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Historias de un flamenco | Crítica

Antonio Rey presentó su disco 'Historias de un flamenco' en Sevilla.
Juan Vergillos

08 de noviembre 2024 - 09:56

La ficha

**** 'Historias de un flamenco' Antonio Rey. Guitarra y composición: Antonio Rey. Guitarra: Toni Rey, Manuel Pinto. Cante: Mara Rey, Jesús Méndez. Flauta: Juan Parrilla. Coros y palmas: Antonio Montes Saavedra y Manuel Montes Saavedra, 'Los Mellis'. Percusión: Ané Carrasco. Lugar: Cartuja Center Cite. Fecha: Jueves, 7 de noviembre. Aforo: Media entrada.

La música de Antonio Rey es fresca y tan intrincada como la de cualquiera de sus compañeros de generación tocaora. Lo que distingue a Rey dentro de este grupo es que jamás deja de tener en cuenta al público. No un selecto grupo de privilegiados entendidos. Sino el público en general. Su música es accesible para cualquiera. Apta para todos los públicos. Por muy intrincada que sea. Aunque no gusta en demasía de disonancias o extravagancias. Las justas. Así, es un gran compositor de melodías cantables, como apreciamos en la rumba de ayer, titulada Mi rey, que presentó como el primer single de su nuevo disco, Historias de un flamenco. O en uno de sus temas más memorables de su repertorio, la Nana de mi Mara, que también sonó anoche en Sevilla. Historias de un flamenco es una nueva descarga de energía con cantiñas, bulerías, tangos o la rumba referida. Una música muy sentimental, que huye por instinto de lo intelectual, y que siempre aporta ilusión, pasión, entusiasmo. Como en las alegrías, tan equilibradas y limpias como una operación aritmética. O en las bulerías cantables, muy emotivas. Con un grupo empastado, en el que destacó la voz poderosa de Mara Rey en los estilos festeros y en la mencionada nana. También hubo un pasaje a tres guitarras, con el padre de la criatura, una suerte de balada que era un pretexto para recorrer el mástil de arriba abajo, una y otra vez. Y tampoco faltó la guitarra de puro concertismo, con dos entregas minerales, pétreas, plenas de recursos e intimidad. Pero la música de Rey es siempre brillante. Lo tiene claro, y su público también. Porque el entusiasmo se contagia desde el escenario al patio de butacas. Eso sí, la amplificación estaba preparada para el Estadio Olímpico; resultó excesiva para las dimensiones de la sala pequeña del Cartuja Center Cite.

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