Álvaro Pombo, Premio Cervantes 2024 por "un mundo literario que conmueve"
El jurado destaca del autor cántabro su "extraordinaria personalidad creadora", los "sentimientos profundos" de sus personajes y su apuesta por "la ironía y el humor"
El escritor cántabro Álvaro Pombo ha sido galardonado este martes con el Premio Cervantes 2024, el máximo reconocimiento de las letras en español y dotado con 125.000 euros, según el fallo del jurado, hecho público por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun.
Pombo (Santander, 1939) ha sido reconocido con esta distinción por su capacidad de crear "un mundo literario propio que conmueve" y por su "extraordinaria personalidad creadora, lírica singular y original narración", recoge el fallo del jurado, presidido por el anterior ganador, Luis Mateo Díez.
"A su notabilísimo nivel como poeta y ensayista, se une el ser uno de los grandes novelistas de nuestra lengua, que indaga en la condición humana desde las perspectivas afectivas de unos sentimientos profundos y contradictorios", añaden los miembros del jurado.
Recuerdan que, "en sus creaciones, muestra el mundo a través de la construcción de un lenguaje en el que las deformaciones de la realidad aparecen reflejadas bajo el disfraz de la ironía y del humor".
Y consideran además que "en su prosa, la oralidad se refleja en la voluntad de un estilo que aspira al escribo como hablo valdesiano".
Pombo ha tratado en su obra la búsqueda de la verdad y los conflictos que atormentan a los personajes
"Álvaro Pombo ha creado aquello que define a los grandes escritores, un mundo literario propio imperecedero e imprescindible que conmueve y conduele", subraya el jurado del premio.
Considerado un renovador del realismo subjetivo de la literatura en español, el escritor santanderino Álvaro Pombo es ante todo un genial autor inclasificable, único en su estilo, con una extensa y premiada obra que ha situado su nombre entre los grandes de las letras hispanas.
Pombo (Santander, 1939) es un poeta y novelista y también un ensayista tardío, ya que publicó su primer ensayo, una obra sobre la religión, con más de 80 años. También es académico de la RAE e hizo una incursión en la política cuando concurrió en las listas de UPyD a las elecciones en 2011.
Intelectual de vanguardia, fue una de las primeras personalidades en hacer pública su homosexualidad y, en su pasión por los clásicos, repartió su interés entre la filosofía y la literatura.
Sus narraciones, aparentemente sencillas, están llenas de humor, costumbrismos y simbolismo dentro de una tradición arraigada en su gusto por los clásicos de la filosofía y la literatura.
Fue un ensayista tardío que publicó su primer ensayo, una obra sobre la religión, con más de 80 años
Licenciado en Filosofía por la Universidad de Madrid, Pombo es Bachellor of Arts por el Birberk College de Londres. Durante diez años, entre 1966 y 1977, trabajó en un banco en la capital británica como telefonista y se interesó por la tradición literaria inglesa.
Ya de vuelta en España, fue empleado en Madrid del Banco Hispano, actividad que compatibilizó con la labor literaria hasta 1984.
En 1973, publicó su primer libro, el poemario Protocolos, al que siguieron Variaciones (1977), con el que ganó el Premio El Bardo de nuevos poetas; Hacia una constitución poética del año en curso (1980), y Los enunciados protocolarios (2009).
Dentro de la narrativa, comenzó publicando cuentos en 1977 y dos años después la novela El parecido.
En 1983, se presentó al premio Herralde con dos novelas, El hijo adoptivo, firmada bajo el seudónimo de José Carrasco, con la que quedó finalista, y El héroe de las mansardas de Mansard, con la que obtuvo el galardón.
Pombo es un autor muy premiado por obras como Donde las mujeres, que obtuvo el Premio Nacional de Narrativa de 1997; La cuadratura del círculo, Premio Fastenrath de 2001, o El cielo raso, Premio Fundación José Manuel Lara.
Por El metro de platino iridiado, considerada una de las obras más originales y ambiciosas de la narrativa española, recibió en 1991 el Premio Nacional de la Crítica.
Pombo considera 'La fortuna de Matilda Turpin', con la que ganó el Planeta, su mejor obra
Contra natura (2005), una reflexión sobre la homosexualidad con "un discurso independiente, brutal a veces y políticamente incorrecto que queda tan lejos de las condenas de la Iglesia católica como de las gozosas figuritas del pastel de un allanado y edulcorado matrimonio gay", como la definió Anagrama, ganó los premios Ciudad de Barcelona y Salambó.
En 2009, obtuvo el Premio Comunidad de Madrid en Literatura y, en 2012, el Nadal, por su novela El temblor del héroe.
El Premio Planeta le llegó en 2006 con La fortuna de Matilda Turpin, una obra que consideraba su mejor novela.
El temblor del héroe fue la novela que publicó en 2012 tras su paso por la política, después de arengar en mítines a los simpatizantes de UPyD, partido por el que se presentó como senador, aunque no logró, "afortunadamente" como reconoció, un escaño.
Una novela en la que abordó algunos de sus habituales temas como las complejas relaciones, la soledad, las dificultades para mantener el amor y la fragilidad.
Para Pombo, en la actualidad, el desinterés es "el núcleo de todo": "Podemos dejar que las cosas se vayan a la porra, que las relaciones se deterioren, o podemos hacer una especie de cosa ambigua, pero las circunstancias contemporáneas favorecen mucho esta situación de falta de sustancia en las personas, de falta de compromiso", subrayaba el autor.
También trató la homosexualidad en Cielo raso; eso sí, desde la espiritualidad religiosa, un libro con el que obtuvo en marzo de 2002 el I Premio de la Fundación José Manuel Lara Hernández.
Del saber comportarse o no y de la condición humana a través de los grandes conflictos que atormentan a sus personajes tratan muchas de sus obras, en las que aborda el concepto de la verdad.
También sobre este asunto habló en su discurso de entrada a la Real Academia de la Lengua en 2004, de la "firme voluntad de verdad" que había guiado su vida.
En su discurso de entrada a la Real Academia de la Lengua en 2004 Pombo habló de la "firme voluntad de verdad" que había guiado su vida
De su paso por la política, Pombo recordaba cómo los discursos y los aplausos hacen que uno se vuelva "vanidoso", algo que decía que no era bueno para un escritor y por eso se alegraba de no haber conseguido un escaño, ya que era consciente de que hubiera perjudicado su trabajo literario.
Bromea con su edad y confía en que cuando se muera "dentro de nada", porque ya está con "un pie en la sepultura", habrá un recuerdo de su poesía: "Estoy casi deseando morirme para verlo desde el otro mundo".
El Cervantes galardonó el año pasado al escritor español Luis Mateo Díez y el anterior al venezolano Rafael Cadenas. Anteriormente, se premió a la autora uruguaya Cristina Peri Rossi (2021), a dos escritores españoles consecutivamente -Francisco Brines (2020) y Joan Margarit (2019)- y dos latinoamericanos -la uruguaya Ida Vitale (2018) y el nicaragüense Sergio Ramírez (2017)-, rompiendo la habitual alternancia del premio.
No hay comentarios