Vivaldi, de la Arcadia al sopor

Anna Bonitatibus & Vespres d'Arnadí | Crítica

Anna Bonitatibus y Vespres D´Arnadí en el espacio Turina
Anna Bonitatibus y Vespres D´Arnadí en el espacio Turina / Lolo Vasco (FeMÀS)

La ficha

ANNA BONITATIBUS & VESPRES D'ARNADÍ

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XLII Festival de Música Antigua de Sevilla (FeMÀS'25). Solista: Anna Bonitatibus, mezzosoprano. Vespres d'Arnadí: Farran Sylvan James, violín I; Alba Roca, violín II; Natan Paruzel, viola; Oriol Aymat, violonchelo; Mario Lisarde, violone; Dani Espasa, clave y director.

Programa: Tutto Vivaldi

Antonio Vivaldi (1678-1741): Cessate, o mai cessate RV 684 [¿1720s?] / Sonata para dos violines y continuo en re menor Op.1 nº12 RV 63 La Follia [1705] / “Sovvente il sole”, aria del personaje de Perseo de Andromeda liberata RV 117 [1726] / “Vorresti amor da me”, aria del personaje de Alcina de Orlando furioso RV 728 [1727] / “Sento in seno”, aria del personaje de Anastasio de Il Giustino RV 717 [1724] / Sinfonia de L’Olimpiade RV 725 [1734] / “Lo seguitai felice”, aria del personaje de Megacle de L’Olimpiade RV 725 [1734] / “Così potessi anch’io”, aria del personaje de Alcina de Orlando furioso RV 728 [1727] / “Sorge l’irato nembo”, aria del personaje de Pompeo de Farnace RV 711a [1727]

Lugar: Espacio Turina. Fecha: Viernes, 4 de abril. Aforo: Lleno.

Uno de los grupos barrocos que mejores sensaciones ha dejado en Sevilla en los últimos años ha sido Vespres d’Arnadí, el conjunto de Dani Espasa, que volvía al Femás, esta vez en formato camerístico (dos violines, viola y continuo a base de clave, violonchelo y violone) para acompañar a la veterana mezzo italiana Anna Bonitatibus en un monográfico dedicado a Vivaldi que empezó prometiendo emociones fuertes y se despeñó en una segunda parte de una frialdad desconcertante.

En la cantata arcádica Cessate, omai cessate, Bonitatibus hizo dos recitativos excepcionales por dicción, prosodia y dramatismo, promesa de un recital que parecía iba a hacer énfasis en los afectos. Poco importó que en las arias estuviera correctísima, aunque mostrando ya una cierta falta de expresividad y de variedad en el fraseo, porque el resultado fue globalmente satisfactorio, y el dolor de amor de nuestro pastor nos tocó por dentro. La tesitura de Bonitatibus es ancha, y, aunque donde la cantante se encuentra realmente cómoda es en la franja central, se movió con soltura por arriba (agudos poco exigentes) y resolvió muy bien incluso esos inclementes graves con que Vivaldi cierra la obra ("vendetta farò"), sin duda destinada a una voz de alto.

Luego Farran James y Alba Roca hicieron una vibrante Follia, en la que pudo la magia del ritmo, con ataques secos, casi violentos, articulaciones tensas y urgentes y una tímbrica agreste, de una rusticidad deliberada que no disimuló su deseo de conmover antes que de agradar. Esa agilidad articulatoria y esa agresividad en los acentos volvería a mostrarlas el grupo en la segunda parte, en una Sinfonia de L'Olimpiade casi sin curvas. Antes, aún en la primera parte, tras la exuberante Follia, volvió Bonitatibus para cantar un auténtico caramelito, el aria “Sovvente il sole” de la Andromeda liberata, y la emoción se esfumó. Todo resultó previsible y plano (ni el violín obligado de James causó esta vez efecto alguno), como en toda la segunda parte dedicada a arias de ópera, que la mezzo italiana cantó sin riesgo alguno, todo igual, sin variedad en el fraseo, sin apenas ornamentar los da capo, limitada en los agudos y dando una sensación más funcionarial que artística. Bonitatibus mostró un inesperado y frío perfil académico. Su técnica es impoluta, su proyección, correcta, su timbre, grato, pero cuando canta no pasa nada.

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