La marmota japonesa

La traducción al castellano del original (River) resta todo misterio de partida a esta amablecomedia nipona que encierra, lo pueden intuir, a un puñado de personajes, sus deseos y frustraciones en un bucle temporal en una posada-balneario en la pintoresca localidad de Kibune cerca de Kyoto.

Un bucle de apenas dos minutos que Junta Yamaguchi estira y estira en un encomiable ejercicio de escritura que explota la repetición y la coralidad de tipos con cierta astucia hasta que el talento se lo permite, claro está. Mientras tanto, el recurso del plano-secuencia con steady-cam se va asentando como método de puesta en escena tras un primer tramo bastante molesto para seguir a nuestra particular heroína romántica en kimono de faena, una joven empleada sobre la que se reinicia una y otra vez la historia y que cree ser la causante de un eterno día de la marmota en el que el sol y la nieve se suceden, cómo no, fuera de toda lógica estacional.

Prolongada hasta sus propios límites y su disparatado final, Atrapados en un bucleinfinito tal vez satisfaga la curiosidad del espectador lejano y su paciencia para comprobar cómo una vieja premisa ontológica puede encontrar nuevos derroteros cómicos después de la insuperable Atrapado en el tiempo. Prueben a ver si les convence y entretiene el divertimento, que de eso parece tratarse.