Los autores recomiendan

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R. C. / Sevilla

30 de abril 2010 - 17:23

Felipe Benítez Reyes. La vida de André Breton, de Mark Polizzotti. Editorial Fondo de Cultura Económica.

"Resultaría difícil sostener que André Breton fue un gran escritor, pero resultaría difícil negarle su condición de gran figura literaria. Vehemente y despótico, sectario y testarudo, repulsivo y fascinante, caprichoso y estratégico, el llamado Papa del Surrealismo tuvo una vida que se adivina más agitada en su narración que en su cotidianidad, ya que al fin y al cabo una biografía incide sobre lo extraordinario. De esa narración se encarga Mark Polizzotti con muy buen tino para ofrecer no sólo el relato de las vicisitudes personales y artísticas vividas por Breton, sino -como no podía ser de otra manera- por todo el cambiante grupo de los surrealistas, que solían ser tipos de cuidado, dispuestos a partirse la cara -en sentido literal- para defender sus premisas estéticas, ya que el surrealismo tuvo mucho de fe basada en dogmas, y de ahí quizá la proliferación de apóstatas. Un libro, en suma, que informa y divierte".

Rafael Chirbes. La marcha Radetsky, de Joseph Roth. Ediciones Edhasa.

"Acabo de releer un libro excepcional, que recomiendo vivamente a quien no lo conozca. Se trata de la mejor y más ambiciosa novela de Josep Roth, un judío austríaco que murió alcoholizado en París en 1939. En ella se nos cuenta la caída del imperio austrohúngaro, al hilo de tres generaciones de la familia Trotta, militares y funcionarios de origen humilde enaltecidos por el Emperador, tras ser salvado por uno de ellos en la batalla de Solferino. En el libro de Roth se nos muestra la disolución de los viejos valores y la pérdida del sentido de destino, con la consiguiente corrupción en las costumbres cotidianas; el ascenso de una multitud de nacionalismos que quiebran el vigor centrípeta de la corona, hasta entonces sostenida como representante de Dios en la tierra; y el estallido de la Primera Guerra Mundial, como trágico punto final a ese imperio en caída libre: un mundo desaparece y sus antiguos habitantes se convierten en muertos vivientes cuyo pesimismo abonará las condiciones del futuro ascenso nazi. Escrito con una prosa densa, hermosísima, forma parte de ese inigualable corpus literario nacido entre los rescoldos de la gran masacre con que se abrió el siglo XX. En la misma estela, y casi como una voz que completa la de Roth, puede el lector español acceder a la reciente traducción de la Trilogía transilvana de Mihail Banffy (Ediciones del Asteroide). Dos joyas inigualables de la literatura del pasado siglo".

Juan Cobos Wilkins. Luz de la memoria, de Pepa Medero Rubio y Carmen Vides Bernabé. Diputación de Huelva y Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Huelva.

"Si estoy triste no quiero ser yo". "Cuando apagan la luz me veo a mí misma". "Mis manos son peines del tiempo". "Mi vida es una película de cine mudo". Estas frases son sólo un ejemplo de las recogidas en Luz de la memoria, un libro excepcional, sorprendente, necesario, preparado por Pepa Medero y Carmen Vides (AFA-Huelva) y que pone ante los ojos emocionados del lector lo que enfermos de Alzheimer piensan sobre el amor, la familia, su cuerpo... No se trata de un estudio de tan terrible mal ni una guía de ayuda para familiares, en estas páginas son los enfermos los que, por primera vez, tienen voz y expresan qué sienten al ser acariciados o al escuchar música. Y lo expresan en frases de conmovedora pureza poética, de relampagueantes hallazgos lingüísticos. Qué misterio que el olvido y su omnívora goma de borrar dejen un espacio blanco, virginal, para devolver la pureza a la palabra y que ésta cree lo nombrado. Léanlo, no lo olvidarán".

María Dueñas. Fabulosas narraciones por historias, de Antonio Orejudo. Editorial Tusquets.

"Para afrontar con humor estos tiempos de crisis, mi lectura favorita ha sido Fabulosas narraciones por historias, de Antonio Orejudo, uno de los libros más divertidos que he leído nunca. Con un ingenio desvergonzado y originalísimo, Orejudo narra la historia de tres amigos en la mítica Residencia de Estudiantes y a través del Madrid cultural de los años veinte, cuajado de proyectos vacuos, intereses crematísticos y frivolidad. Gamberros hasta el salvajismo, saboteadores de actos literarios, irreverentes, cafres y desinhibidos, Santos, Patricio y Martiniano -supuestos sobrinos estos últimos de José María Pereda y Azorín- ponen a la crema de la intelectualidad a los pies de los caballos y nos llevan de la mano por caminos esperpénticos e inesperados. Una novela de prosa excelente; un tributo a la ironía y a la desmitificación. Para quien quiera conocer cómo fueron -o podrían haber sido- Lorca, Ortega y Gasset o Juan Ramón Jiménez en las distancias cortas, Fabulosas narraciones por historias es una lectura imprescindible".

Ildefonso Falcones. Dime quién soy, de Julia Navarro. Plaza y Janés.

Ildefonso Falcones recomienda la lectura de Dime quién soy, la última novela de Julia Navarro, una de las grandes apuestas editoriales de 2010. "Es un buen libro, está muy bien escrito y muy bien planteado", comenta quien con La catedral del mar reunió a más de cuatro millones de lectores y ha repetido éxito con La mano de Fátima, una historia de amor enmarcada en 1609, con la expulsión de los moriscos. Entre las últimas "interesantes lecturas" del abogado barcelonés figuran también el último título de Nerea Riesco, El elefante de marfil, y el debut de María Dueñas en la novela, El tiempo entre costuras, todo un fenómeno editorial en nuestro país.

Agustín Fernández Mallo. Aire nuestro, de Manuel Vilas. Alfaguara.

"Uno de los libros más extraordinarios que he leído en mucho tiempo. Un libro en el que Vilas parece advertir una presencia en todas las cosas: la Vida, nuestra vida, porque Manuel Vilas celebra la vida desde la singularidad, desde lo raro, algo que pocos escritores son capaces de hacer. Manuel Vilas es el Tarantino de nuestras letras, haga lo que haga, siempre sorprende con piruetas 100% Vilas, es nuestro ciberpunk buñuelista, como si Buñuel se hubiera metido a ciberpunk, o como si Ballard regentara un chiringuito en Benidorm, pero sobre todo es un poeta inmenso. En todo lo que escribe hay una celebración de las cosas, en el sentido de que hasta en el paisaje más distópico siempre hay algo raramente humano, algo que nos lleva a la empatía, al poema, al delirio común que hay en todas las cosas, delirio que finalmente se nos hace no sólo creíble, sino necesario".

Rodrigo Fresán. La pesca de la trucha en América, de Richard Brautigan. Blackie Books.

"Puestos a elegir un libro -¿por qué siempre hay que elegir nada más que un libro? ¿O cinco? ¿O cien? ¿O mil?- me quedo con uno que leí hace mucho tiempo, releo siempre y que recién ahora acaba de aparecer, por primera vez, en nuestro idioma. La pesca de la trucha en América del luminoso suicida Richard Brautigan (en exquisita edición de Blackie Books) es uno de esos artefactos que cuesta atrapar y definir pero que es un placer perseguir y leer. Cruce de poesía libre, autobiografía zen, credo estético y manual de instrucciones, este pequeño inmenso volumen supo ser best-seller contracultural a finales de los psicodélicos '60s pero, ahora, es todo un clásico subterráneo. El perfecto eslabón perdido entre el be-bop de Jack Kerouac y el rock mercurial de Bob Dylan".

Juan Eslava Galán. El asedio, de Arturo Pérez-Reverte. Alfaguara.

"El mejor libro que he leído en lo que va de año. A mi juicio es la mejor y más completa novela de Pérez-Reverte: un prodigio de equilibrio entre los ingredientes que debe contener una buena novela: interesantes tramas y subtramas, impecable dibujo de los personajes, con una larga galería de estupendos secundarios, detallado estudio y exposición del ambiente y los pormenores del fondo de la historia, en este caso el Cádiz sitiado por los franceses en 1811, etc. Me ha conmovido especialmente la historia de amor imposible entre la gaditana Lolita Palma y el capitán Lobo, a la que encuentro más alcances de vida misma que de literatura si se me permite expresar así, y eso pocas veces ocurre porque los escritores a veces estamos demasiado literaturizados y nos dejamos influir más por lo leído que por lo vivido. Un trabajo redondo, en suma, de Arturo Pérez-Reverte".

Hipólito G. Navarro. Covers. En soledad y compañía, de Ronaldo Menéndez. Editorial Páginas de Espuma.

"Se cumplen once años de la publicación de Líneas aéreas (Lengua de Trapo), una antología esencial para conocer la narrativa contemporánea escrita en el castellano riquísimo del otro lado del Atlántico. La edición, del profesor Eduardo Becerra, presentaba la obra de 70 autores de 20 países, los hijos y nietos más interesantes del boom. Por desgracia, la mitad de ellos son todavía hoy desconocidos en España. Sobresalían en ella con luz propia las páginas del relato Carne, firmadas por un jovencísimo autor cubano, Ronaldo Menéndez, que acababa de recibir el Premio Casa de las Américas. Lengua de Trapo ha publicado toda la obra de Menéndez, hasta hoy, que recala en Páginas de Espuma. Los nueve cuentos de Covers son nueve nuevas "carnes" para quitarse el hambre, nueve deslumbramientos de estilo y audacia compositiva, de humor inteligente, de inmenso talento narrativo. Un grandísimo regalo".

José Antonio Garriga Vela. Cháchara, de Juan Bonilla. Renacimiento.

"La verdad y la belleza nos estremecen. Yo le pido eso a la literatura. Nada más ni nada menos. Acabo de leer un libro de poemas que me ha estremecido. Me refiero a Cháchara. Los buenos escritores consiguen que nos enamoremos de las cosas y de las personas que ellos se enamoran. Juan Bonilla nos habla en este libro de cuestiones increíblemente personales y de lugares sagrados. Yo he regresado a esos lugares de la memoria en las palabras de Bonilla. Lugares en los que alguna vez estuve en cuerpo o en alma, como en Manikarnica ghat de Benarés y el Anfield Stadium de Liverpool. Los poemas de Bonilla nos acogen, nos consuelan. Nunca caminaremos solos con sus versos. Ellos iluminan un mundo que estaba apagado y que enseguida reconocemos. Nos hablan también de literatura y literhartura. Porque Juan Bonilla juega con las palabras de una manera muy seria. Tan seria que nos estremece incluso cuando juega".

Eduardo Jordá. Quemar los días, de James Salter. Salamandra.

"Lo que cualquier escritor suele decir con diez palabras, James Salter lo dice con cinco. No hay una prosa más desnuda, más tensa, más fibrosa. Las memorias de Salter no cuentan grandes acontecimientos. La importancia que le concede a Nabokov o a Robert Redford es la misma que le concede a un oscuro oficial de la Fuerza Aérea o a un agente literario fracasado. Pero Salter es así. Mientras Truman Capote daba su famosa fiesta en el Hotel Plaza de Nueva York, para celebrar el lanzamiento de A sangre fría, él pasaba por delante del hotel, en un coche de segunda mano, rumbo a una casa también de segunda mano. Salter no consiguió ser un buen piloto de combate en Corea, ni destacó como guionista de cine, ni tampoco logró ser reconocido como escritor, pero supo aceptar todos estos fracasos con una estoica serenidad, y de ahí viene la grandeza de su libro. "Mi vida es así -viene a decir Salter-, pero estoy contento con ella". Y sí, sí, su vida es fascinante justamente por eso".

Ignacio Martínez de Pisón. La agonía de Francia, de Manuel Chaves Nogales. Libros del Asteroide.

"Es una oportuna recuperación del que probablemente sea el libro menos conocido del gran escritor y periodista sevillano, que en La agonía de Francia nos ofrece un testimonio privilegiado sobre la ocupación de Francia por Alemania en 1940. Quienes disfrutaron con Suite francesa de Irene Nemirovski disfrutarán también con este gran libro".

Ricardo Menéndez Salmón. Mi madre, de Richard Ford. Anagrama.

"Quiero recomendar una reedición y una novedad. La reedición es Mi madre, de Richard Ford, que Lumen había publicado en los 90 y que ahora Anagrama devuelve al mercado. El libro del maestro americano fue escrito en 1988, con motivo de la reciente muerte de su madre, Edna. Es un texto extraordinario por su contención y, a la vez, por el capital de emoción que encierra, y como toda la prosa de Ford está tocado por esa difícil sencillez que caracteriza su escritura. La novedad es un libro de relatos de mi paisano Jon Bilbao, uno de los mejores escritores de narrativa breve que ahora mismo publica en España. El libro se titula Bajo el influjo del cometa y, como el resto de su obra, lo publica Salto de Página. El talento de Bilbao para generar inquietud y para escrutar las relaciones personales (filiales y sexuales, sobre todo) brilla aquí con enorme rigor. Un libro lúcido y magníficamente escrito".

Enrique Redel. La boca llena de tierra, de Branimir Šcepanovic. Sexto Piso.

El editor del sello Impedimenta defiende que "Branimir Šcepanovic pasa por ser uno de los más importantes narradores serbios del momento. En La boca llena de tierra, recientemente editada por Sexto Piso, nos regala una fábula cruel sobre el acoso humano, dotada de una delicadeza demoledora. La narración es de una economía que nos hace recordar al mejor Danilo Kiš, a la mejor literatura centroeuropea. Un hombre viaja en un tren albergando la idea del suicidio. Sin saber muy bien cómo, y a través de un paisaje desolado, el protagonista se ve perseguido por una horda de desconocidos que quieren matarlo, y él se ve obligado, de modo sorprendente, a luchar por su vida. La boca llena de tierra me ha parecido el relato de un francotirador, de una crudeza extrema, y a la vez una metáfora sobre la naturaleza caníbal de la sociedad moderna. Además, por lo que sé, el libro está siendo un éxito de ventas. Un libro realmente recomendable".

Antonio Rivero Taravillo. Dublinesca, de Enrique Vila-Matas. Seix Barral.

"Me pide Diario de Sevilla una recomendación para la Feria del Libro. Contra lo que tenía previsto, no podré escribirla junto a un ejemplar de The Irish Times en un salón del Hotel Shelbourne. Mi viaje a Irlanda el miércoles de la otra Feria (la de Abril) lo ha frustrado la famosa nube de ceniza. Ya lo escribió T. S. Eliot: Ash Wednesday. Pero no voy a hablar de un libro de poesía (aunque ésta, de Yeats a Larkin, no falte en él), sino de una estupenda novela que posee todos los ingredientes para que un amante de Irlanda y hoy, además, editor disfrute de lo lindo. Ahora comprendo lo que es un libro personalizado. Aquí Vila-Matas consigue la que quizá sea su mejor obra, llena de referencias a Joyce, a baladas conmovedoras, al mundo de la letra impresa, al solipsismo digital, a fantasmas, a coincidencias. Gracias a sus páginas he podido pasearme por Grafton Street o Dalkey. ¿Quién dice que cancelaron mi vuelo?".

Enrique Vila-Matas. Algunos hombres… y otras mujeres, de Isabel Núñez. Menoscuarto ediciones.

"Isabel Núñez es una escritora de Barcelona que merecería un mayor foco de atención. En La plaza del azufaifo (2008) escribió un libro autobiográfico acerca de su lucha por evitar el derribo del árbol chino y centenario que estaba (que está, creo, todavía) enfrente de su casa en el barrio de Sant Gervasi de Barcelona. Encontrará ahí el lector la historia de una mujer que defiende, en los pequeños detalles, su derecho a la felicidad. Problemas de distribución, o quizás ese desprecio tan nuestro a lo que ignoramos, hicieron que este gran libro -que prologué con entusiasmo- pasara injustamente desapercibido. El mismo peligro corre ahora Algunos hombres… y otras mujeres, un interesante conjunto de quince relatos que hablan de trenes que pasaban por Figueres, de cristales pintados y de navidades serbias, de caballos que irrumpían en nuestros veranos, de amores y estúpidos desamores, del desastre general de toda una generación. Un mundo negro y rojo, inventado y real, tierno y cruel, especialmente inteligente. Muy recomendable".

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