Arturo Ripstein: un mirar el mundo ajeno al "comercio y la prisa"
Festival de Málaga
El cineasta mexicano recibe virtualmente el Premio ‘Málaga Hoy’ del Festival de Málaga, donde presenta ‘El diablo en el cuerpo’
Málaga/Al Festival de Málaga le han sobrado motivos para brindar su Premio Retrospectiva Málaga Hoy a Arturo Ripstein. Admirado por mostrar un territorio "absolutamente personal", por la minuciosidad de sus guiones, por el ritmo pausado y preciso de sus películas y por ser capaz de ahondar en lo más profundo de sus personajes, Juan Antonio Vigar califica al mexicano como un "director fundamental del cine contemporáneo".
En su día 160 de encierro, desde su casa al otro lado del Atlántico, el cineasta y Paz Alicia Garcíadiego, su mujer y guionista ineludible, han hablado de su concepción del cine y de su última película, El diablo entre las piernas, que este martes se ha presentado en la Sección Oficial del certamen.
"Agradezco este homenaje con verdadera humildad", ha asegurado Ripstein antes de subrayar la tristeza que le causa no poder estar en Málaga para recibirlo en persona, más aún, ha dicho, en este momento de zozobra en el que "el tiempo desaparece, no hay mañana ni ayer, sólo espacio, y éste se distorsiona, todo se vuelve raro, todo se vuelve martes".
Sí ha celebrado, al menos, que El diablo entre las piernas pueda exhibirse, "qué más puedo pedir", ha apostillado Ripstein, cinéfilo desde niño, desde que acompañaba a su padre, productor, a los rodajes. "Yo lo que hago es cumplir con una vocación que me transmitió mi padre y en la que he logrado mantenerme aunque fuese complicado, una vocación firme que me ha dado momentos de júbilo y muchos más de frustración y sensación de fracaso", ha reconocido.
En cuanto a su proceso creativo, el cineasta lo ha resumido en dos fases principales. "Lo primero es el argumento, el tema, el guión". Ripstein trabajó con otros escritores y guionistas... hasta que conoció a Alicia Paz Garciadiego, "el otro lado de mi vida, la persona que me ha complementado". Y luego llega "la idea de cómo voy a filmar la película, definir la esencia que no tengo clara hasta que no respondo a la pregunta de cuál es el corazón del guión".
El plano secuencia es una constante en su obra, igual que el ritmo pausado, algo que ha desaparecido hoy, ha lamentado: "Para mí el corazón de todo es cómo se miran las cosas, pero el comercio y la prisa han abolido la mirada del cine". También distingue su obra el uso del blanco y negro. "No hice todas las películas en blanco y negro porque comercialmente no se podía, pero pienso el cine siempre así, veo en el blanco y negro una belleza infinita", ha asegurado este director que debutó con Tiempo de morir (1965) y ganó en 2000 la Concha de Oro en San Sebastián por La perdición de los hombres.
Su filmografía personalísima se prolonga ahora con El diablo entre las piernas, una reflexión sobre el sexo y la pasión en la vejez. Encerrados en un caserón decrépito, metáfora de sus propios cuerpos, un matrimonio pasa los días ahogado por los celos, enmascarado en la mentira, en reproches y silencios. Pero, sobre todo, la pareja vive atosigada por un deseo que aún es fuerte y palpable, que aún se huele y se siente a flor de piel. Protagonizada por Sylvia Pasquel, Alejandro Suárez y Greta Cervantes, la película surgió de una imagen: la propia de Garciadiego reflejada en un espejo, contemplado por ella. "Pensé que yo ya no era aquella que fui y quise hablar de los viejos no como memoria sino como un tiempo presente", ha explicado la guionista de este filme cuyo estreno estaba previsto para el pasado marzo y ahora mismo está a la espera de la evolución de la pandemia para llegar a los cines.
Los festivales de Málaga, Sevilla y Huelva suman sus fuerzas
Los festivales de Huelva, Málaga y Sevilla han creado Profestivales21, una plataforma que pretende unir fuerzas entre los certámenes cinematográficos andaluces y que fue presentado este martes en el Festival de Málaga. La coordinadora nace en un contexto protagonizado por la pandemia del coronavirus, a raíz de numerosas conversaciones mantenidas entre Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga; José Luis Cienfuegos, director del Festival de Sevilla; y Manuel H. Martín, director del Festival Iberoamericano de Huelva.
El proyecto, ha explicado Vigar, "nace para compartir todo lo que nos inquieta y analizar conjuntamente las hojas de ruta razonables que debemos seguir en estos tiempos de pandemia", además, apuntó, de para propiciar "proyectos concretos de colaboración". Cienfuegos, por su parte, ha defendido el "importante papel" de los festivales en la "fidelización del público", además de su condición de "generadores de empleo y apoyo a las economías locales". Martín ha recalcado a su vez las posibilidades que ofrecerá esta nueva plataforma –o esa es la idea, al menos– para sacar adelante proyectos "vinculados a la profesionalización y la formación".
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