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"La asignatura pendiente es dar el salto a Europa"

Fahmi Alqhai. Director del Festival de Música Antigua de Sevilla

El responsable del Femás muestra su satisfacción con la edición que termina hoy y repasa los principales desafíos de una cita consolidada.

Fahmi Alqhai, junto a una de las columnas de la Alameda de Hércules, momentos antes de la entrevista.
Francisco Camero / Sevilla

11 de abril 2014 - 05:00

En solitario y al frente de su Accademia del Piacere (fundada junto a su hermano Rahmi), Fahmi Alqhai (Sevilla, 1976) es una de las figuras más destacadas de la música antigua en España y uno de los grandes responsables de la efervescencia de la misma en esta ciudad. En esta ocasión hablamos con él en su condición de director del Femás, que se despide hoy a las 20:30 con Allegory of Desire, el programa que presentan Zefiro Torna & Vocalconsort Berlin con Ghalia Benali en Cajasol.

-¿Cuál es su balance artístico?

-Es difícil definir si una edición ha sido mejor o peor... Nosotros estamos muy contentos. Si atendemos a los números, con diferencia, ha sido la mejor edición del festival. Hablamos, a falta de dos conciertos [la entrevista se realizó el miércoles], de una recaudación que supera los 50.000 euros, casi el 50% más de lo que se recaudó el año pasado, que a su vez fue la mejor edición de la historia. Y la ocupación media hasta ahora es de más del 80%... A falta de datos definitivos, son números de récord. Tener a Jordi Savall, por ejemplo, ha atraído a mucho público, a pesar de que a algunos críticos parece que no les gusta su presencia en los festivales de música antigua...

-Vaya...

-Bueno... Yo no lo entiendo. En un festival como éste, que es bastante grande ya, y lo digo todos los años, hay que intentar ampliar el público. Y ahí estamos. Sin olvidarnos de cosas más en la línea, digamos, de la ortodoxia de la música antigua. Lo importante es algo que no dejan de comentarme tanto desde el equipo de producción como los propios artistas: que existe ya una marca Femás y los músicos están encantados de venir.

-Al margen de las cifras, ¿qué valoración hace de la evolución del público sevillano y el papel que ha jugado en ella el Femás?

-Hay fidelidad, muchos síntomas de que en esta ciudad amamos la música antigua y nos merecíamos un festival así. Esto está confirmado, y acrecentado. La gente no se limita a ir a los conciertos, se hace de alguna manera más partícipe: va a las conferencias, visita las exposiciones, está atenta a las masterclasses, hay mucho apoyo en las redes sociales... Y aparte del sevillano está aumentando el público que viene de fuera, tanto nacional como internacional. En este sentido, creo que nuestra asignatura pendiente es dar el salto a Europa. Ese sería un clic definitivo...

-¿Qué hace falta para eso?

-A ver, está el dinero: evidentemente, cuanto más haya, más posibilidades habrá. Pero no me gusta hablar de dinero. Creo que hay que implicar más a las fuerzas vivas de la ciudad. Ya hay una Asociación de Amigos de la Orquesta Barroca, que apoya al festival y eso, esta hermandad, da fuerza. Y espero que el año que viene tengamos al Maestranza de nuestro lado, que no parezca que estamos pidiendo un favor; que seamos bienvenidos, básicamente... Lo espero de corazón, porque nos abriría muchas puertas para todo, es el tipo de cosas que te coloca en un nivel de festival europeo.

-¿Ve posibilidades reales de programar en el Maestranza en 2015, incluida alguna ópera barroca?

-Espero que sí. Y más que esperar, deseo que ninguna parte influyente e importante de la ciudad ponga trabas al festival. No por el bien personal mío, porque mi profesión va por otro lado y esto, de verdad, lo hago por amor. El Maestranza debería dar el máximo de posibilidades de colaboración, porque las hay, y llenarían el teatro. Sí, espero que el año que viene tengamos al menos un día o dos allí. Es una cuestión de voluntad. Si la hay y se tiene en buena consideración al festival, una de las citas culturales más importantes de la ciudad... Ha habido ocasiones en las que se ha programado ópera barroca sin contar con el festival y a mí me parece una tontería, porque todo entra y sale de la misma hucha.

-En este momento parece fundamental encontrar socios o patrocinadores privados para este tipo de proyectos culturales...

-Esa es otra asignatura pendiente del festival, hay que reconocerlo. Hay que tener en cuenta que el festival ha ido recuperando la salud en los últimos ocho años o así... Pero espero que el año que viene podamos dar esos primeros pasitos.

-A todo esto, asumo que seguirá usted en el cargo...

-Bueno... Yo no tengo contrato y me pueden llamar mañana para decirme que no siga... Aunque la relación con el Ayuntamiento es muy buena. Si me dijeran eso para mí sería una pena porque tengo ya cierta experiencia y además me gusta, y creo que no cuesto dinero. Pero al margen de esto, de que yo esté o no dentro de dos años o cuando sea, sería interesante programar con más antelación, pensando a dos años vista, para que haya una línea, una continuidad. Eso sería muy positivo para el festival y está por encima de quién lo dirija. Porque de eso hablamos, ¿no?, de que el festival crezca.

-¿Están definidas ya las apuestas para la próxima edición?

-Me gustaría que todos los años hubiera una gran obra coral y una ópera con al menos tres funciones, y escenificada o no, en el Maestranza. Eso, ya lo sabemos, es complicado, pero sería ideal para el Femás. Por lo demás seguiremos con el actual formato: Santa Clara es ya un sitio de comunión de todos los acólitos, y la de Cajasol, una sala muy buena para el mediano formato. Y tampoco vamos a renunciar a las joyas que tenemos en la ciudad, como las iglesias. Este año no hemos podido hacer nada en el Alcázar, pero es un sitio maravilloso y para la gente de fuera sería una gran atracción. Y probablemente en 2015 habrá nuevos espacios como la iglesia de San Luis.

-Hablaba de Savall como uno de esos grandes nombres que atraen al público no necesariamente iniciado. ¿Qué otras figuras de ese perfil le gustaría traer?

-Hablamos de un festival que tiene 31 años: para una memoria lejana han pasado por aquí... todos. Pero para una cercana es verdad que hay grandes nombres que aún no han venido. El año que viene pinta bien, creo que vamos a poder dar buenas noticias...

-¿Cuándo se anunciarán?

-Normalmente en junio tengo cerrada la programación, hasta los flecos. Pero compartimos equipo de producción, de comunicación, de todo, con la Bienal de Flamenco, y no podemos ir pisándonos... Para no pillarme los dedos, diré que lo más probable es que el próximo diciembre.

-Esta edición ha estado dedicada al Gótico. ¿En qué otros periodos le gustaría ahondar en futuras ediciones?

-La verdad es que creo que eso no es importante. Que el festival haya sido gótico o renacentista... no es lo que de verdad le da fuerza, sino una programación buena y equilibrada. Supongo que volverá a haber algún leitmotiv de ese tipo para dar un poco de color a la programación, pero en ningún caso como su base.

-¿Y la polifonía, volverá a tener más peso en el festival?

-Es un tema complicado por los espacios. Este año recurrimos a la Catedral para el Hilliard Ensemble, y es un sitio fantástico, por supuesto, pero limita mucho el aforo. Justo después del festival es la Semana Santa, de modo que durante el festival las iglesias que permiten un gran aforo, hablamos en este caso de 350-400 personas, están ocupadas por pasos u otras actividades de las hermandades, así que eso las excluye como posibles sedes. Yo siempre intento que las cosas funcionen en el espacio donde se celebran, y este año era muy complicado para el tema de la polifonía. Gastarse un dinero en un grupo para meterlo en un sitio donde entran 120 personas puede ser un problema porque alguna gente, quizá también en la administración, a lo mejor no lo entiende. Pero espero que haya alguna vez una edición centrada en la polifonía, concretamente en la música sevillana.

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