia Raffaelle.
Una imagen de la comedia italiana protagonizada por Antonio Albanese y Virginia Raffaelle.

La ficha

*** 'Bienvenido a la montaña'. Comedia, Italia, 2024, 104 min. Dirección y guion: Riccardo Milani. Fotografía: Saverio Guarna. Música: Piernicola di Muro. Intérpretes: Antonio Albanese, Virginia Raffaelle, Sergio Meogrossi, Elisa di Eusanio, Corrado Oddi.

Contra todo pronóstico, y a pesar de la comercialización de su título en castellano en busca de públicos de memoria corta que aún recuerden la franquicia de Bienvenidos al Norte basada en los estereotipos y diferencias culturales, esta exitosa comedia italiana nos reserva bastantes sorpresas agradables en su viejo esquema de costumbrismo amable a propósito de la vida rural en los nevados Abruzzos y esa pequeña escuela local que hay que salvar como símbolo no sólo del valor de la enseñanza pública sino también como foco de resistencia a la globalización y la aculturación generalizadas.

Y esa sorpresa llega en la forma de un endiablado sentido del ritmo, unos diálogos y réplicas chispeantes y veloces, una tipología de personajes entrañables (niños incluidos) y la química entre dos intérpretes en estado de gracia, un Antonio Albanese que vuelve a demostrar una vez más (lo recuerdo especialmente en L’intrepido, de Amelio) sus innatas prestaciones para el humanismo y la bonhomía como maestro quemado en busca de aire puro, y una no menos espléndida Virginia Raffaelle que funciona como una auténtica metralleta de energía, determinación e ingenio.

Son ellos los que, en alianza infalible, se ponen al frente de la estrategia colectiva para mantener abierta la escuela a toda costa (también de lo políticamente incorrecto) y levantar el ánimo a una pequeña localidad de fuerzas vivas que actualizan las de aquella comedias posneorrealistas de Don Camilo en estos tiempos de diversidad, inmigración forzosa, turismo ecológico, niños que quieren ser youtubers y adolescentes que aspiran a vivir su diferencia, piezas de un cándido enredo al que indudablemente le sobran el acecho del drama suicida y sus malas formas, una prescindible escena romántica de cama y demasiadas ganas de atar todos sus cabos con mensaje.

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