La "alta aventura espiritual" de Antonio Machado

La Biblioteca Castro, dedicada a los clásicos, reúne en un solo libro la 'Obra esencial' del sevillano

Retratado por Alfonso Sánchez Portela.
Retratado por Alfonso Sánchez Portela.
A. Valenzuela (Efe)

03 de junio 2018 - 02:36

Sevilla/Joan Manuel Serrat le dio una popularidad que han alcanzado pocos poetas. Andrés Trapiello lo considera un poeta extraño, por su complejidad. La Academia sueca lo citó en el Nobel a Juan Ramón Jiménez y su obra es "una alta aventura espiritual", según el editor Pedro Cerezo. Gabriel Celaya lo definió como "el más grande de los poetas españoles del siglo" y Alfonso Guerra, devoto de Machado, advirtió de que su sencillez es "esquiva" y de que hay que caminar con cuidado sobre su "enorme pureza y transparencia". Como ya dijo su heterónimo Juan de Mairena: "la doble luz del verso, para leerlo al frente y al sesgo".

En un solo volumen de casi un millar de páginas, la Biblioteca Castro, dedicada a la edición de clásicos, reúne ahora la Obra esencial del sevillano, que incluye su Obra poética, Prosas de los apócrifos, Los complementarios, Apuntes y ensayos de crítica y Poesía y prosa de la guerra. El teatro que escribió en colaboración con su hermano Manuel queda fuera de la compilación, pero sí se recogen sus composiciones de la Guerra Civil, "unos poemas escasos, fragmentarios y preñados del desasosiego de estos tiempos en los que el poeta permanece fiel a la República y pasa del proverbio a la copla", según los responsables de esta edición, que han destacado su homenaje a García Lorca El crimen fue en Granada.

El profesor Pedro Cerezo firma un extenso estudio crítico introductorio de casi 200 páginas

"Dentro de la lírica española del siglo XX, la obra de Machado resulta esencial por la gravedad y autenticidad de su voz, por su capacidad para transparentar la verdad del alma", señala el profesor y filósofo Pedro Cerezo. Esa "verdad del alma" que late en la obra del poeta, añade, va "de la poesía a la filosofía, como camino de ida y vuelta que reflexiona sobre el propio acto creativo y la capacidad de cantar lo que se pierde para salvarlo de la muerte y del olvido".

Cerezo, también editor de esta Obra esencial, destaca que "uno de los textos menos conocidos de Machado es el cuaderno de apuntes iniciado en Baeza sobre un grupo de poetas y ensayistas que pudieron existir en el siglo XIX, germen de los futuros apócrifos Abel Martín y Juan de Mairena". De modo que Los complementarios, como comúnmente se ha llamado a esta miscelánea, revela el proceso creador y el uso de las fuentes por parte del poeta, explica Cerezo, autor del estudio introductorio (casi 200 páginas) del volumen.

Este texto supone una aproximación crítica a la obra machadiana que Soledades (1907), la nueva etapa marcada por Campos de Castilla (1912), con su llegada a Soria como catedrático de Francés y su matrimonio con Leonor Izquierdo, ese otro Machado de las Nuevas Canciones (1924), afincado en Segovia, con "una voz grave y personal", y al que sucederá el ciclo de poesía amorosa dedicado a Guiomar, nombre que oculta la identidad de la poeta Pilar de Valderrama y que significará un amor truncado por estar ella casada y por la guerra.

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