'Alzapúa II', hermanados por la guitarra

Flamenco On Fire une a Josemi Carmona, Diego del Morao, Rycardo Moreno y Dani de Morón en un concierto que celebra la creatividad de una generación de oro 

La cita será el próximo 31 de agosto

Flamenco on Fire llenará de baile Navarra en su XI edición

El guitarrista Diego del Morao durante una actuación.
El guitarrista Diego del Morao durante una actuación. / Erasmo Fenoy
Ale Medina

27 de agosto 2024 - 06:00

Es un movimiento hipnotizante. La uña del pulgar percutiendo las cuerdas arriba y abajo como la aguja de una máquina de coser, ligando notas en un sonido compacto y expansivo a la vez. Precisión más que potencia. Para dominarlo, el estudiante de guitarra debe fajarse primero con el rasgueo, el golpe en tapa, el picado… los rudimentos técnicos que conforman el sonido flamenco, su característica mezcla de bravura y delicadeza; hasta conquistar el alzapúa, la maña que le saca toda la jondura al instrumento.  

Como símbolo de esa maestría, Alzapúa II es el conveniente título del concierto que el 31 de agosto reúne en el Festival Flamenco On Fire de Pamplona a una constelación de guitarristas: Josemi Carmona, Dani de Morón, Diego del Morao y Rycardo Moreno. Compañeros y amigos, son cómplices en la renovación del toque desde cuatro latitudes de la tradición: Granada, Morón, Jerez y Lebrija. Un recital para acompañarlos en ese viaje desde lo heredado a lo desconocido que cada uno de ellos emprende en su carrera particular.  

A Josemi Carmona (Madrid, 1971) le ha tocado dirigir el espectáculo “quizás porque soy el mayor, aunque esto poca dirección requiere, ¡quién le dice a estos monstruos qué hacer!” bromea al otro lado del teléfono. El que fuera integrante de Ketama, sí se afana en explicar el espíritu del recital: “Alzapúa ya se hizo el año pasado con guitarristas más jóvenes, y ahora se nos invita a nosotros como generación a mostrar nuestro toque”. Carmona celebra la acusada personalidad de sus compañeros, a los que, sin embargo, emparenta “el trabajo sobre la tradición y el deseo de expresar”, una matriz sentimental más que estilística, que les permite unir su música en un cauce común, que en Pamplona combinará composiciones propias con temas surgidos de este encuentro: “ya hemos ensayado dos días en Lebrija y ha sido muy divertido”. Tiempo más que suficiente para constatar su complicidad y estructurar el repertorio: “Vamos a tocar tres piezas todos juntos, luego habrá dos duetos y un solo de cada uno”.  

A este festín guitarrero se sumarán colaboraciones de lujo: el baile de Farruquito y el cante de la malagueña Delia Membrive y la jerezana Lela Soto. Un cartel que “te pone las pilas en el buen sentido” asegura Carmona. En conversación telefónica Diego del Morao (Jerez, 1978) transmite la misma jovialidad que su toque y le quita hierro al asunto: “Nos conocemos y queremos desde hace mucho. El respeto lo sentimos hacia el público, nosotros vamos a divertirnos porque nos admiramos. Hay una energía muy bonita”.  

Aunque cada uno de ellos recoge en su toque la impronta de distintos maestros, la cita en el Flamenco On Fire sugería detenerse en la figura de un padre común, El Tío Sabicas. El legado del maestro pamplonica -afincado durante años en Nueva York, donde ejerció una especie de extravagante y gloriosa labor de embajador cultural español que no incluía hablar inglés- es en buena medida el inspirador de este festival, que en cada edición glosa su figura convocando a guitarristas de capaces de evocar su destreza con la sonanta. Diego del Morao sintetiza: “Sabicas es uno de los artífices del flamenco, le haremos un guiño a él y la vieja escuela”. Unos pasajes que se cruzarán en una soleá a modo de abertura, según explica Carmona, quien añade referencias a otros maestros. “Aunque no hay un sentido cronológico, sí que hay un repaso por diferentes momentos de la guitarra”.  

Y es que en cada uno de estos cuatro músicos desemboca una rama de la genealogía del toque. En el caso de Diego y Josemi, la herencia es sanguínea. Los Morao y los Habichuela son dos estirpes que acaban por identificarse con sus lugares de origen, representan el toque de Jerez y Granada. “No podemos dejar de acordarnos de mi padre, Pepe Habichuela, mi tío Juan, como tampoco de Moraíto y tantos otros”, adelanta Carmona. Por su parte Rycardo Moreno (Lebrija, 1981) recoge la savia lebrijana dispersa por todo el toque de acompañamiento, para hacerla circular por una música que es capaz de vincular a Pedro Bacán con el jazz y los ritmos afrocaribeños, en una misión que él ha definido como “flamenco, música y búsqueda”.  

Dani de Morón (Sevilla,1981) asumió desde sus inicios un concepto radical del toque, reformulando sus estructuras con un marcado acento personal, que, sin embargo, sigue conectado con el sonido originario de Morón, aquel que fraguara el mítico Diego del Gastor. Según nos explica, su motivación consiste “no ya en tocar mejor que ayer, sino incluso tocar distinto a uno mismo; en eso está la felicidad diaria, en hacer camino”.  

Alzapúa II ofrece, por tanto, la posibilidad de escuchar juntos a cuatro representantes de la vanguardia del toque, que, sin embargo, asumen algo ruborizados que después de tacharlos de demasiado modernos empiecen ahora a llamarlos maestro: “¡Peor que eso, me llaman tito!” confiesa en una carcajada Josemi, que enfila el futuro con la frescura que le caracteriza: “Yo me ilusiono con todo lo que me queda por hacer. Tengo en casa a mi padre Pepe Habichuela, que a sus ochenta años sigue componiendo y escuchando a todos los jóvenes. Eso es una lección diaria de juventud”.  

Dani acepta el cumplido con sencillez: “Sí bueno, algunas veces veo chavales con falsetas mías, lo importante es que eso les sirva para filtrarlo y expresarse ellos”. El moronense parece más interesado en ensalzar a sus compañeros: “cada uno de ellos es un universo sonoro, es un lujazo tocar con ellos”. Tampoco duda en rendir tributo al dire, “la capacidad melódica de Josemi y su manera de producir nos han influido a todos”.  

Por último, revelan qué hace del On Fire una cita especial para los artistas: “Es una ciudad preciosa en que cada espacio para tocar está bien elegido, y eso motiva”, resume Dani. En el mismo sentido Josemi afirma: “Es un festival muy moderno en el sentido que de que posibilita la convivencia entre artistas”. Flamenco On Fire extiende su programación del 23 de agosto al 1 de septiembre con 16 espectáculos y una treintena de recitales gratuitos, entre los que destacan Pineda, del Ballet Flamenco de Andalucía, el Pura Sangre de Israel Fernández y la gira de despedida de Manuela Carrasco.  

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