Alhambra Monkey Week
La cultura silenciada
Aslándticos | grupo musical
Mañana sábado tendrá lugar en la sala Malandar un concierto del grupo cordobés Aslándticos -se formaron hace algo más de veinte años en un descampado a la espalda de la antigua fábrica de cementos Asland- para el que se agotaron todas las localidades hace ya muchos días. Este concierto en nuestra ciudad es uno de los últimos que han marcado un verano de gran intensidad para la banda, que ahora mismo se encuentra en un interesante compás de espera entre un nuevo single de pronta aparición y el anterior, Adiós tristeza, que es el punto álgido de su actual repertorio. Aslándticos es un trío formado por Alberto Invernón a las guitarras acústica y eléctrica, Jorge Carmona a la batería y coros, y Bueno Rodríguez, que es el cantante, compositor principal y nuestro interlocutor en esta entrevista.
-Hace unos 25 años grabaron Los Secretos una canción que también se llamaba Adiós tristeza y en uno de sus versos decía: hoy empieza el resto de tu vida. ¿Se le pueden aplicar también a usted esas palabras al componer la suya?
-Desconocía esa canción de Los Secretos y que hablase del primer día de una nueva vida. No es mi caso, en realidad, porque con Aslándticos ya tenía muy claro cual fue mi primer día. Mi canción iba de, si no mirar atrás, sí tener en cuenta lo que hay detrás para así poder decirle adiós con conocimiento de causa. Habla de un duelo en proceso de ser vencido y de la gente que está superando ese momento duro tanto como de la que por fin puede mirar atrás, ver que lo ha conseguido y celebrarlo en un concierto nuestro.
-La canción tiene un ritmo reggae, un género que normalmente asociamos al fumeta, al que pasa de todo. ¿Es esa la mejor manera de enfrentarse a la depresión, a los momentos peores? ¿O es la forma que tienen ustedes de quitarle crudeza? Hacer una canción positiva y alegre de un tema desagradable.
-No me gusta asociar el reggae al pasotismo ni, mucho menos, a las drogas, pero sí me parece que la música en general es una de las mejores terapias para todo lo que ocurre en la vida. Yo, si me encuentro mal, escucho música; si me encuentro bien, escucho música; siempre es algo fundamental para mí. Tenía una espinita clavada porque hace tiempo compuse una canción reflejando este sentimiento, que era ¿Qué puedo hacer yo? y hablaba de qué le podría contar yo para darle ánimos a la gente que me cuenta su situación, el mal momento que ha superado gracias a nuestra música, cuando era yo quien tendría que darles un aplauso a ellos. Hice la canción con todo mi respeto y cariño, pero algún tiempo después me di cuenta de que no cumplía su misión, de que realmente no llegaba a transmitir una emoción positiva y la motivación que yo buscaba. Con Adiós tristeza sí lo hemos conseguido, porque habla de un tema difícil y controvertido, pero lo hace desde un punto de vista que te anima a bailar y celebrarlo; con ella afrontamos los problemas y las cosas difíciles de una forma constructiva y, ahora sí, con ánimo motivador.
Siempre tengo presente que el ánimo motivador de nuestras canciones no sea una palabrería repetida"
-Ustedes tienen una senda artística bastante definida desde el comienzo. ¿No se han planteado abandonarla en algún momento? ¿Si no lo han hecho ha sido por convicción o recelo a la reacción de su público?
-Un poco por ambas cosas. Como artista, evidentemente, a la hora de escribir las letras me planteo una y otra vez esa vulnerabilidad de que haces algo y esperas que tenga buena acogida por el público. Sé que tengo una responsabilidad con la gente que nos escucha, porque esperan encontrar lo que buscan cuando se acercan a nuestra música; pero siempre he sabido que mi mejor aliado para escribir es mi libertad creativa y en ese sentido nunca me aferro a ningún estilo ni me pongo trabas a la hora de crear; es más, siempre intento seguir evolucionando, hacer canciones que no se parezcan unas a otras, que no me digan que tres canciones mías son iguales. Es verdad que tenemos un estilo definido, pero siempre tengo presente algo tan difícil como es que el ánimo motivador de nuestras canciones no sea una palabrería repetida. Me peleo contra mí mismo para seguir siendo yo a la vez que evoluciono.
-¿El público de Aslándticos está integrado más por jóvenes esperanzados que confían en el positivismo de ustedes, entonces, que por maduros de vuelta de muchas cosas que saben que la vida en realidad no es tan positiva?
-Me atrevería decir que más bien es esa segunda opción, porque me doy cuenta de que somos un grupo que, aunque tiene muchos seguidores jóvenes, pero la mayoría es gente que sabe identificar aquello de lo que hablamos por lo que ellos ya llevan vivido. Incluso está la situación de los padres que le ponen nuestra música a sus hijos porque sabe que lo que estamos diciendo es muy importante y ellos deben tenerlo en cuenta.
Tengo predilección por Sevilla porque es un cariño correspondido. Aquí nunca hemos tenido un pinchazo"
-¿El mundo sigue tan fatal de los nervios como cuando le pusieron ustedes ese título a su primer disco hace 20 años? ¿Ha mejorado, está peor?
-Aquí me tengo que mojar y decir que con la situación tal como está ahora mismo, con lo que está pasando en este genocidio de Palestina, me parece que el mundo está horroroso. No es que esté fatal de los nervios, es que está completamente desquiciado. Pero los que nos dedicamos con el corazón a lo que amamos: a la radio, la música, la pintura, la fotografía, el periodismo, sabemos que tenemos un papel importante para hacerlo mejorar y espero que todo el mundo cumpla su misión y haga mejor su día a día, con la familia, con sus relaciones con los demás, a la hora de enfrentarse a un problema. Es trabajo de todos. El mundo está para tirarlo a la basura, pero ahí tenemos que estar, no podemos quitarnos de en medio.
-Sacaban un disco cada dos o tres años, pero desde el último, que fue Una ciencia perfecta, en 2020, hasta el siguiente van a pasar al menos cinco. ¿Significó la pandemia un antes y un después para ustedes?
-La pandemia significó un cambio muy brusco para muchísima gente y para nosotros fue un cambio que recordaremos toda la vida. Teníamos el disco recién editado; lo sacamos justo antes, empezamos a preparar la gira de presentación y de camino al primer concierto se decretó que todo el mundo volviese a su casa y se quedase allí. Tuvimos que suspender los conciertos y ese disco lo escuchó la gente en sus casas, hasta que pudimos presentarlo poco a poco llegado el momento. Es cierto que todo cambia constantemente y con mucha rapidez; una banda siempre tiene que estar toreando circunstancias y ya ha variado la continuidad a la hora de sacar discos. A día de hoy la gente pasa de eso y saca singles porque el consumo de música va por otro camino. Le diría que en 2025 nos vamos a quitar esa espina, porque tenemos un plan que incluye mucha música y mucho meneo.
-No sé si Adiós tristeza es un adelanto de un futuro disco, como también el single anterior, Tan tranquilamente. Entre este último y el predecesor se pasaron dos años sin sacar nada nuevo…
-Estábamos en la carretera, tocando, haciendo bolos; en nuestra familia pasaron muchas cosas, y en nuestra familia musical también. Teníamos que ir adaptándonos; por suerte, siempre tenemos movimiento, fechas de conciertos y estamos totalmente en activo. Pero entono el mea culpa porque no podemos dejar a la gente en barbecho tanto tiempo. Estas dos canciones sí que formaran parte de un disco que llegara pronto, junto a unas pocas más.
-Usted es cordobés, su mujer y sus tres hijas, gaditanas ¿Tiene algunos vínculos especiales también con Sevilla, que le pilla siempre de paso entre Córdoba y Cádiz?
-Tengo muchísimos amigos, y muy buenos, en Sevilla. Tengo la suerte de tener la doble nacionalidad de cordobés y gaditano, que es una maravilla, pero yo realmente me siento andaluz. Admiro y alucino con Andalucía en general y con Sevilla particularmente, que para Aslándticos ha tenido siempre un sello especial porque desde nuestros primeros conciertos siempre nos ha respondido con idéntica pasión y no ha habido un pinchazo en Sevilla nunca. Tengo predilección por Sevilla porque es un cariño correspondido.
-¿Cómo va a ser el concierto de Sevilla? ¿Qué músicos les acompañarán?
-Pues además de nosotros tres llevamos una bandaza que nos hace parecer los Harlem Globetrotters sobre el escenario. Con Suso Pérez, un canario maravilloso, que con su bajo deja alucinados a los demás bajistas que lo ven; con Fran Lozano al teclado, una maravilla como músico y como persona, que lleva para adelante setenta cosas a la vez y se le nota la pasión que pone en todas. Y tenemos también una nueva incorporación, que es Fabi Intensidad Cebada, el hombre que limpia los macarrones por dentro, el canijo del grupo, que con su guitarra es el que reparte cera en nuestro repertorio. Nuestro set está muy pulido y trabajado y va llevando a la gente p’arriba y p’abajo, dándole alternativamente un subidón y un pellizquito en el corazón. No es porque yo lo diga, pero la gente disfruta mucho en el concierto: baila, canta, llora, ríe, se besa, se dice te quiero y es fantástico. Tenemos la suerte de que la sala estará totalmente llena y eso de por sí genera una energía que a mí me pone los pelos de punta. Sabemos que el partido está ganado, que la gente va a disfrutar desde la primera canción hasta la última. Y como siempre les digo que le cuenten a los demás que han venido a un concierto de Aslándticos, cada vez se agotan antes las entradas y estamos super contentos.
-Intuyo que no van a interpretar el inminente single que va a salir. ¿Puede decirme algo de él?
-No lo vamos a interpretar porque tenemos unos plazos establecidos. No queremos desvelar la canción antes de tiempo porque, además, se está formando una incertidumbre en la que todo el mundo quiere saber que es lo próximo que viene. Lo que sí le digo es que es una canción que forma parte del vocabulario de la banda, pero con una interpretación totalmente diferente. Estoy convencido de que cuando la gente la escuche se va a quedar pensando y diciendo: pónmela otra vez. Me gusta porque es una canción que la escucharás dos o tres veces y entonces te darás cuenta de todo lo que encierra, porque habla de pasión, de lucha, de no rendirse. Y es muy canalla también, muy coral. Estoy deseando empezar a interpretarla.
Conforme vamos cerrando conciertos los vamos anunciando y a veces es difícil seguirnos la pista"
-¿Considera que sirve de referente a tantos o más artistas como los que tuvo usted en sus inicios?
-La verdad es que yo no he tenido nunca muchos referentes en los que fijarme. Apenas consumo música en español, más que nada por deformación profesional como letrista: me da mucho coraje escuchar una canción y decir: ayyy, esa frase no la hubiera puesto yo ahí. Así que me siento más identificado con grupos de habla inglesa, pero me gusta desmarcarme, tener mi propio estilo y a la hora de componer me sale una mezcla de todo lo que he escuchado, desde Bob Marley hasta Elvis Presley, aunque pasando también por Pata Negra. Es verdad que cuando aparecimos nosotros había muchas bandas de este rollo, era la época de Macaco, Ojos de Brujo, O’Funk’illo, El Puchero del Hortelano, y poco a poco he visto que la gente ha ido llegando a su tope y diciendo: hasta aquí hemos llegado, mientras nosotros seguimos ahí. Me consta que hemos sido referentes para otras bandas, para gente que nos lo ha dicho más de una vez y eso me enorgullece. Pero a mí, sinceramente, me gusta mantenerme al margen de eso, no quiero que me influya de ninguna manera en el ego; me considero uno más, un artesano, hago mis canciones, las canto en el escenario y lo mío son los sentimientos y encontrarme con el público. Me siento muy contento de que sigan pasando los años y todavía sigamos on fire; con proyectos, con ganas de más. Eso es una maravilla.
-En verano vi su programación de conciertos y había doce, todos ellos en Andalucía. El último en Cádiz, que será en dos semanas, donde decían ustedes que no habían tocado nunca. Me llamó la atención porque hace poco entrevisté a La Perra Blanco, que es de La Línea y también me dijo que aunque llena salas en todo el país nunca había tocado en Cádiz. ¿Cómo se explica esto?
-Nos movemos por Andalucía porque es evidente que es desde donde más nos llaman. Y además nos sale más a cuenta tocar en Málaga o Sevilla que en Madrid o Bilbao, ya solo en el gasto en furgoneta. Pero es que se nos llena la agenda con lo que hay en Andalucía. En Cádiz hay mucho movimiento por la costa cuando llega el verano; llevamos más de doce años tocando por la zona de Zahara, de Barbate; pero en la capital nos ha pasado como a La Perra. En realidad, sí que hemos tocado hace mucho tiempo alguna vez, pero nunca en la sala por derecho de la ciudad, Momart, y lo vamos a hacer encantados. En muchas entrevistas que nos hacen nos consideran un grupo novel porque nunca nos han visto en Cádiz; pero llevamos veinte años sin parar de tocar.
-Les vemos más por salas que por festivales.
-Los festivales traen a grupos de todo el panorama musical, pero reclaman a otro tipo de bandas, de otro caché, de otro porte, no sé muy bien cómo definirlas. Nosotros estábamos este año en el Sierra Sur y se suspendió por el temporal. Así que nos gustaría dar muchísimas gracias a los que vienen a vernos a las salas, porque hoy en día es muy fácil quedarse en casa viendo Netflix o haciendo scroll con Tik Tok en el móvil. A la gente que se prepara, se ducha, se hace sus kilómetros y se gasta su dinero para venir a las salas y seguir viviendo la música en directo hay que agradecérselo siempre. Lo que les pediría es que estén al tanto de nuestras redes, porque somos una banda atípica. Eso que dice usted de tener una gira planteada muy anticipadamente es muy raro para nosotros, que somos muy sui generis y conforme vamos cerrando conciertos los vamos anunciando y a veces es difícil seguirnos la pista. Por ejemplo, el día antes de Sevilla tocamos en Madrid, luego vamos a Córdoba, tenemos fechas cerradas en 2025 en la sala Planta Baja de Granada, otra vez en Córdoba en la sala M100, también en Valencia. Como le dije antes, estamos viendo que el 2025 viene cargado de proyectos y buenas canciones.
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