‘Al otro barrio’, humor contra la polarización: “Son más cosas las que nos unen que las que nos separan”

Cine

Este jueves llega a los cines 'Al otro barrio', una comedia con dosis de crítica social protagonizada por Quim Gutiérrez y Sara Sálamo.

'Por donde pasa el silencio', ese lugar que llamamos casa

Parte del reparto de «Al otro barrio»
Parte del reparto de 'Al otro barrio'. / DS

Andrés Ocaña –personaje que interpreta Quim Gutiérrez- es uno de esos hombres cuyo trabajo suena más sofisticado en inglés que en español -y por supuesto se paga mejor si se dice en inglés y obviamos su nombre en español-. El protagonista de la comedia Al otro barrio es el estereotipo de persona que te adorna una idea insertando multitud de palabras anglosajonas –lo que algunos denominan la prosa LinkedIn-; un tipo sin demasiada vergüenza que se dedica a dirigir una empresa de marketing, es decir, a lograr un equilibrio entre la verdad y la venta de humo.

Ocaña, versión posmoderna del buscavidas renacentista, consigue persuadir al CEO, al project manager, al junior y al senior. Pero no es capaz de encandilar a la implacable jefa de toda empresa: Hacienda. Al personaje de esta comedia, dirigida por Mar Olid, se le ocurrió –se creyó el más listo- pedir una subvención para su empresa. El requisito fundamental para recibir esta ayuda pasaba por que la sociedad debería trasladarse a un barrio del extrarradio, pues la finalidad de la subvención consistía en contratar a personas que viviesen “en una situación de exclusión social” para así “fomentar la integración”.

Ocaña, por supuesto, no se marcha a ningún sitio, y por supuesto lo pillan, y por supuesto lo niega todo. Pero Hacienda no se traga su humo de publicista, así que le comunica –sin rodeos ni humo- una millonaria sanción más pena de cárcel. Nuestro protagonista trata de seguir negociando, en una cómica escena, con los inspectores de Hacienda. Estos, sin demasiada piedad, ofrecen una solución: Ocaña tiene que mudar su sede al barrio de Los Caños –en la ficción un barrio marginal-. Así comienza la trama de esta película que participó en la pasada edición del Festival de Sevilla y que llega a los cines el 5 de diciembre.

Estamos en un momento en el que todo es blanco o negro. Un momento en el que parece que no tenemos nada en común los unos con los otros. Esta película aborda esa cuestión humanista. Y nos dice que ante todo somos personas"

La agencia de marketing –con sus clasistas y sofisticados trabajadores- llegan a Los Caños. Allí tendrán que hacer sus vidas. Y allí se desarrolla el principal argumento de esta comedia con dosis de crítica social. “La película tiene una visión humanista. Aquí se tratan, desde la comedia, temas sumamente complejos, en un momento tan polarizado. Al otro barrio pone sobre la mesa este tipo de cosas. Son más cosas las que nos unen que las que nos separan. Esa es la baza de la peli”, apunta la actriz Sara Sálamo, quien interpreta a Sara, mano derecha del jefe de la agencia HappyFew.

“Estamos en un momento –añade Sálamo- en el que todo es blanco o negro. Un momento en el que parece que no tenemos nada en común los unos con los otros. Esta película aborda esa cuestión humanista. Y nos dice que ante todo somos personas. Al final nos interesa lo mismo y queremos lo mismo”.

En este barrio del extrarradio vive otro de los protagonistas, Benja, cuya interpretación corre a cargo de Javier Herrera. “En esta historia se tratan los prejuicios de ambas partes, tanto de la clase obrera y de una clase media-alta. En la película se refleja muy bien la comunión de ambas clases sociales”, relata el actor. Quim Guitiérrez, al hilo de la conversación, reflexiona acerca de cómo la vida nos predispone, de forma totalmente accidental, ante experiencias que nos enseñan y que nos ayudan a enriquecer nuestra mirada –otra de las posibles lecturas del largometraje-. “Muchas veces lo que propone el diálogo y el encuentro son situaciones inesperadas. Pocas veces te vas a ese encuentro con el diferente. Sin embargo, es la vida misma -en este caso, un tipo que estafa a Hacienda- la que propicia un encuentro impredecible y del que aprendemos. Pienso que estamos rodeados de situaciones que proponen esos encuentros”.

Nuestra película habla de prejuicios de un lado y del otro. Porque solamente el pijo tiene prejuicios del chaval del barrio, también pasa al revés. Nosotros ante todo hemos hecho una cosa muy real, que pasa de verdad”, sugiere Mar Olid, quien destaca de Al otro barrio el hecho de que cuenta “una historia de supervivientes”. Tanto de un lado como del otro.

En esta película sobre diferentes, todos coinciden en algo: el “buen clima” –“de fantasía”, señala Quim Gutiérrez- en el que se ha desarrollado el rodaje. “Todo ha sido increíble –apunta Sara Sálamo-. Mar [Olid] lo hace muy fácil. La directora generó un clima de buen rollo y de confianza artística y técnica. Todo el mundo iba contento a trabajar. Así es mucho más fácil. En mi caso he vivido comedias donde el rodaje era un infierno, y hacer reír desde allí es una tortura”.

“El clima del rodaje ha sido muy amable. Siempre intento que la gente en el rodaje sea feliz. Trabajo dando mucha libertad. Pienso que la comedia la tienes que hacer desde el propio rodaje. Tienes que fomentar un clima que sea divertido, amable; un ambiente en el que la gente que aquí trabaja tenga también ganas de reírse. Si hay tensión en el curro no te va a salir una buena comedia”, sostiene Olid.

Al otro barrio, resumen tanto el elenco como la directora, es una película en la que el espectador “saldrá con una sonrisa” y es también un largometraje en el que se ponen “cartas sobre la mesa, de temas importantes”. “El espectador va a sacar mucha diversión y también una lección sobre cómo tratar al diferente, al extraño que no conoce, a aquel que no es de su mundo”, concluye la directora. 

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