97 años de devoción popular
Sevilla ayer y hoy
PRÓXIMA ENTREGA Miércoles, 19 de diciembreHoy hace casi un siglo de la muerte del Padre Tarín y su tumba en el templo del Sagrado Corazón es lugar de peregrinación para sus devotos de generación en generación. ¿Qué mayor milagro puede esperarse hoy?
HOY se cumplen noventa y siete años de la muerte en olor de santidad del padre Francisco de Paula Tarín Arnáu (Godelleta, Valencia, 7 octubre 1847-Sevilla, 12 diciembre 1910), declarado Venerable en 1987 por Juan Pablo II y en proceso de beatificación. Fue un jesuita misionero que dedicó su vida a los más pobres y enfermos y fue llamado el León de Cristo. Casi un siglo después de su fallecimiento, el padre Tarín sigue siendo una referencia de devoción popular para los que esperan de su mediación favores espirituales.
El sepulcro del Padre Tarín se encuentra en la iglesia del Sagrado Corazón de la Compañía de Jesús, en la calle Jesús del Gran Poder, y se ha convertido desde hace noventa y siete años en lugar de peregrinación, especialmente todos los viernes del año, cuando sus fieles devotos no faltan a la cita. Igualmente, el boletín que edita la oficina del vicepostulador de la Causa de Beatificación del padre Tarín, incluye cada vez más cartas de gratitud desde numerosos lugares de España por las gracias recibidas.
Cualquier día de la semana y a cualquier hora del día que esté abierta la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús (calle Jesús del Gran Poder, 40), la capilla donde se encuentra el sepulcro del Padre Tarín, siempre tiene visita. Devotos que no pasan de largo por la puerta y entran a rezarle; gente que va expresamente a dar gracias por los favores recibidos, a depositar donativos e incluso a llevar ramos de flores.
Junto con Marcelo Spínola y Maestre (San Fernando, Cádiz, 14 enero 1835-Sevilla, 19 enero 1906), hoy beato, venerado siempre como el Arzobispo Mendigo por una ciudad que lo tuvo de párroco en San Lorenzo, de obispo auxiliar y de cardenal arzobispo, y María de los Ángeles Guerrero González (Sevilla, 30 enero 1846-Sevilla, 2 marzo 1932), hoy canonizada, llamada popularmente Ángela de la Cruz, venerada como Madre de los Pobres, fundadora de la Compañía de Hermanas de la Cruz (2 agosto 1875), formó un trío de santos que iluminaron la espiritualidad sevillana de finales del siglo XIX y principio del XX.
Tarín dedicó su vida a los más necesitados del barrio de San Roque. Cuando predicaba en la iglesia parroquial, los feligreses, casi todos obreros anarcosindicalistas, le sacaban en hombros y lo paseaban por la plaza de Carmen Benítez. Cuenta su biógrafo, José María Javierre, que nada más conocerse la noticia de su muerte, las gentes comenzó a ir a la iglesia del Sagrado Corazón donde estaba expuesto su cuerpo. Más que un entierro, dice Javierre, "parecía una procesión clamorosa y entusiasta. Llevaron el cuerpo del Padre Tarín descubierto, a hombros hasta el cementerio, entre gritos que le proclamaban santo, padre de los pobres, consuelo de los afligidos, apóstol de Jesús, León de Cristo..."
¿Qué mayor milagro puede esperarse hoy que mantener la devoción popular durante casi un siglo, a través de cinco generaciones?
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